Archivo de Septiembre, 2006

Señora en desazón

Sábado, 30 de Septiembre, 2006

Pobrecilla. Una oyente hacía esta mañana una llamada desesperada a su programa de radio. ¡Quería que le dijeran la verdad del 11-M! La mujer se expresó con una gran claridad de ideas, riqueza de vocabulario y correcta estructuración de las frases. Vamos, que era una persona culta, cuerda y currante. Decía estar asustada porque así fuese el medio informativo, así le contaban milongas diferentes y ella no podía vivir con tanta zozobra en el cuerpo. En su justificable ofuscación razonó con los principios de Peter diciendo que eso no podía ser, que no puede haber cien verdades y que se la dijeran cuanto antes porque estaba desesperadita, al borde de un ataque de ansiedad.
No se la dijeron, pero quienes la hayan escuchado, incluidos Casimiro García-Abadillo, Baltasar Garzón, Fernando Mariscal, los tres peritos policiales y los Siete Niños de Écija, comprendieron al instante que 99 de cada cien españoles se identifican con la llamada y se ven reflejados en ella. No pueden existir al mismo tiempo tres peritos falsificadores, un periodista falaz y un juez íntegro, por un lado, y por otro, tres peritos responsables, un periodista íntegro y un juez prevaricador. ¿Cómo saber cuál de los dos grupos es el auténtico?
La señora y los 98 españoles restantes van a tener que esperar. Por el contrario, los seguidores de Luis del Pino y sus Peones Negros apenas han permanecido unas horas en la zozobra. El investigador mantiene que no existe falsedad documental, ya que los peritos no alteraron el informe, sino que lo reimprimieron cuando se les solicitó el original. Los policías lo firmaron nuevamente, pues la copia guardada no lo estaba, y Garzón, aprovechando esa circunstancia, le ha dado un balón de oxígeno al Gobierno para ganar tiempo y para sembrar un poco más de confusionismo.
El objetivo parece haberse cumplido. El turbio asunto lleva camino de eternizarse.

García, en forma

Viernes, 29 de Septiembre, 2006

Si ustedes se preguntaban por el estado de salud de José María García, ayer se ha podido constatar que está en forma. Lo llevó Buenafuente a su programa y lo llenó casi por completo. Mantiene su estilo de francotirador sin mucho apego por la ortodoxia periodística y con fe absoluta en la subjetividad, lo que le proporciona resultados irregulares, pero siempre llamativos de cara al espectador. Disparó contra casi todo lo que se mueve en política y en los medios de comunicación, con una especial dedicatoria para Jaume Roures, socio de Buenafuente en la Sexta; Luis Herrero y Federico J. Losantos, ex-compañeros suyos; Polanco y Paolo Vasile. Por el contrario, se salvaron con buena nota Manolo Martín Ferrand _ sólo faltaría _, Iñaki Gabilondo, Antonio Herrero, Bernardo Herráez y el propio Buenafuente.
La irrupción del veterano Butanito, azote de chupópteros, abrazafarolas, mafiosos y juntaletras, no tuvo mayor perendengue que la citada constatación de su mejoría y del alicaído panorama mediático. Porque si ha de ser García quien ponga en la noche frases de cierto interés, viveza y frescura, querrá decir que el resto es un muermo amanuense, castrado y, por utilizar su jerga, lameculos, como no se conocía desde los tiempos de Victoriano Fernández Asís, entre otras razones porque al pobre no le quedaba otro remedio.
García, al que nunca le alabamos sus métodos avasalladores, se presentó ayer como un mocito principiante, con punch, gracia y desvergüenza. Produjo sensaciones contradictorias, porque en el fondo García estaba diciendo que ya no podía haber Garcías, y que si a él se le consentía aquel desparpajo era para demostrar que toda regla tiene su excepción. Él lo sabía. Por eso cuando le preguntan sobre su vuelta exige unas condiciones tan difíciles de cumplir que lo mejor fue despacharse a gusto en directo y ver los toros desde la barrera.

Todo es posible

Jueves, 28 de Septiembre, 2006

Plurinacional es poco. España es, por lo menos, pluriinternacional y ojalá lleguemos a pluricósmicos, como el bar de Star Wars, donde se daba cita lo mejorcito de cada galaxia. El problema es quién lo decide y cómo se llega a tales objetivos.
Si nos ponemos a discutirlo entre todos y al final nos sale un estado confederal de estados, una nación con provincias o quinientos cantones, pues mira tú, carretera y manta. Lo malo es que esos ejercicios los venimos abordando a razón de tres por siglo desde que don Rodrigo perdió en la Janda, y claro, así no hay quien entienda que después de reinar Isabel I en los albores e Isabel II en el XIX, hoy la tengamos armada con Leonor I. Eso, entre otras menudencias territoriales, idiomáticas y competenciales, que más parecen patio de monipodio que actividad política.
Va a resultar cierto aquel viejo diagnóstico que achacaba la inestabilidad de regímenes españoles a una suerte de excusa permanente para no hacer lo que hay que hacer, para no encontrar nunca el centro de gravedad permanente que buscaba Franco Battiato, inmerso seguramente en un caos personal caleidoscópico.
Al contrario de lo que sus partidarios transmiten sin recato, lo odioso de las reivindicaciones territoriales o competenciales no son las reivindicaciones en sí mismas, sino el modo y los métodos que suelen acompañarlas, sin que por supuesto, entremos nunca en considerar los terrorismos y demás coacciones como argumentos válidos para conseguir nada.
El proceso del Estatut, por ejemplo, es fiel reflejo de todo ello. De cara al exterior, en ningún momento se logró distanciar de la idea, equivocada o no, de que en la negociación pesaba el chantaje, o que se estaba haciendo algo irregular. La impresión la confirma Múgica con su recurso, pero ése es otro cantar.
Algo se debería hacer al respecto.

Idomeneo

Miércoles, 27 de Septiembre, 2006

Las aventuras de Idomeneo, no han hecho más que empezar. Si existió, fue rey de Creta; si no, un personaje de Homero para la Ilíada, en el caso de que Homero sea algo más que un seudónimo colectivo, o un antólogo de cánticos.
Quien sí existió fue Mozart, que hace de Idomeneo el protagonista de su ópera número 13, de título homónimo. Hasta aquí todo va razonablemente normal. En 2003, Idomeneo se cruza en la vida del dramaturgo alemán Hans Neunfels y de tal encuentro surge una nueva ópera, que es la de Mozart, pero con un final distinto al concebido por el de Salzburgo. Lo sustancial de las variaciones es que la obra acaba ahora con la decapitación de cuatro representantes de la divinidad, Poseidón o Neptuno _ que ya estaba en la Ilíada y en Mozart _, Buda, Jesús y Mahoma, que no lo estaban.
Durante más de un año (2003-04), la ópera de Mozart/Neunfels se representa sin que budistas, cristianos o mahometanos se molesten por las modificaciones introducidas. Pero amigo, llega el 2006, y cuando la Deutsche Oper incluye Idomeneo en su programación de otoño, se dan cuenta de que van a cortarle la cabeza a Mahoma _ los otros tres no les preocupan _, reciben amenazas islamistas y deciden retirarla.
Cuando el Gobierno alemán se entera no duda en calificarlo, a través de su ministro del Interior, de auténtica locura inaceptable, pues la occidentalísima libertad de expresión no debe limitarse por miedo. El ministro comprende que una llamada anónima en nombre del Islam es capaz de cargarse de un plumazo todo lo que Occidente conquista a través del tiempo, guerras, miles de pensadores y miles de muertes. Y claro, se desespera.
El caso nos da para imaginar cuál sería la reacción de su colega español, el señor Rubalcaba. ¿Se lo imaginan abatido, triste y lloroso como Schäeuble, o aplaudiendo el miedo de una sociedad que por no saber, no sabe ya ni lo que es, ni de dónde viene y a dónde va?

¡Oh, la Constitución!

Martes, 26 de Septiembre, 2006

No vamos a decir que la regulación del orden hereditario de la Corona española sea un tema menor, ni mucho menos, pero de ahí a que haya que esperar a cada nuevo embarazo de la princesa de Asturias para que se escuchen graves voces ponderando la vigencia, magnificencia y solvencia de la Constitución, resulta, como poco, sospechoso y contradictorio.
Da la sensación de que el único artículo de la Carta Magna al que debemos fidelidad extrema es el 57 del Título II, precisamente aquél sobre el que la inmensa mayoría de los españoles está en desacuerdo, aquél sobre el que existe consenso para su reforma, y aquél que admitiría una interpretación bipolar o sibilina para mantener a la infanta Leonor como heredera.
Porque para interpretaciones libérrimas que se vienen haciendo sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, basta comenzar la lectura de la Constitución por el Título Preliminar para constatar de que se toman a chirigota todos y cada uno de los artículos fundamentales de la Carta, desde la soberanía nacional _ que reside en el pueblo español y no en una parte de éste _, a la indisoluble unidad de la Nación, pasando por la lengua oficial del Estado y la presencia de los símbolos y banderas, y eso por no salirnos del Título Preliminar.
Como hoy por hoy, el único artículo susceptible de reforma es precisamente el 57 y como es un artículo que en teoría no nos debe afectar hasta dentro de un porrón de años, es razonable que el Gobierno no considere de urgencia abordarla. Urgente es la aplicación del resto de los artículos, porque son éstos los que influyen en el día a día, marcan las reglas del juego y permiten a cada ciudadano saber a qué deberes está sujeto y qué derechos le amparan. Por ejemplo, ¿le ampara la Constitución a los padres que desean una educación en castellano _ la lengua española _, en cualquier parte del territorio? No, padre; no le ampara. Bueno, pues eso.

Hormigas y avestruces

Lunes, 25 de Septiembre, 2006

Los acontecimientos se precipitan como las hojas del calendario. A la desaparición de las términos “ácido bórico” y “ETA” por vía expeditiva, se une ahora una manipulación del registro por vía tipex. Son demasiadas fabulaciones seguidas para que sólo sean eso, fabulaciones.
A las versiones oficiales les crecen los epifonemas. Si Rubalcaba dice que hoy no existe ningún informe que vincule a ETA con el 11-M, hay que añadir “porque fue destruido ayer”. Si ZP afirma que ningún indicio conduce a ETA, hay que añadir “porque ya le pasamos el tipex por encima”. Es como el niño que anuncia a sus padres: “Soy el primero de la clase”, y se guarda: “…en salir al recreo”.
Esos descubrimientos parecen molestar sobremanera a los grupos parlamentarios, a algunos colectivos de periodistas y a ciertas cabeceras que se mantienen en sus trece de que todo reluce a plena satisfacción. Nada sería más deseable, pero las sospechas son testarudas y se empeñan en anunciarnos que no basta la táctica del avestruz para no verlos. Si pretenden que todos nos sumerjamos en un autoengaño colectivo como el que logran los prestidigitadores en sus espectáculos, sepan que esto no es ningún circo, aunque se le parezca muchísimo.
Los primeros en darse cuenta del desmoronamiento han sido precisamente los dirigentes de ETA. Tiempo les ha faltado para desempolvar el discurso de la lucha armada y la independencia. “La lucha no es el pasado, es el presente y el futuro”. Toda una declaración de intenciones negociadoras, que el Gobierno, en su afán por no apartarse ni un ápice del guión preestablecido, califica de presiones sobre la hoja de ruta, pero que en realidad suena a ruptura en previsión de lo que pueda pasar a partir de ahora.
A todas estas, el PP modera sus críticas y mantiene su oferta de volver al pacto antiterrorista. Ellos sabrán a qué juegan y cuál es su umbral de credibilidad.
Ansiosos esperamos los próximos movimientos de fichas.

La paz empieza nunca

Domingo, 24 de Septiembre, 2006

La violencia callejera, ésa que llaman de baja intensidad porque no hay esquelas de por medio, no cesa en el País Vasco. Cada fin de semana _ será porque no hay cole _, la kale borroka se encarga de recordar que está ahí, en pleno diálogo con cajeros bancarios, emisoras de radio o partidos discrepantes.
ETA/Batasuna puede decir que no controla a sus cachorros, o que son muchos años de afición a los cócteles Molotov y que enseguida se escapa el brazo para empinar la botella. Chiquilladas.
Si tenemos en cuenta que estos señores se representan a sí mismos y que el único activo que ponen sobre la mesa de negociación es el fin de la violencia, ¿podríamos saber algún día cuál es el negocio que con tanto ahínco se persigue cuando en una tregua por ellos decretada son incapaces de evitar las bombas caseras?
La paz, dicho así, con esa rotundidad gramatical que parece aludir a la capital de Bolivia pero en minúsculas, no ha de ser. De lo contrario, queriéndola con tanta vehemencia, ya existiría. ¿O es que acaso el resto de los bípedos implumes que tratamos de vivir en paz, no dominamos las furias, tragamos sapos y guardamos los RH en el cajón para que no nos llamen racistas y otras lindezas?
Por otra parte, esa paz que parece concitar todas las expectativas y todas las esperanzas, ¿no ha de basarse en el respeto, la convivencia y la tolerancia? ¿Y qué perspectivas de tolerancia se adivinan tras unos señores capaces de descerrajar un pistoletazo al primero que se le cruce en el camino con una concepción de Euskadi distinta de la suya?
No, la paz tampoco ha de estar detrás de esas malhadadas conversaciones. Será otra cosa. Quizá la independencia, el ghetto, el cierre de fronteras, la torre de marfil, el coto vedado, la reserva, el apartheid sean palabras más acordes con lo que se busca por una de las partes. Por la otra ya lo sabemos, el título de Príncipe de la Paz para los restos.

Tifus, odio y lástima

Sábado, 23 de Septiembre, 2006

No es la primera vez que el desayuno llega acompañado de una noticia sobre la muerte de Bin Laden, aunque esta vez dicen que va en serio y que el culpable fue un tifus mal tratado. De ser así, el millonario se habrá encontrado con sus víctimas y se habrá dado cuenta de golpe de que todos, él y ellas, pertenecen al magma universal donde no hay religiones, ni ideologías, ni 72 huríes esperando su llegada en salto de cama.
Para él y para todos los que piensan que al hombre le corresponde pasar por esta vida sembrando odios, la revelación les llega tarde, pues ya nada impedirá que se les recuerde como unos pésimos vecinos, reacios al entendimiento, broncos en el trato y flojos de gatillo.
Bin Laden creó escuela, sin duda. Hoy hay más gente en el mundo que predica el odio, convencidos de que partir cráneos es una actividad intelectual, porque debajo del cráneo está el cerebro. Por ejemplo, los que montan una escandalera porque Elvira Lindo pronuncia su pregón de fiestas en castellano, son de ese corte. Y los que parieron el spot de la selección catalana, por ahí se andan. El odio como ingrediente básico de las relaciones humanas se explica en psiquiatría a través de los complejos de inferioridad, de incultura y de manipulación política o/y religiosa.
Alguien ha tenido la ocurrencia de realizar una gran pintada en una céntrica calle diciendo algo así: “Odia a tus hermanos”. No le bastó con ser ínfimo en sí mismo. Lo publicita, quiere crear escuela y adeptos; quiere que todos nos enfanguemos en el sufrimiento interno que conlleva el odio para no sentirse solo en su desgracia. Quizás también aspira a que lo odiemos y así difundir más y más su destructivo mensaje. Pero no, dice la sabiduría popular y eterna que odiar, además de un desperdicio de corazón, es conceder demasiada importancia al odiado. Bin Laden, los que no tragan a Elvira, los del spot, el autor de la pintada no inspiran odio, inspiran lástima.

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Creo que era Dowtoyeski el que decía aquello de “Se odiaban como hermanos”. Y puede que la convivencia fraterna , impuesta al fin, genere tensiones que no se producen con los amigos que eliges.
Pero al hilo de lo que dices, Cora, creo que si el fundamentalismo de las religiones es un mal antiguo, del que algunas se han corregido y otras han retroalimentado , el neofundamentalismo ncionalista es una lacra moderna que se nutre de intereses económicos y políticos
Los que amábamos la Barcelona abierta, cosmopolita, europea, creativa y rompedora de hace años, (donde el show del rechazo a Elvira Lindo habría sido INIMAGINABLE) la vemos ahora macerando en su propia endogamia, manipulada en todas sus expresiones, artísticas, culturales, educativas, etc., a merced de un montón de paletos cuyo sueño máximo es que el Barsa gane el mundial para Cataluña.
Lo asombroso es que los charnegos y los catalanes razonables callan, consienten y votan a los palurdos. Cómplices todos al fin.

La imposición de la lengua, algo que debe ser expansión natural y por tanto una opción voluntaria, es lo más detestable que se puede hacer con un pueblo. Y el spot en que un niño español ejerce de maltratador de catalanitos, una muestra de talante mendaz y despreciable.
Pero los vascos están mostrando también complicidad y anuencia con los multi-asesinos y su ámbito. Y sus niños, como los catalanes, aprenden a llamar extranjeros a los españoles y a vernos como enemigos naturales.

Querido Cora, me temo que algo parecido ocurriría en Galicia si el BNG gobernase con mayoría absoluta. No la tienen, y aún así la galleguidad patanegra se ha apoderado de la tele, los foros, los medios, los premios y los anaqueles de las librerías, con sus cosiñas y sus aqueloutradiñas , cuyo único mérito es, a menudo, estar escritas en galego. Y se eligen para la Selectividad textos de Manolo Rivas o Suso de Toro, escritor de cabecera de Zetapeta (!!!cielo santo, qué nivel de Presidente!!!), y se les pasea por los debates y los foros como santones, mientras Valle, Cela, Torrente, Cunqueiro, Fole… no digamos ya los grandes de la literatura española y universal,son totalmente ignorados.Con la acquiescencia de profesores anestesiados , supongo.

No creo yo que el BNG en estado puro y poder absoluto dejase atrás en catetismo y palurdez a los catalanes. Así estamos, con los índices de fracaso escolar y atraso cultural más fuertes de Europa.
Los fanáticos y fundamentalistas, vengan de donde vengan, son una desgracia para el género humano.

Mirandolina

De periodismo

Viernes, 22 de Septiembre, 2006

Desde hace tiempo, el Col.legi de Periodiste de Catalunya es una institución potente y saneada. Sin embargo, estas circunstancias, que son la envidia de los organismos parejos en el resto de España, no se han traducido en unas dosis mayores de independencia respecto a los poderes políticos, que es una de las condiciones imprescindibles para el correcto ejercicio del periodismo. Cabe suponer que la buena marcha de la tesorería colegial esté íntimamente relacionada con algún tipo de concesión, legal, por supuesto, obtenida de forma graciosa por parte de las administraciones públicas, que nada le piden a cambio.
Si esto fuera así, no sería arriesgado pensar que, poco a poco, el Col.legi iría cogiendo cada vez más apresto a oficialidad y menos apego por la bohemia, la independencia y el libre pensamiento del periodismo, viejos resabios de cuando cada cabecera tiraba por la calle del medio y hacía de su capa un sayo para uso y disfrute de sus lectores que ávidos las devoraban sin pararse a pensar lo que allí había de ética periodística, sino de sacrosanta libertad de expresión.
El hecho de que ahora el Col.legi apunte con el lápiz rojo del censor contra tres medios y de rebote, contra todos los que no comulgan con una versión oficial, o con dos, o con tres, no deja en buen lugar su condición de “agrupación de profesionales” y se escora tanto hacia lo políticamente correcto _ o sea, lo que a mí me conviene _, de los gobiernos catalán y español, que al periodista que suscribe le sobreviene un gusto inmenso al constatar que no pertenece a esa institución y que sí pertenece a la Asociación da Prensa de Lugo, al Colexio de Xornalistas de Galicia y a la FAPE, y que si algún día alguna junta directiva de una de esas tres instituciones se molesta en redactar una nota como la salida estos últimos días del Col.legi, tenga por seguro que presentaría mi solicitud de baja en el transcurso de los diez o quince minutos siguientes al enterado. ¿Enterados?

El ácido bórico

Jueves, 21 de Septiembre, 2006

En la conjura de los boyardos _ es decir, los Totus Tuus ZP Blues Band _, no ha quedado claro si los grupos parlamentarios no quieren oír hablar del 11-M, o del PP. Probablemente, de ninguno de los dos. Tanto molesta, molesta tanto.
Qué manía la de estos chicos de hurgar en el mayor atentado de la historia reciente, y encima, de hacerlo en el Congreso, como si la cámara no tuviese otras muchas disposiciones transitorias que convalidar para dar gusto al presidente.
La historia está ahí para que se aprenda en frases cortas: Nerón incendió Roma, Colón descubrió América, el caballo de Atila no dejaba crecer la hierba y ETA no tuvo nada que ver en el 11-M. No me vengan ahora con que los pirómanos de Roma fueron los cristianos, con que en América ya había colonias de canarios, con que el caballo era mula, o con que el ácido bórico en poder de ETA en Salamanca también estaba en poder de Hasan Haski, pero que no se supo porque se manipuló el informe para que el juez Del Olmo no se coscase. No me vengan porque está una de ácidos bóricos hasta las mismísimas candidiasis.
Tienen razón los Totus Tuus. Mira que si ahora descubriésemos que a Roma la incendió Colón y que la burra de Atila se ponía de ácido bórico hasta las cejas, la muy borrica. Más de uno se iba a tener que tragar sus libros de historia, sus editoriales o sus conjuras, que para el caso es lo mismo.
Lo mejor será que se quede todo como estaba. Los Totus Tuus son involucionistas a ratos y revisionistas por temporadas. La pancarta de “¡Queremos saber!” ya no se lleva en este otoño-invierno que hoy se inicia. Es propia de retrógrados. ¿Quién no tiene en su casa un tarrito con ácido bórico por si un día llama la vecina a la puerta y te lo pide para su tratamiento de la vaginitis?
_Me he quedado sin el bórico, ¿te importaría prestarme dos cucharaditas para darme un baño de asiento?
Que también sirva para fabricar explosivos es un tema que ni a usted ni a mí nos interesa.