Ja no sóc aquí
Martes, 31 de Octubre, 2017
El acelerador de partículas, lento si lo comparamos con el 155
La velocidad de los acontecimientos supera todo lo imaginable. Da igual que Forcadell acuda a su despacho, como al volver de un crucero por el Egeo y preguntar a los ujieres, ¿ha pasado algo en mi ausencia? No importa que Puigdemont escape a Bruselas y difunda unas absurdas fotos de la Generalidad, como diciendo Ja no sóc aquí. De nada le vale a Rull sacarse una foto en el despacho con la prensa del día al fondo, como hacen los secuestradores para demostrar que sus rehenes están vivos. Es inútil que Junqueras anuncie la adopción de unas medidas de difícil comprensión como si estuviese en condiciones de tomar más medidas que las relativas a su talle para que le cosan una faja.
Da lo mismo. Tienen unas horas para recoger. Y algunos, para presentarse por presunta rebelión.
Esas actitudes son mundos paralelos donde ellos se refugian en un delirio esquizoide después de tantos años dándole a la matraca, como hace uno de los Jordi con su pobre compañero de celda.
En un fin de semana el panorama ha cambiado con tal celeridad que muchos de los antiguos protagonistas ni siquiera se han dado cuenta. Pero no tienen más que darse una vuelta por los titulares de prensa y en ellos leerán que los partidos, el de ellos incluido, se han puesto a trabajar para presentarse a las elecciones de diciembre con las mejores pintas posibles.
El 1-O ha sido arrasado por el 21-D. Claro que los que siguen haciendo monadas, los que se sacan selfies en sus antiguos despachos, los huidos, los que no se dan por enterados de su cese, nada tienen que pintar ya en la convocatoria electoral, y no solo por sus compromisos con la justicia. ¿Se imaginan que vuelven a poner el futuro de sus empresas en manos de Oriol Junqueras? Solo lo harán quienes tengan en su ideario procurar la ruina, demoler lo construido y sobre esa tierra quemada, levantar su tribu, su jaima y su covada.