Archivo de Diciembre, 2007

En la Catedral

Domingo, 30 de Diciembre, 2007

El encuentro Catalunya – Euskal Herría _ mucho ojito con la nueva denominación _, ha sido la traca final del empacho nacionaldeportivo que ha dado en brotar gracias a las vacaciones. Es decir, se trata de un producto típicamente navideño caracterizado por provocar una fiebre elevada que no se cura viajando, como recomienda Baroja cuando estos casos clínicos ponen en peligro la lucidez y la consciencia.
Algunos socios del actual Gobierno aprovechan los dineros oficiales para minar el Estado que les ampara y al que deberían servir con fidelidad, por lo menos, hasta que no sea otra su forma, lo cual no lo podrán decidir unilateralmente, como repiten con insistencia machacona, por ver si así acaban por convencer al resto que ellos, y sólo ellos, son los dueños del patio de vecindad.
Si no fuese porque aquí somos todos de conciencia laxa, la movida tendría unas pintas de traición bárbaras.
A todo esto, el Gobierno asiste con su tradicional estrategia de mirar hacia otro lado, como si el pitote armado no fuera con él. ¿También será competencia de Sarkozy? Hay que ver lo mucho que pugnan porque nos afrancesemos.
De momento no parece que sea incompatible jugar en la selección oficial española y en cada una de las creadas al amparo de las autonomías, pero si algún día entra en vigor el espíritu de lo que con gran pompa llaman la Declaración de San Mamés, sepan vascos, catalanes y gallegos firmantes que necesitarán de una liga propia, con sus Segundas A y B, que sus partidos contra los equipos cercanos sólo interesarán, como mucho, a sus respectivas televisiones, y que su sueldo habrá de sufrir una merma considerable, salvo que se vayan a jugar al extranjero, una opción que ha de resultar aborrecible a unos cachopedazos de nacionalistas como ellos.
Por lo demás, creo que el partido resultó de lo más ameno, con gente corriendo de un lado para otro y con un árbitro al que se le insultó en las lenguas respectivas, salvo algún despistado que lo hizo en castellano.

Un bimestre y 9 días

Sábado, 29 de Diciembre, 2007

El presidente ha reconocido un error notable, el de ETA, y un error sobresaliente, el del AVE. De los errores aprobados no ha dicho nada en su comparecencia, quizás porque los periodistas presentes tenían que llegar a sus redacciones antes de que dieran las uvas. Pero aunque todas las labores de gobierno se pueden trocear en asignaturas y calificar de forma independiente lo que se hizo en infraestructuras, en educación o en relaciones exteriores, hay una nota final que los examinadores _ en este caso, los votantes _, conceden sin necesidad de sumar decimales, ni de hallar la media aritmética entre los notables y los suspensos. Esa nota se llama la percepción del gobernante. En épocas pasadas, dentro del ámbito escolar, se expresaba en la casilla de Conducta. Los padres apenas reparaban en ella porque les interesaba más la cifra que venía a continuación de las palabras Latín o Matemáticas, pero en realidad la verdadera nota era la de Conducta, por cuanto servía de indicativo para saber si el personajillo se hacía adulto al ritmo correcto, o seguía siendo un botarate asilvestrado.
El tiempo de la legislatura está agotado y aunque los exámenes son en marzo, lo que resta es pura campaña, el tiempo de hacer la pelota a los calificadores y el de presentar un ejercicio que está a la vista de todos los que lo siguieron con atención, día a día.
Quienes a estas alturas no sepan qué calificación han de otorgarle al alumno vivirán dos meses y nueve días inmersos en un ir y venir de cantidades macroeconómicas; de fiestas, banderitas y fuegos artificiales; de promesas, debates, réplicas y contrarréplicas; de Zetas enormes y de ojos que parecen mirarte al fondo del alma, pero como el alma está tan a la baja, parecerá el Gran Hermano vigilante y tenebroso.
Va a ser un bimestre muy sonado; con el canon, el Estatut y todo lo que queda colgando. Se oirán palabras fuertes y dulces arrullos. Para los que ya han calificado, todo será más tranquilo.

El imbécil electrónico

Viernes, 28 de Diciembre, 2007

Ded Moroz es el Papá Noel ruso. Luce las mismas barbas blancas que sus colegas occidentales y a diferencia de ellos, se cubre con una túnica, normalmente azul, que llega hasta el suelo, y no con el tres cuartos rojo de Santa Claus, que parece un diseño de Dior. Se podría decir que su estética está más cerca de san Nicolás gracias al traje talar, pero también más lejos, porque le ayuda una hija llamada Snégourotchka, algo así como Nievecita. El resto de sus características no difieren demasiado: troika por trineo, caballos por ciervos y el mismo objetivo, traer regalos y juguetes a los niños por Navidad en recuerdo de los que la leyenda dice que realizó san Nicolás a tres niñas en apuros económicos. Es decir, que de icono pagano, poco.
Los que somos de los Reyes Magos de toda la vida conocimos a Santa en los chistes de Playboy y en toda la filmografía norteamericana, que es abundante; es decir, tenemos una imagen muy frívola del barbudo que en nada supera a la de los tres astrólogos y magois del 6 de enero.
Con todo y eso leemos con satisfacción la censura impuesta por el consejo regulador de la publicidad en Rusia, que ha prohibido a Eto _ un fabricante de juguetes electrónicos, que no un jugador del Barça _, decir en sus anuncios que Ded Moroz no existe. Argumentan que tal afirmación daña la credibilidad de los padres y supone un drástico final a la etapa infantil, que debe llegar de los propios labios de los progenitores, cuando éstos lo consideren oportuno. Incluso añadiríamos otra razón más. ¿Quiénes son esos fabricantes para arrogarse la verdad sobre Ded Moroz? El personaje existirá siempre que el niño quiera que exista y esos golpes bajos a la fantasía, por muy electrónicos que sean sus juguetes, sólo pueden producir precoces desalmados y futuros padres que escamotearán a sus vástagos sueños e ilusiones que son tan reales como la mala leche del anunciante, al que deseamos un imparable descenso de sus ventas, tanto si Ded Moroz cabalga con su troika, como si no o hace.

Inocentadas obsoletas

Jueves, 27 de Diciembre, 2007

Este año no se esperan inocentadas en los medios de comunicación porque se corre el peligro de que los lectores se las crean de verdad y se monte un pollo épico. Hoy las inocentadas pueblan los titulares durante todo el año y no es necesario que ningún redactor se estruje las meninges en busca de noticias sorprendentes porque la humanidad entera se ve afectada por un extraño virus que la induce a protagonizar lo que sea necesario con tal de ganarse un hueco en los informativos, un sillón en un programa de confidencias o unos minutos de charla con Cristina Tárrega. Y encima, a todas esas sandeces las llamamos noticias.
No se libran algunos políticos de los efectos del virus y así comprobamos, por ejemplo, que hoy no podrían publicarse como titulares de inocentadas cosas como éstas: “Deciden terminar en z todas las palabras que acaben en d”. O: “El Ministerio de Vivienda regala zapatillas para buscar piso”. No se puede, porque de inmediato sabríamos que son verdad y no habría nadie a nuestras espaldas para gritarnos con la mueca desencajada: ¡Inocente!
El asunto es muy serio. El otro día leímos cariacontecidos: “Convocan un orgasmo colectivo por la paz”. La gente ya no sabe qué inventar para darse un restregón por la cara. Y además, ¿habría guerra en caso de gatillazo? O este otro: “Se alquilan actores para pasar con ellos la Nochebuena”. Pobres actores, ¿no tienen con quién pasarla?
Un titular que me llegó al alma fue el que anunciaba: “Vende su alma por internet”. ¿A quién? ¿Al Diablo? No, por favor; el demonio es una persona seria y sólo compra mediante pactos luciferinos y pagarés infernales.
Hasta los médicos, que siempre los tuvimos por formales y circunspectos, se han contagiado de la tontería reinante. Por lo que se lee, un facultativo con el MIR hecho y toda su carrera a cuestas le dijo a un paciente:
_Lo siento. No puedo vacunarle, porque aquí dice que usted murió hace seis años.
¿Para qué mentir si la verdad supera la ficción?

Dudas canónicas

Miércoles, 26 de Diciembre, 2007

Esto de rechazar en masa el canon digital ha de ser un problema de comunicación. Vamos, que no nos lo han explicado bien, porque siendo una medida tan hiper mega guay para la masa creativa de este país, no se entiende que no estemos todos apoyándola con una carerolada tras otra, con fiestas y fanfarrias, pues a partir de ahora, queridos espectadores y radioescuchas, escribir en España _ letras de canciones _, ya no es llorar.
El hecho de haber estado toda la vida lamentándonos de las precariedades de letristas, novelistas y poetas no encaja con una oposición tan radical a una medida que garantiza de por vida el condumio de quienes dediquen sus neuronas a la actividad creativa, siempre que esté protegida bajo el palio sonrosado de la SGAE y su luz crepuscular.
Pese a cumplir los cuarenta años en el oficio de juntaletras, a este menda no le alcanzan conocimientos para discernir algunos extremos del dichoso canon e imagino por tanto, que lo mismo le puede suceder a otros muchos compatriotas que están perdidos en un mar de dudas por culpa de ese fallo de comunicación, como le ocurrió a Aznar cuando le pusieron la bomba.
La primera duda afecta al pirateo en si. Dado que el canon presupone su existencia y se lo hace pagar a todos los compradores de soportes y aparatos, aunque después sólo los utilicen para reproducir sonidos plenamente legales y películas recién salidas de las productoras correctamente establecidas, ¿debe interpretarse que están autorizados a proveerse de la música allá donde la encuentren? ¿Pueden desplegar su top-manta todos aquellos que ya han pagado su canon correspondiente al adquirir los software y los hardware adecuados para ello? ¿Incumplen sólo la normativa que regula el impuesto de radicación, o alguna más?
Quizás sean preguntas absurdas, pero algo ha fallado a la hora de comunicar el canon, porque la gente se las plantea y se escuchan respuestas para todos los gustos. También se plantean si los autores más pirateados recibirán más dinero que aquéllos a los que nadie reproduce, ni por lo legal, ni por lo criminal, y si es así, ¿cómo se averigua esa circunstancia?
Los padres de los mozuelos que rasgan guitarras o aporrean timbales están muy preocupados con todos estos temas, bien porque recelan de la capacidad creativa de sus infantes, bien porque ignoran que con el mero hecho de registrar sus productos y editarlos van a entrar en el prorrateo de beneficios, pues en ese caso se van a crear más sellos grabadores que chiringuitos en las playas de moda. Con un disco que coloquen en el mercado les bastará para lograr una cómoda subsistencia y ya no tendrá sentido el chiste:
_Compré tu disco.
_¡Ah! ¡Fuiste tú!

Palabras del Rey

Martes, 25 de Diciembre, 2007

Esperaba del monarca alguna referencia a la baloncesticidaz, que es vocablo nuevo y de poca raigambre entre su pueblo, aunque sí en su presidente. Nada. Ni una mención. Seguimos sin penetrar en su exacto significado. Quizás por ello han achacado al mensaje regio la condición de previsible, pues en efecto, previsible era que tras un año de lamentables incongruencias, él viniese a decir en Nochebuena más de lo mismo.
Sí habló el Rey de la crispacidaz y vino a confesar, como lo hizo sobre el pecado aquel párroco vasco de pocas palabras, que no era partidario. Recalcó asimismo lo mucho que le disgustaba ver cómo los partidos no llegaban a consensos sobre lo que es España y el proyecto común que representa, lo cual traduce el pueblo que es muy grave reprimenda, pues recuerda la sentencia alusiva a tales circunstancias que el rico acervo cultural utiliza en estas ocasiones y que reza en toda su extensión de la siguiente guisa: “Manolete, Manolete, si no sabe toreá, pa que te mete”.
Esta recomendación de acuerdos y consensos ha sido vista como “retrógrada y reaccionaria” por quienes piensan con gran salero que se pesca mucho mejor en río revuelto y que mientras la mayoría pierda el tiempo en discusiones bizantinas, más oportunidades tendrán ellos de lanzar la caña y pillar cacho.
Por eso, cuando pidió el mismo, o parecido concierto, para dar carpetazo al terrorismo, dicen que en Getxo y Balmaseda se oyeron varias explosiones, y no de júbilo, que ahora estarán siendo sometidas a muy diversos juicios.
Por eso también se observa en las primeras reacciones de los señores Arana, Herrera, Ridao y Llamazares, cuán profundo es el enojo que les produce escuchar del jefe del Estado palabras de conformidad, entendimiento, convivencia, Constitución, gran familia, unidad, diversidad, integración, solidez, cohesión y patrimonio común, que salpican el mensaje, pues se ve que su idea del Estado pasa por todas las contrarias.

Vente pa España, Enver

Domingo, 23 de Diciembre, 2007

Por fin, después de muchos esfuerzos, la gente se ha convencido de que en España es facilísimo robar, sale barato, hay mucha mercancía y la legislación se está llenando de disposiciones garantistas que más abogan por el delincuente que por la víctima. En España, tan buen escenario es un polígono industrial, como una residencia de lujo en Boadilla; una joyería en Aluche, como una boutique de Chanel en el Madrid más chic y trompetero.
Y si el dueño se pone farruco, se le propina un buen cachiporrazo en la cabeza, como aquéllos con los que Chacolín solía acabar sus sesiones de marionetas dejando a la Bruja para el arrastre. Por cierto, quien metía la mano para accionar el muñeco de Chacolín era su creador, Natalio Rodríguez, de nombre artístico Talio y padre también de José Luis Rodríguez Moreno, al que nunca le hemos oído hablar de la barraca paterna que tantas tardes de emociones hizo pasar a los niños de los cincuenta.
Pero para emociones fuertes, las que a partir de ahora puede contar su hijo, si el porrazo no le borró la memoria de una noche a medio camino entre la naranja mecánica y el estacazo que te crió, grito de guerra del famoso muñeco.
Los ecos de este exitoso allanamiento de morada, los nombres de Cartier y Chanel como víctimas del pillaje, las facilidades de entrada y otras circunstancias que de España se divulgan, han de resonar con fuerte atractivo entre aquellos con iniciativa delincuente, como años atrás lo hacía el nombre de Alemania entre los que estaban dispuestos a trabajar sin desmayo. Vente pa España, Enver, que han suprimido el sopapo. Y vendrán, no lo duden, con la ilusión de un mundo mejor, a una tierra que parece no darle aprecio a lo conseguido desde que sus mejores hombres se marchaban a cosechar divisas.
El que quiera seguridad, que se la pague, nos dijeron hace no muchas fechas. Comprendido, ante el robo conviene blindarse con un canon. Después los piratas tendrán los puertos francos para hacer lo que les venga en gana.

Correcta tontería

Sábado, 22 de Diciembre, 2007

Lo llaman corrección política y en su nombre han decidido suprimir adornos, luces, fiestas y deseos de paz y amor a los hombres de buena voluntad. Dicen que ciudadanos de otras religiones podrían sentirse ofendidos y/o molestos. ¿Quiénes? ¿Los satanistas? No, hablan de los mahometanos.
Alguien se ha vuelto gilipollas de repente, y como a los mahometanos los tenemos en muy buena consideración, por fuerza han de ser los políticamente correctos, una secta que se extiende a través de papillas televisivas sin necesidad de que sus miembros abran un libro en la vida.
La noticia de marras, la de los ofendidos y/o molestos, viene de Inglaterra, donde el 80% de 5.000 empresas _ ignoro por qué no dicen directamente 4.000 empresas _, han decidido suprimir sus tradicionales celebraciones de Pascua y donde algunos ayuntamientos no han encendido ni una bombilla para festejar el nacimiento del sol, no sea que se la lapiden.
Por supuesto, luces, adornos y comilonas forman parte de la deriva comercial de estas fechas y su relación con la fiesta religiosa es tangencial. De hecho son muchos los cristianos que rechazan la profusión de colgajos por el desviacionismo que supone. Por lo tanto podríamos pensar que en realidad, lo que ofende a los musulmanes es el disfraz menos navideño, pero no hay que calar tan hondo para comprender que toda la movida es un completo y ridículo disparate. Que se cuiden muy mucho en Valencia de festejar a san José, en Madrid a san Isidro y en Lugo a san Froilán, porque si a estos defensores de la corrección no se les paran los pies y se les hace patente lo cursi de su pensamiento, de aquí a unos años el camino del Rocío va a acabar de la ceca a la Meca, por no molestar, más que nada.
De momento, al mensaje navideño de la reina de aquellas islas en la televisión pública, va a seguir otro de una señora musulmana que dirá lo que tenga que decir cubierta totalmente por un velo. Correcto. Pero ¿y los hinduistas? ¿No hay hinduismo en Gran Bretaña?

Un modelo de éxito

Viernes, 21 de Diciembre, 2007

La última moda, le dernier cri de la política, consiste en votar lo contrario de lo que se venía propugnando. Se entiende que arrase esta tendencia porque ha demostrado ser la más rentable, la más deseada, la más chupi lerendi de todas cuantas hoy cuelgan de la guardarropía de los representantes públicos, que en teoría son los que defienden los intereses de los particulares, aunque eso está cada vez más confuso.
Se trata de una moda muy ponible, a base de capas superpuestas y de conchas de galápago que se combinan con escamas de besugo y colmillos de elefante engarzados en punto cadeneta que da al conjunto un aire muy évasé, es decir, que tanto puede ir hacia un lado como hacia el otro, de acuerdo con la dirección hacia la que sople el viento.
En un principio es aconsejable averiguar hacia dónde sopla el Gobierno para ponerse enfrente. De nada vale facilitarle el trabajo parlamentario desde un principio, pues entonces será cuando no te valoren, ni te den aprecio, ni te pongan precio. Después hay que estudiar muy bien la correlación de fuerzas, el sentido de los otros votos y el porcentaje de parlamentarios que pueden estar ausentes por la gripe. Para todo ello se recomienda el uso de la calculadora.
El siguiente paso consiste en aplicar esos cálculos a la tramitación en ambas cámaras, distinguiendo con gran precisión qué puede ocurrir en el Senado sin que afecte a lo que ocurra en el Congreso para de ese modo mantener la incertidumbre hasta la traca final, que es cuando el Gobierno está más apurado y cuando puede soltar la guita.
Se comprende entonces la utilidad de las extrañas piezas de las que se compone el conjunto. Las escamas de besugo son imprescindibles para que resbalen sobre ellas los improperios que puedan lanzarles, las conchas de galápago soportan muy bien cualquier graduación de cara dura que se precise, y los colmillos de elefante son inmejorables si llega el caso de embestir.

El fin del sopapo

Jueves, 20 de Diciembre, 2007

El legislador había previsto que si acompañaba el verbo reprender de las limitaciones contenidas en los términos “razonable y moderadamente”, todos los padres y maestros comprenderían de qué se estaba hablando. Y en caso de existir alguna duda, sería potestad del juez determinar si el cachete o el azote había sido razonable y moderado. Esa situación ha estado vigente hasta ayer, cuando la moderación y la razón han sido sustituidas por el respeto a la integridad física y psicológica del menor.
Aunque ni antes ni después se cita, se hace necesario interpretar que hasta ayer el cachete estaba amparado por el Código Civil y que ahora ya no.
Por nada del mundo se nos ocurriría salir en defensa de tales métodos, especialmente después de haber sido víctimas de ellos, no por parte de padres, sino a manos de algunos maestros que utilizaban nuestras tiernas epidermis como piel de pandero, a las primeras de cambio y sin moderación ni razones aparentes a la vista. Pero siendo entonces muy solicitado que tal reforma viniese en nuestra ayuda, ha de resultar paradójico para toda esa generación de sufridos alumnos que sea ahora, cuando se nos informa que son más frecuentes las agresiones del educando contra el educador, el momento elegido por el legislador para suprimir ese sibilino matiz que deja a los pies de los caballos la parte en teoría más débil del contencioso. ¿Será por venganza de los tiempos idos?
Quite, quite. ¿Cómo se nos pueden ocurrir esas maldades? El cachete se elimina porque es una aberración y porque aquí luchamos contra la violencia hasta caer exhaustos; que se lo pregunten a las víctimas del terrorismo, a los hombres de paz que se pasan el día maquinando amenazas, a los manifestantes ligeros de cuchillo, a esas clínicas de Barcelona que raspan todo lo que les pongan por delante y a algunos más que añoran un Paracuellos masivo y generalizado.
El cachete ha muerto, que lo sepan los alumnos.