Archivo de Octubre, 2007

El 11-M el 31-O

Miércoles, 31 de Octubre, 2007

Las sentencias por asesinato nunca las escuchan las víctimas. Cuando se trata de asesinatos terroristas, las víctimas somos todos y cada uno las lee a su gusto. Así no es extraño que en las primeras horas contadas a partir de la lectura de la sentencia se le hayan dedicado ya muchos adjetivos, alguno de ellos contradictorios. Veamos los principales.
Determinante.- Es la calificación merecida por parte del presidente del Gobierno. Se ha hecho justicia, se ha determinado la verdad del atentado y se ha demostrado el buen funcionamiento de la justicia española en un proceso complejo, pero rápido y satisfactorio. Esta última consideración fue asumida también por el líder la oposición, aunque apoye prolongar las investigaciones.
Blanda, benévola.- Las penas leídas por el juez Gómez Bermúdez en su resumen recibieron a bote pronto esos calificativos por parte de algunas víctimas, defraudadas en ese aspecto.
Incompleta.- Otra de las valoraciones más repetidas se ha fijado en la ausencia de condenas a los autores intelectuales del atentado, bien porque se atribuye ese papel a los suicidas de Leganés, bien porque no se han encontrado todavía.
Especulativa.- Las dudas sobre el origen y la naturaleza de todos los explosivos utilizados no se despejan, sino que se solventan con especulaciones, lo que no evitará que se mantengan recelos sobre la investigación.
Sorprendente.- Quizás la confirmación a los anuncios de que la sentencia causaría sorpresas venga por la absolución de El Egipcio, que incluso en la versión oficial aparecía como autor intelectual de la masacre.
En resumen, cabe felicitarse por haber llegado a este punto, pero en clave política ninguno de los dos grandes partidos puede sacar mucho pecho tras escucharla. Ni ETA, ni Al Qaeda ha sido condenados. Ni la conspiración política, ni la guerra de Irak abandonarán las tertulias. Se llegó hasta donde se pudo del 11-M en este 31-O.

Recuerdo de Pasolini

Martes, 30 de Octubre, 2007

Cuando Pier Paolo Pasolini critica las algaradas universitarias de Valle Giulia, en la Roma del 1 de marzo de 1968, pocos son los que entienden sus palabras. Muchos de quienes sí lo hacen, prefieren ocultarlo y disimular, refiriéndose a él como un traidor a su clase y a su ideología.
Pasolini era una voz indiscutible de la izquierda italiana, aunque sólo hubiese llevado en su bolsillo el carné del Partido Comunista de Ferrara no más de dos años. Con militancia o sin ella, el poeta y cineasta fue izquierda por los cuatro costados, quizás también para escapar de la influencia paterna, un hombre del que se dijo por toda biografía que había salvado la vida a Benito Mussolini.
En aquella ocasión del mítico año 68, Pasolini manifestó que los universitarios eran los hijos de los burgueses y que representaban a los ricos, mientras los policías eran hijos del pueblo y representaban a los pobres y a la República. Sin abandonar el maniqueismo que pretende etiquetar a los hombres como buenos y malos de acuerdo a su adscripción, y no a su conducta, Pasolini desconcertó a la opinión pública mucho más de lo que podría haberlo hecho el propio presidente de la República, aún a costa de ser visto como un renegado.
Episodios como los de Valle Giulia ocurren a diario y a diario se intenta colárnoslos distorsionados, a gusto de los actuales maniqueos. Por qué ha de ser derecha reconocerse en la transición, o qué tiene que ver con la izquierda abrazarse a tiranuelos de poca monta, por no repetir el catálogo de manipulaciones al que nos vienen sometiendo los vendedores de humo, demagogos y propagandistas más activos desde las cruzadas a esta parte.
Las cargas de profundidad que se han activado contra la objetividad y el libre pensamiento bajo nombres rimbombantes carentes de sentido _ MH, EpC _, están clamando por un Pasolini que sin miedo a la apisonadora del régimen llame a las cosas por su verdadero nombre.

Mucho mejor lo hablamos

Lunes, 29 de Octubre, 2007

Entre sus consecuencias más nefastas, el talante prometido hace cuatro años ha provocado que muchos periodistas se comporten como políticos, que los debates sean enfrentamientos y que entre ellos aparezca una línea divisoria en forma de trinchera desde la que no se dialoga, sino que se dispara.
Los debates entre periodistas se organizan ya con el mismo criterio que aquéllos en los que participan políticos. Se invita a tantos de un lado y a tantos del otro para que todo guarde las apariencias de ecuanimidad y se da por sentado que así, una vez adoptadas esas precauciones, la representación es políticamente correcta, pero ni con ésas.
La chispa más encendida salta en el programa con el título menos indicado para confirmar la existencia de esas trincheras, “Mejor lo hablamos”, de la televisión pública andaluza, donde mejor que hablarlo, cuatro invitados dieron un portazo y dejaron a Mariló Montero compuesta y sin espacio.
La tesis es que Nacho Villa, el director de Informativos de la COPE, no podría haber reprochado a Fernando Delgado que su emisora, la SER, hubiese mencionado la existencia de terroristas suicidas el 11-M; es decir, resucitar la vieja máxima entre medios: perro no come perro. En consecuencia, ya que perro muerde a perro, perro se levanta.
Dado que en los últimos tiempos los mordiscos son habituales, dado que en la profesión hay quien justifica la creación de cinturones sanitarios contra colegas, o que se racanean las condenas cuando hace acto de presencia la violencia física, a nadie le sorprende que la escalada vaya en aumento y que sea imposible finalizar un debate con una sonrisa, porque cuatro de los seis contertulios se han levantado antes de tiempo. Todo muy lamentable.
Desaparezca o no de la parrilla el debate “Mejor lo hablamos” que presenta la mujer de Carlos Herrera, el episodio se citará como la referencia al día en el que los periodistas no supieron o no pudieron debatir.

El buen nombre

Domingo, 28 de Octubre, 2007

Toda la vida llamándole ZP y ahora nos sale con que sólo es Z, tal y como firmaba El Zorro sobre el pecho del gobernador antes de arrojarse a los pechos de Zeta-Jones. La zeta es lo que tiene, que tira más que dos carretas. Unos profesores de griego pronunciaban zeta y otros, theta. A nosotros nos gustaba más la segunda fonética, porque así podíamos preguntarle en alto: “Don Nicandro, ¿Telémaco va con teta mayúscula?” Y siempre eran unas risas a esas horas de la mañana. Realmente es una letra compleja. Costa-Gravas la usó en su película para rescatar una antigua simbología griega. Z = El que está vivo. Hoy podría ser el que está más vivo e ingenioso; el que hace chascarrillos y zipizapes. Lástima que el mensaje se confunda con dosis de ortografiedaz que lo afean.
El presidente cántabro no se come el tarro con el nombre. Él es Revilluca, que así le llama su primo, el de la vacas tudancas, que el pobre vive acojonado por el cambio climático. De Revilla, Revilluca; elemental.
Maleni tiene un problema. La titular de Fomento dice que correr es de cobardes y que ella no se va a ir, pero su problema es que no se llama Maleni. Mal vamos. ¿Y cómo se llama entonces? Ella lo explica: “Hace tiempo un medio de comunicación se inventó que me llamaba Maleni y ahora, si me descuido, hasta mis amigos me llaman Maleni”. Eso le pasa a mucha gente, por ejemplo a Juan Martín Díez, al que llamaban El Empecinado por ser de Castrillo de Duero y haber en ese lugar muchas pecinas, o charcas de lodos negros. Tras llevar él ese nombre, todo cambió y empecinado comenzó a significar también hombre testarudo.
Empecinado en llamarse Josep Lluis, aquí y en la China popular, está Carod, que siempre tuvo problemas con su nombre desde aquel episodio en el que le llamaban Pepe Pérez, por ser su padre José Luis Pérez Almécija y su madre Elvira Díez Rovira. Siendo así, no es de extrañar su empecinamiento en ser tratado como Josep Lluis. ¿Va a saber usted mejor que yo cómo me llamo?

El primo físico

Sábado, 27 de Octubre, 2007

Muchos de nosotros también tenemos un primo físico que realiza sesudas aportaciones sobre el cambio climático y sobre el fin del mundo que vuela hacia nosotros en forma de gigantesco meteorito descontrolado. El mío, además, es físico teórico, así que en casa andamos con la cabeza hinchada desde que Al Gore progresaba adecuadamente en su colegio de Cartago (Tennessee).
Él siempre nos repite que recibimos la Nave Espacial Tierra sin manual de instrucciones y que a bordo de ella no existe ningún pasajero, ni el octavo, sino que todos somos tripulantes. Cómo iba a ser de otra forma si la presencia o no de una sola brizna de hierba está influyendo de una forma y otra en la temperatura, en las lluvias y en los vientos. El poder modificador del hombre comenzó antes de descubrir el fuego y la rueda, inventos ambos de los que nos sentimos muy orgullosos y sin los cuales sería imposible subir a un coche para diligenciar un cordero asado en Aranda de Duero. El cordero vuelve a la naturaleza a través de las cloacas y los cinco billones de litros de petróleo quemados cada año, la mitad en transportes, se convierten en el 42 por ciento de las emisiones de anhídrido carbónico. En efecto, somos tripulantes, aunque no sepamos el manejo, ni el rumbo, ni el destino. Nuestro primo, el físico teórico, trata de averiguarlo y así está, con unas patas de gallo que lo avejentan a marchas forzadas; porque como él dice, si todos los esfuerzos por conservar el planeta son para lo habiten pandas de bandarras embotellados, deja la física teórica y prepara notarías, que cabeza tiene para eso y más.
Como sentenció la asesinada ecologista Petra Kelly, “todos quieren volver a la naturaleza, sólo que no a pie”. Ni para ordeñar la vaca antes de desayunar, añade mi primo. Y en ese mar de dudas nada el hombre.
Yo le ayudo al cincuenta por ciento. No tengo reparos en zamparme el cordero, pero no conduzco.

El virus bueno

Viernes, 26 de Octubre, 2007

El ordenador del que salen estas líneas se está reponiendo de los ataques sufridos por un virus corrupio que lo dejó muy pachucho, al borde mismo del tantarantán maríamanuela. Dada mi estrecha relación con el aparato, he seguido el proceso viral con la angustia de la madre que tiene a su niño en quirófano, y me permito hablar de un caso tan particular porque al tiempo es común a millones de usuarios.
Hace unos días, cuando lo abro por la mañana, lo encuentro muy desmejorado. Va lento y se niega a realizar algunas funciones. Este chico tiene algo, me digo con ese lenguaje técnico y preciso de quien no tiene ni zorra idea de lo que es un sistema operativo. Hay que llevarlo al especialista.
Después de mirarle las tripas al pobrecito, después de observar sus deposiciones, de limpiarlo de cookies, de aminorar los archivos almacenados y de recetarle un escaneo, el facultativo me mira al fondo de los ojos y me anuncia el fatal descubrimiento: Tiene un virus.
_¿Es grave, doctor? _ musito con un hilillo de voz.
_Me temo que sí. Es un virus que al ser detectado en el archivo donde se aloja, se transforma y se va a otro.
_¿A qué dedica su tiempo libre?
_Come memoria.
_¡Por san Frutos Pajarero! ¿Y qué debemos hacer?
_Lanzaremos un ataque masivo con armas no convencionales.
_Lo que sea, doctor; que se me echa la hora de cierre encima.
Afortunadamente todo sale bien y hoy convalece ganando memoria de hora en hora. Desde entonces no dejo de pensar en ese bicho tan inteligente y en su creador, que mala centella lo coma. En mi delirio me pregunto cómo es que a nadie, con esas prodigiosas cabezas de pitagorines, se le ocurre crear un virus bueno, que te aporte memoria por un you tube, que ayude a mejorar las prestaciones, que te haga navegar a toda máquina, que se coma las cookies y los virus y se quede contigo para siempre. Sería un pirateo impresionante y a muchas casas les haría un hijo de madera.

El resistible caos

Jueves, 25 de Octubre, 2007

Algo han dicho sobre convertir en jueces a los licenciados con más tomates en los codos. Posiblemente no lo haya leído bien del todo, porque de ser así, se echan en falta varias reacciones airadas de la judicatura, no sé, del CGPJ, de los Jueces para la Dedocracia, o de Justicia sin Fronteras; de alguien que opine desde dentro sin miedo a quedarse fuera de la foto. Y si hay que decir que ése es el camino más excelso para fabricar jueces y que hemos estado haciendo el pinzo hasta ahora, que se diga también. No vaya a pasar lo que al parecer ya es el panem nostrum en el Ministerio de Fomento, a cuya titular llaman Torquemada Álvarez por el terror que inspira en su entorno, hasta el punto de que algunos de sus colaboradores más cercanos han optado por callarse avisos y recomendaciones que le disgustan, sobre todo si tienen relación con el AVE barcelonés.
El caso de los jueces repentinos y el AVE guarda más relación de la que se sugiere a simple vista. Ambos están condicionados por las prisas, ésas de las que tantas veces hemos oído que son malas consejeras.
En el ámbito ferroviario lo que se quiere fabricar a uña de caballo, además de la entrada a Barcelona, son conductores, es decir, los señores encargados de llevar el tren con éxito de una estación a otra. En este sentido se está diciendo, sin que nadie lo haya desmentido de momento, que el cursillo preparatorio de conductores ha sufrido drásticas reducciones de pruebas y de tiempo. A cualquier profano en el mundo de las catenarias se nos ponen los pelos de punta al escuchar estas cosas, por si algún día pudiésemos caer en manos de jueces de cuchara o de conductores pipiolos.
Los nervios afloran ante la llegada del mes de marzo. Como en La resistible ascensión de Arturo Ui _ la obra de Brecht que la prensa se emperró en retitular como la “irresistible ascensión” _, basta un poco de calma y atención para frenar lo que nos presentan como inevitable.

Los mástiles de Duñike

Miércoles, 24 de Octubre, 2007

Si algo no se le podrá negar nunca a esta legislatura es la amenidad y variedad de los temas y propuestas planteados en ella. Al presidente le cabe el honor de encabezar la Larga Marcha del Todo Vale, pero a su rebufo han surgido otros muchos políticos que no han desaprovechado la magnífica ocasión que se les brindaba para pasar a la historia con geniales aportaciones que años atrás estaban reservadas, casi en exclusiva, al colectivo de los humoristas.
Hoy hay que registrar un nuevo ingreso en esta moderna academia del Buen Gusto, el de Duñike Agirrezabalaga, licenciada en Derecho, máster en Urbanismo y Administraciones Públicas y portavoz de la coalición IU-Aralar en el ayuntamiento de San Sebastián, quien, pese a todos sus títulos, ha propuesto que en vez de la bandera española, en el balcón del gobierno local donostiarra ondeen la republicana, la feminista y la de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Podría haber añadido la del cambio climático o la de la Real Sociedad, pero se nota que no hay mástiles suficientes, o que la mujer se quedó exhausta después de realizar tan ímprobo esfuerzo intelectual.
Para que luego se diga que los representantes públicos no le echan imaginación a sus altos cometidos. Doña Duñike no sólo se carga de un plumazo la historia y la legislación vigente, sino que ofrece alternativas que según ella, ahondan en la pluralidad de su ciudad. ¡Vaya! Nos han salido dos palabras seguidas que acaban en zeta.
Si la pluralidad es cuestión de banderas no hay balcón en el mundo que satisfaga la que nosotros atesoramos. Acuérdese del proverbio, doña Duñike; tres españoles, cuatro opiniones. Pero si en una sola representamos todas, como ocurre por ahí adelante; con lo que ahorramos en telas y en madera para los mástiles podríamos construir el Museo de la Pluralidad y un Palacio de Congresos para que Al Gore viniese cada mes a explicarnos que cuanto más engorde él, menos nos queda al resto.

Un Blocher cerca

Martes, 23 de Octubre, 2007

Christoph Blocher ya es el político suizo cuyo nombre traspasa las fronteras de la Confederación y rompe la tradicional falta de interés que suscitan los dirigentes helvéticos fuera de su territorio. Las razones son de peso, el partido de Blocher alardea de xenofobia y además ha conseguido el mayor porcentaje de votos que ninguna otra formación política suiza recibe desde el final de la Primera Guerra Mundial.
Su cartel publicitario, con tres ovejas blancas pisando la bandera y arrojando de ella a una cuarta de color negro, deja poco espacio a la imaginación. Gobierne quien gobierne, a partir de ahora los inmigrantes _ el 20 por ciento de la población _, lo van a tener más difícil en los cantones.
La victoria de Blocher coincide con la difusión de ese vídeo del metro barcelonés en el que se ve cómo un energúmeno de 21 tiernos años insulta, amenaza y golpea a una joven ecuatoriana de 17, por el mero hecho de serlo.
Podríamos disimular el paralelismo entre ambas noticias diciendo que en el caso suizo estamos hablando del 29 por ciento de los votantes, y en el español se trata de un único individuo asilvestrado, eso sí, con apariencia humana, urbanita, usuario de las nuevas tecnologías y preocupado de la moda en ropas y peinados.
La disculpa se derrumba si nos damos un garbeo por las páginas web donde han colgado el vídeo y leemos los comentarios de los internautas, pues entonces comprobaremos en algunas de ellas que un porcentaje superior a ese 29 por ciento de los suizos no sólo aplaude al agresor, sino que anima a imitarlo para así limpiar nuestras ciudades. O lo que es peor, abundan personajes con acceso a internet y por lo tanto, con cierto nivel de instrucción, orgullosos de contar entre sus paisanos a matones como el del metro.
Por eso, cuando alguien analice los resultados suizos con pesimismo debería tener en cuenta que puede estar escuchándole un Blocher a menos de cien metros a la redonda.

El testamento de Cebrián

Lunes, 22 de Octubre, 2007

Cuando se pueden leer al mismo tiempo las antipatías que provocan las víctimas del terrorismo y los posibles beneficios que algunos etarras obtendrán de la ley de la Memoria Histórica; cuando se presenta a aquéllos como enemigos de la paz y a éstos como cándidas víctimas del franquismo; cuando se pretende que veamos en Alcaraz un enemigo y en sus verdugos unos aliados, cabe preguntarse cómo se produjo ese revolcón moral y en qué momento estábamos equivocados. Si era cuando decíamos que nada haría peligrar la convivencia alcanzada, o es ahora, cuando todo se puede decir con una sonrisa, aunque te vuelen una terminal de Barajas. En uno ha de ser, pues son dos extremos opuestos por mucho relativismo que le echemos.
Este fin de semana se ha llevado, entre otras voces amigas, la de Juan Antonio Cebrián. Sus oyentes conocían bien su humanidad y solidaridad, pero quizás para quienes no lo eran, ha dejado una última entrevista que por desgracia, ahora se convierte en su testamento periodístico. Vamos a dejar que sean sus palabras las que aborden el dilema planteado:
“ETA se convirtió en una empresa. No es ETA, es ETASA. Hay 50, 70 personas a sueldo de la organización terrorista y es su modus vivendi. Es imposible que esta gente pueda estar en paz, porque sería como cerrarles la empresa. No podrían fichar todas las mañanas, ni hacer su kale borroka, ni provocar su desasosiego en la sociedad vasca y en la española. Es una asignatura pendiente que los políticos se desengañen. No hay posibilidad de arreglo negociado con ETA. ETA siempre va a estar en lo suyo, la independencia del País Vasco, la anexión de Navarra y las provincias francesas. Y como saben que es imposible, seguirán en esa empresa ganando dinero mediante la extorsión y las amenazas, ocupando el 30 o el 40 por ciento de la prensa diaria en España. Siempre habrá algo en lo que aferrarse para la lucha. Zapatero ha cometido un gravísimo error”.