Archivo de Enero, 2006

La aguja de marear

Martes, 31 de Enero, 2006

A Noruega y Dinamarca le está saliendo muy cara la libertad de prensa. En esos países se pueden publicar caricaturas de Dios, del Espíritu Santo y de Mahoma, pero muchos árabes no están por la labor y han decidido que las dos sociedades paguen su osadía con un boicot comercial, con quema de banderas y con otras lindezas que a ojos occidentales se juzgan, como poco, injustas y desproporcionadas. Si todos los creyentes se molestasen de igual forma ante la falta de respeto por sus símbolos, los meses los contaríamos por cruzadas. Muy al contrario, tras siglos de machacarse las neuronas, el hombre que se tiene por desarrollado aprecia la tolerancia como uno de sus bienes más definitorios. Todo rueda de forma aceptable hasta que llega el mundo globalizado y a las sociedades ya no les vale organizarse a si mismas, porque los estornudos de Oslo se escuchan en Gaza.
¿Qué hacer con nuestra tolerancia? Pues, como la pela es la pela, nos la comeremos con patatas. Las industrias lácteas danesas quieren seguir vendiendo sus productos en Gaza y el periódico de la caricatura quiere seguir recibiendo la publicidad de esas empresas, así que volvamos a empezar. La tolerancia es bona, si la bolsa sona, pero a las primeras de cambio te la envainas con muchísima discreción, pides disculpas al airado y te cuidas muy mucho de que todo sea políticamente correcto a partir de ahora; es decir, o admites la dictadura de los intolerantes, o te desequilibran el producto interior bruto.
En este plan se incluye la posibilidad de modificar el escudo de las Cortes de Aragón, de guardar en el trastero todos los santiagos matamoros que encuentres y de no visitar Ceuta y Melilla ni para ver a la familia.
Si a todo ello añadimos que unos señores se dan el gustazo de repartir videos de vez en cuando amenazando a troche y moche, percibiremos claramente que han encontrado la aguja de marear tolerantes y que nos la han clavado en el tafanario, como ocurre en ese spot de los seguros automovilísticos.

Cabezas cortadas

Lunes, 30 de Enero, 2006

Ni los más sobrados heraldistas son capaces de discernir si las cuatro cabezas existentes en el tercer cuartel que compone el escudo de Aragón son moras, o cristianas; si pertenecieron algún día a cuatro de los 40.000 sarracenos que pelearon en la batalla de Alcoraz, si es el propio san Jorge cuatro veces repetido, o si son las cabezas cortadas con las que desde tiempos míticos se simbolizaban las victorias militares. Incluso no falta quien ve en ellas el reflejo de los míticos reyes peninsulares _ Gerión, Gárgoris, Habis y Argantonios _, pues son ésas, y no las de ningún árabe, las que aparecen en antiguas representaciones del escudo, fáciles de localizar a poco que se busquen, como quedó demostrado en estos últimos meses de convulsión heráldica aragonesa.
Nada de eso vale frente al afán corrector del presidente Iglesias, que quiere pasar a la historia por haber introducido cuatro círculos concéntricos muy fashion y muy coquetos, después de que la comunidad islámica le pidiese la retirada de las cabezas porque a algún cerebrito le sonaron campanas de xenofobia y no supo dónde.
Qué no haría Iglesias en Santander, cuyo escudo luce las cabezas de Emeterio y Celedonio, martirizados según se cuenta, en la riojana Calahorra. Porque si a la comunidad islámica le parecen ofensivos unos señores cuyo origen está por determinar y que en el peor de los casos forman parte de la historia aragonesa, a la comunidad cristiana podría parecerle igualmente oprobioso que dos de sus mártires permanezcan a la vista de todos con el cuello rebanado.
A Iglesias deberían soltarlo en un museo arqueológico para que se empape de símbolos e historia. Aunque bien pensado, mejor será que se quede en su poltrona, pues visto lo visto, le podría dar por censurar a la Gorgona, convertir la toma de Granada en un guateque, o pretender que Alejandro Magno sea un insulto a la memoria de los persas.

Mozart

Lunes, 30 de Enero, 2006

En el ideal masónico figuran aspiraciones muy complejas, pero destacan como básicas en el común de las logias, la libertad, la hermandad, el conocimiento, la solidaridad y la abolición de las fronteras políticas. Cierto que al ser ideas de profundísimo calado, todas ellas admiten interpretaciones dispares, y así la libertad en boca de unos no expresa el mismo concepto que en labios de otros. Incluso al clamar por el conocimiento se pueden estar reivindicando dos o más objetivos distintos. Siendo masón, o siendo ciudadano sin iniciar en ninguna triste tenida.
Una interpretación de la libertad es permitir que las sociedades se agrupen en territorios más pequeños y que en ellos se creen instituciones políticas de igual rango al que antes pertenecían para que mantengan con ellas relaciones de bilateralidad; pero esa actitud daña a la fraternidad y crea nuevas fronteras políticas. Por otra parte, si no se permite, se perjudica la libertad. Menudo dilema.
Ítem más. La libertad de promover hábitos, culturas o lenguas que se consideran el conocimiento, puede perjudicar los hábitos, culturas o lenguas de otros, si aquél se impone con visos de dogma con obligaciones y prohibiciones al viejo estilo monocultural.
Con la solidaridad pasa algo parecido, quizás porque no es lo mismo pregonarla, que ofrecerla o recibirla, ya que unos consideran solidario lo que otros interpretan como injusto.
En cualquier caso, el ideario masónico tiene ínfulas universales en sus planteamientos e internacionalistas en su práctica. Por esa razón, y a la espera de que nuevos datos demuestren lo contrario, los últimos vientos que soplan en la política española tienen poco de masones, por mucho que se celebre el 250 aniversario de Wolfang Amadeus Mozart, sublime miembro de la masonería y símbolo de la libertad creativa aun dentro de los rígidos parámetros de la música.
Quienes aborrezcan la masonería pueden dormir tranquilos.

Rubianes y tejeros

Lunes, 30 de Enero, 2006

Gracias a una de las maravillas tecnológicas del momento llamada Urchin me entero de las estadísticas sobre lectura de esta olumna en intenet y descubro, por ejemplo, a noventa y dos lectores en Máxico, cuarenta en Perú y catorce en Polonia. Me apresuro a agradecérselo. A ellos y a los restantes.
Además de satisfacer el ego con tan cumplida referencia sobre el origen de los visitantes de la bitácora, esta información que proporciona Urchin me abre las puertas a otro campo del desconocimiento, cual es saber cómo estarán siguiendo la actualidad política española desde tan alejados y dispares países. Se me ocurre entonces enviarles un mensaje urgente por si las moscas, pues han de saber cuanto antes estos residentes en el extranjero que en España no nos dividimos en rubianes y tejeros, como podría deducirse de un análisis apresurado de titulares periodísticos. De la misma forma que nunca fuimos toreros y tonadilleras, o mejor dicho, que toreros y tonadilleras siempre fueron una minoría muy minoritaria, hoy los partidarios de la hostiferación también lo son. Hay de todo, como ha de ser en botica surtida, pero ni rey ni Roque. Aquí seguimos siendo bien avenidos y es de general consenso que así se mantenga. Sucede que unos cuantos ganapanes levantan demasiado ruido y polvareda haciendo chocar las cosas de comer, lo cual consideran beneficioso para sus turbios negocios, pero rubianes, lo que se dice rubianes, hay uno o ninguno, y a los tejeros que quedan, nadie les presta más orejas que a los frikies que lleva el Loco de la Colina a sus programas. Eso sí, como a putas y a ladrones nunca faltan aficiones, desde lejos puede parecer que estamos a punto de echarnos al monte, y no.
Molesta, qué duda cabe, compartir edificio con los asesinos de tu marido y escuchar cómo algunos pretenden convertir en víctimas a los verdugos y en héroes a los gamberros, pero por lo demás, salvo que nos pique un tábano, no se esperan exabruptos de rubianes, ni manotazos de tejeros.

Noche de ronda

Viernes, 27 de Enero, 2006

Ya cierra el colegio. Ya se oyen los claros clarines de la madrugada sonando a cencerro. Es fin de semana y las guarderías se apagan para que todo el bullicio que dentro se encierra desparrame lo aprendido por la ciudad.
Se desplazan en bandadas, como aves precursoras de primavera; lo cual indica que han leído a Padilla y Montesinos, y juntos comprueban la magia nocturna, las fórmulas de Newton y el teorema de Pitágoras, pues un grito de noche es algo más que una suma de decibelios, es el símbolo de la libertad.
Ese taco a lo Rubianes, expelido todo cuando la garganta da, resuena en la calle y cinco avenidas más allá. “¡Ostras! ¡Soy alguien!”
Al paso por unas obras varios objetos les llaman la atención; unas piedras, una tapa de registro, adoquines quizás. Qué mejor ocasión para experimentar sobre la resistencia de materiales arrojándolos contra esa puerta que parece nuevecita. Piedra, papel y tijera. Ya está. La puerta se rompe, la tapa no. Qué cosas tiene la física. ¡Hombre! ¡Un contenedor de basuras con ruedas! Si lo lanzamos cuesta abajo, a lo mejor se empotra contra ese escaparate. Fuerza más aceleración, partido por resistencia, igual a velocidad.
Algunos vecinos chapados a la antigua e interrumpidos en su vigilia, no comparten su pasión por el conocimiento empírico y avisan a las fuerzas del orden por ver si se recobra la quietud de los elementos, se encorrala a los físicos, o se adopta alguna medida que compagine ciencia, descanso y conservación del patrimonio.
El intento resulta infructuoso, pues aunque la autoridad se persona en el campo de Agramante, no se sabe bien si por hache, o por be, o por el agua bendita, el caso es que a los científicos no se les enmienda la plana y juntos marchan muy contentos para experimentar ahora con química y humo.
Uno de los desvelados oyó decir a los agentes que, siendo aquéllos menores, estaba la cosa muy chunga.

Verde que te quiero verde

Jueves, 26 de Enero, 2006

Un día tendrán que explicar por qué extrañas razones alguien nacido en Vilagarcía de Arousa, recriado en Cataluña y con un refrito de textos de Lorca en cartel, cree que queda de lo más molón proclamar en una entrevista televisiva “que se vaya a la mierda la puta España”, aderezada con otras de similar jaez y hondura sobre la necesidad de que hagan explosión los atributos sexuales de varios congéneres, compatriotas suyos por mucho que le pese a Pepe Rubianes, que es el boquimuelle boquiblando al que nos referimos.
Es posible que las causas vengan de una deficiente educación no corregida con las dosis de humildad que hacen sabio al ignorante y filósofo al que le basta la observación y la meditación para acceder al conocimiento. O será tal vez un complejo de inferioridad sólo disimulado por el desparpajo preciso para subir a un escenario y recitar frases de hermosa factura y engarce, que mientras estén escritas por Lorca todo va bien, pero que se desmoronan como un espejismo cuando es el actor quien las crea. O estaremos ante un cómico abducido por su personaje de Makinavaja, el Último Choriso, flor de la inteletualidá y espejo donde todos debemos mirarnos. Será por el contrario un pedante complejo de superioridad por aquello de haber nacido no lejos de donde lo hizo Valle-Inclán, que a su vez confunde estólido con esperpento, y Maki con Max Estrella.
Sea lo que sea, el chico la cagó sin remisión. Su anhelado pase a la historia del arte dramático va a encontrar serios obstáculos, pues de lo contrario se abriría mucho la mano y entrarían por mesnadas al parnaso.
Quien también se lució a gusto fue el medio, soporte o lanzadera desde el cual se materializó la deposición, o sea, la Tv3 catalana. Y eso que han creado un organismo para depurar contenidos audiovisuales. Acaso sus rectores comparten las tesis del gallego y están encantados de contar todas las tardes con invitados tan sueltos de tripa.

La pregunta

Miércoles, 25 de Enero, 2006

Pasados los idus de ianuarius y con pocas horas de intervalo, los triunviros y sus rivales han vivido giros, piruetas y tirabuzones espeluznantes, como los que prometen las barracas de feria para coquetear con el vómito. Es decir, aquí el que se aburre es porque quiere.
Carod se ha topado con la cruda realidad y tan tocado quedó el hombre que hasta dice cosas sensatas; como por ejemplo, que no hará pública su postura sin conocer a fondo el pacto Mas-ZP. Quienes sí parecen informados son Rajoy y Piqué. El primero, para lanzar sin reparos la idea del referéndum; el segundo, para afirmar que el acuerdo no le disgusta. Y aunque ambas reacciones son el día y la noche, los dos se quedan en el PP, de la misma forma que Ibarra, Simancas y Maragall se quedan en el PSOE.
El caso es que ahora se buscan firmas para un referéndum y es posible que Piqué no sea una de ellas, porque una cosa es callar y otra, dar la nota.
Nos pide Rajoy que pidamos un referéndum pelado, si nos gusta o nos disgusta el estatuto de marras. Se parece tanto a una moción de censura popular que, salvo siendo suizos y muy hechos a las preguntas, va a ser difícil evitar que se arme un guirigay, como cuando su tocayo Mariano de Cávia _ así, con acento_, comentaba los esfuerzos de los españoles por hacer inhabitable su solar y auguraba, finalizando el XIX, que pronto se colocarían en todas las costas cantábricas, atlánticas y mediterráneas grandes carteles que anunciasen a los navegantes: “Esta península se alquila”.
No vino tal, sino el 98, que tampoco fue moco de pavo. A don Mariano le dolía la decadencia, el cainismo y la desidia. Creía, pobrecillo, que se había tocado fondo y que se avecinaba la emigración masiva y el triste cartelito.
Emigración hubo, y no chica. Gran parte de la costa se alquiló o vendió, y también vinieron otras desgracias que el periodista de Zaragoza no imaginó ni en sus peores pesadillas. Hoy habría pensado otro cartel : “Esta península se interroga”.

Listos, ya

Martes, 24 de Enero, 2006

Cuando todas las autonomías sean naciones sentidas por los ciudadanos, cuando todas tengan un plan de financiación propio y hayan cobrado la deuda histórica, ellas mismas, con su propios mecanismos, establecerán relaciones de bilateralidad con España.
Ésta es la consecuencia más clara del proceso seguido con Cataluña, que ahora parece llegar a puerto. Los últimos puntos que todavía quedan por definir se refieren a qué coño le llamamos España, cuál es su territorio, cuáles sus competencias y de dónde va a sacar el dinero para tanta fiesta.
Aun desconociendo al detalle lo acordado entre más y menos, las actuales nacionalidades no han dudado un instante en decir que ellos quieren lo mismo. Intuyen que también en su caso los resultados han de ser más y no menos. Es como si se hubiese abierto la ventanilla de los Reyes Magos, cerrada durante años por no tener una democracia avanzada: “Como he sido bueno, quiero que me dejen en los zapatos la Agencia Tributaria de Famobil, la Nación Mágica de Borrás, varias muñecas articuladas de Famosa y el Juego de las Fronteras Bilaterales de Lego. ¡Ah! Y la deuda. Besos”.
Lo de la deuda hay que decirlo como un latiguillo, por si cuela. Siempre hay piedras, trigo o pescado que se llevaron algún día, cuando no son toneladas de oro a la ruina montium, cinabrio a espuertas o magnesitas a raudales.
Cumplidos todos los deseos, el problema va a estar en la organización de las relaciones bilaterales, porque si a un lado de la mesa se sientan las naciones, ¿quién se sienta enfrente? ¿El Rey? ¿Crearemos una Zarzuela D.F. para poder bilateralizarnos?
No sé. Faltan algunos detalles por concretar pero seguro que encontramos siete u ocho soluciones lingüísticas. A estas alturas no vamos a pelearnos por eso. Podría ser la España presentida, el espectro de íberos y celtas, o el Jardín de las Hespérides; algo que suene bien, pero que no comprometa a nada.

El Gobierno y Euskadi

Lunes, 23 de Enero, 2006

Hasta una docena de veces utilizó monseñor Uriarte la palabra paz para expresar sus anhelos político-espirituales en Euskadi. Patxi López ha dicho que “el único obstáculo para la paz es ETA”. José Blanco añade que “la mejor contribución al proceso de paz es condenar la violencia de ETA”. Otegi se une al coro y da por buena la terminología empleada por todos ellos para añadir: “Vamos ganando”.
Es pura lógica. Si la aspiración es la paz, el estado actual es la guerra, y en las guerras suele haber dos bandos, el que va a ganar y el que va a perder. Sentadas esas premisas se puede seguir deduciendo que el Estado _ una de las partes en conflicto_, no aplica la ley, sino que ejerce la violencia; por lo tanto ETA no es una organización terrorista, sino aquella parte de la sociedad que se opone en una guerra a la violencia del Estado.
Ítem más. Cualquiera de las dos partes está legitimada para ganar al final del proceso.
Que Uriarte sea uno de los primeros defensores de este planteamiento no sorprende lo más mínimo. Basta recordar al premio Sabino Arana 2005, el obispo emérito de San Sebastián, partidario de una mesa de diálogo en la que el fondo sur estuviese ocupado por ETA con la pistola al cinturón.
Que lo hagan los representantes de lo que se supone la legalidad tampoco es nuevo, pues en Euskadi se han puesto en práctica todas las fórmulas habidas y por haber. Las novedades actuales afectan más a la opinión pública, que vive en una manifiesta desorientación, pues no sabe si su Gobierno acepta la situación de guerra, si aplica la Ley de Partidos, si apuesta por la solución policial, si está en pleno diálogo, si le satisface que Otegi píe, si está con las víctimas, si apoya al lehendakari, si le tumba los estatutos, si mantiene el Pacto Antiterrorista, si apoya a Grande Marlaska o si está esperando a terminar con el estatut para mover ficha.
Pelín de concreción nos vendría muy bien a todos.

Fiesta

Domingo, 22 de Enero, 2006

Como resultado de un elemental ejercicio de lógica, al resto de españoles les importa menos cómo quede Cataluña con el nuevo estatuto, si llega a materializarse, que cómo queden ellos. Sano egoísmo, que le llaman. Es decir, quieren saber si su presidente ZP ha negociado bien y ha conseguido un buen estatuto para unos y otros, limpio y democrático como los chorros del oro, ajustado a derecho como corresponde, solidario como exigen los tiempos, justo en financiación, que mantenga la igualdad entre los ciudadanos, que respete la libertad de todos los que allí habiten y la de sus vecinos, y en definitiva, que sea un instrumento útil para la convivencia y el desarrollo, mejorando en todos los aspectos el texto actualmente en vigor.
Entienden que un buen estatuto para cualquiera de sus partes ha de ser un excelente estatuto para el todo, pero por extraño que parezca, algunos de estos conceptos no son muy apreciados por algunos de los negociadores de parte y cabe suponer que no los han tenido en cuenta ni en su primera redacción, ni en los subsiguientes encuentros bilaterales.
Menos mal que para defenderlos allí habrá estado la voz alta y clara de los negociadores del todo, los representantes de la nación de naciones, la nacionaza o nacioncísima, que habrán expuesto con contundencia cuáles son los principios inspiradores del bien común y cuáles son los intereses de los votantes que los han nombrado para tal cargo.
Por ese simple motivo, cuando finalmente se anuncie la luz verde, la fumata blanca o la bandera a cuadros del nuevo estatuto, todos deberíamos prorrumpir en gritos de alborozo, dando aleluyas y hosannas heys, mientras arrojamos guirnaldas y pétalos por los balcones, porque el gran hierofante habrá parido una buena nueva de concordia, paz y prosperidad para su pueblo.
Así que prepárense para la fiesta.