Días al pairo
Lunes, 31 de Enero, 2011
Rubalcaba redireccionando la nariz
Están en uno de esos momentos en los que hay que moverse sin que se advierta hacia dónde con el fin de evitar que el santo advenimiento nos pille descolocados. Y se nota.
Prueba de que la masa todavía no está para el horno la dio Blanco el sábado cuando pidió a sus afines: “Por favor, no hablemos tanto de nosotros”. Naturalmente, no hablemos porque aún no es momento de abrir la boca más allá de lo indispensable. Como decía el jefe de los bandidos:
_Al que abra la boca le pego un tiro.
Y el más listo de la banda exclamó:
_¡Curullo!
Un lugar común donde hoy se puede hablar con desparpajo es el del elogio hacia ZP y hacia el gran pacto social de las pensiones, cliché con el que se trata de enmascarar la inanición.
El elogio a ZP no compromete a nada. Ni siquiera es un voto a favor de su continuidad, más bien todo lo contrario; es el corolario que remata toda la gestión, el piropo a uno mismo si ha estado involucrado de alguna manera en ella y el punto y aparte desde el que escribir nuevos capítulos.
Sólo tiene un defecto: La extrañeza que produce saber que ya no va a ser cartel electoral quien reúne tantas excelencias, aunque se entiende que nadie se sienta incómodo hablando bien de su secretario general y actual presidente.
La clave está en saber cómo ha de colocarse el eje de la nariz para que los vientos propicien la navegación soplen de donde soplen, y ésa es ciencia náutica que proporciona el estudio y la experiencia.
Fernández Vara, que dio muestras de impaciencia y poco pilotaje, ya amainó el ritmo de la derrota y se avino a la prudencia, seguramente gracias a un consejo admonitorio y a las sabias palabras de otros compañeros más avezados.
Pues eso, feliz travesía, que buena falta nos hace a todos.