Archivo de Abril, 2010

A Volta a Galicia: 1/ A placa por fóra

Viernes, 30 de Abril, 2010

 

A placa por dentro

Chamaron á porta como pra tirala. Eran os científicos:

_¡Esperta, langrán! ¡Chegou a hora!

Xa mesquecera da cita que tiña con eles. Pedíranme que lles fixera de bulto no coche durante os oitenta días e as súas setenta e nove noites que van pasar Galicia abaixo, Galicia arriba.

_¡Xa estou, ho! ¿Por onde comezamos?

_Imos a Madrid _ dixo o director, que é un tipo moi seriote.

_¿A Madrid? ¡Pois si que é unha volta a Galicia ben ampla! ¿Ou é que xa é nosa a capital pola conta da débeda histórica?

Non me respostaron e horas despois estabamos diante da igrexa de San Ildefonso falando co párroco, Pedro Muñoz. Foramos aló pra tomarlle unhas imaxes á placa que lle puxeron ao edificio os do Centro Galego, xa que alí foi onde casan Rosalía e mais o Murguía.

O crego deixounos abraiados coa súa acollida:

_Deberían sacar a placa de onde está. Se veñen cuns albaneis, eu doulles permiso.

_¿Tanto lle amola ter na igrexa a placa da voda de Rosalía de Castro? _ dixemos todos ao tempo.

_¡Por todos os Anxos Custodios! ¡Non é iso! O que pasa é que as igrexas que eu coñezo teñen as placas por fóra: “Eiquí está soterrado Cervantes… Eiquí casou Lope de Vega…”, e nós témola por dentro. Daquela ninguén sabe se no templo houbo a voda de Rosalía, ou a Primeira Comuñón da Pardo Bazán. Se vostedes falasen con alguén da Xunta…

_Hoxe mesmo temos unha xuntanza con Xosé Ramón Ónega, que é o director, delegado, embaixador… de Galicia, e perda coidado que llo diremos.

_Unha cousa máis. Hai meses rodaron na praza unha película e puxeron no centro un cruceiro de cartón-pedra. ¡Tiñan que ver o ben que prestaba! Se cadra por un pouco máis… ¡fan o cruceiro e todo!

Aquí quere don Pedro que lle poñan un cruceiro e máis a placa de Rosalía

 

Los pinganillos de Saza

Jueves, 29 de Abril, 2010

 

Modelo de homo pinganillicus para recibir todas las lenguas patrias

La imagen de Pajín en el Senado chapurreando las lenguas patrias al tiempo que Standard & Poor`s certifica el fracaso económico del Gobierno con un descenso en la calificación del crédito, cada vez más lejos de la triple A de antaño, es la fiel representación de la paradoja que nos invade y estercola. La paradoja coja.

La mayoría de los personajes que nos gobiernan se han comprado un maletín de la Señorita Pepis del que cada día extraen entretenimientos plásticos en tonos rosa y fucsia, pero del que jamás sacan algo serio, útil o razonable; entre otras razones, porque es imposible que haya nada de eso en un maletín de características infantiles. Como mucho habrá iniciativas como la del señor Bofill, orgulloso de no entenderse con el resto de compatriotas.

Dice Chaves que la crisis ha dañado la credibilidad del Gobierno. Toma, y tanto. Si no existiese, si los perros se atasen con longanizas y fuese necesario poner a régimen todas las vacas de la cabaña, al Gobierno le sobraría credibilidad y tiempo para hacer macramé y jugar a las muñecas con los agentes de Standard & Poor´s.

Pero con la que está cayendo, nadie del pueblo llano, ni siquiera los autores de los diccionarios de modismos locales en salva sea la lengua, puede observar hoy con feliz algarabía cómo un senador de Játiva con pinganillo escucha en valenciano a otro de Reus que le habla en catalán, sabiendo los dos un correcto y fluido castellano y costándonos, como nos cuesta, un pastón. Porque el castellano, entre otras cosas, está para eso, para ahorrar. ¿Quién es el fabricante de pinganillos que se va a forrar? José Sazatornil tiene que saber algo de eso.

La Biblia afirma que las lenguas fueron un castigo a la soberbia de la Torre de Babel. Nada de eso. Fue un ensayo para afrontar con éxito el acontecimiento planetario del advenimiento de Pajín.

No hay derecho

Miércoles, 28 de Abril, 2010

Una de las escasas manifestaciones sin necesidad de calles

En alguna parte se dijo que España era uno de los lugares del mundo donde se convocan más manifestaciones. Y no es de extrañar, la manifestación es el sistema más rápido, seguro y eficaz de informar que la culpa no es mía; o como escribe Juaristi, de que la responsabilidad caiga siempre en otro, el que sea.

Suben los precios. Me manifiesto. La culpa es del tendero. A poco que se le eche algo de imaginación, siempre se encuentran motivos para pintar una pancarta tras la que aparecerán manifestantes que piensan lo mismo.

Cuando lo del volcán islandés estaba todavía caliente, un reportero le acercó la cebolla a unos viajeros frustrados y éstos le dijeron:

_No hay derecho.

Por supuesto, no hay derecho a que un movimiento telúrico te deje sin hogar, cuando no sin vida. O a que un volcán se ponga a escupir lava y cenizas tipo Stromboli el día en que vuelas a Londres. Hay que hacer algo y te manifiestas. “Basta ya de volcanes”.

El manifestante es el hombre puro por antonomasia. Protesta por lo que sea. Quien no protesta está satisfecho y si estás satisfecho, eres un degenerado. Ergo, manifiéstate.

Habría que convocar una manifestación contra los que no se manifiestan. Sería lindo, que diría un argentino: “Inmovilista el que no se manifieste”. Porque eso sí, la manifestación conlleva el movimiento. Hay que manifestarse de un lado para otro. No es suficiente reunirse en un lugar. Eso es una concentración. Para manifestarse con todas las de la ley, hay que ocupar las calles y pasear por ellas de arriba abajo con el fin de que todos los que normalmente las utilizan para trasladarse, tengan que escoger otras y lleguen tarde al trabajo, al hogar, al masajista o a recoger a los niños. Te callas porque eres un satisfecho que no se queja de nada, aunque tú protestarías por las manifestaciones. Mala persona.

Golpes altos

Martes, 27 de Abril, 2010

También hay golpismo civil

Estamos tan acostumbrados a ver militares en los papeles de golpistas, que cuando el golpe lo preconizan civiles, nadie se atreve a reconocerlo. Seguramente es una reacción parecida a la de aquellos súbditos que no reunían arrestos para decirle al rey que desfilaba desnudo.

María Emilia Casas se queja con toda la razón de los ataques y de la falta de respeto que recibe el Tribunal Constitucional por ella presidido, pero a su lado hay leyes e instituciones a los que se les dedica también el mismo tratamiento, con una inquina y unas malas intenciones dignas del más montaraz de los trabucaires.

Eso sí. Como los ataques vienen de la izquierda, no son golpistas, sino revolucionarios del Telón de Acero. Tócate las napias, Romualdo. Como para fijarse ahora en lo bien que lo pasaron los revolucionados.

Casas y Leguina claman al unísono por la crisis de las instituciones, y nos parece estupendo, siempre y cuando dirijan sus cánticos hacia cualquier balcón del Palacio de la Moncloa, porque si las instituciones, las leyes y la Constitución han sufrido algún atentado en los últimos tiempos, los más contundentes traían la firma de quien por allí mora.

Es imprescindible lanzar mensajes de sensatez sobre la población. Urge alquilar avionetas y arrojar sobre los campos chorros de sosiego y prudencia en cantidades comparables al consumo que en su tiempo atribuían al bromuro en los cuarteles, internados, seminarios y otros recintos habilitados para concentrar la muchachada nui.

También es cierto que María Emilia, compañera de terruño, compañera; se podría haber esforzado un poco más en conseguir un mayor aprecio hacia el Tribunal, pero bueno. Se ve que hemos llegado al límite del guerracivilismo golpista.

El velo del IES

Lunes, 26 de Abril, 2010

¿Y si mañana van así?

Parece que llevamos hablando del velo islámico desde la toma de Granada y no es cierto, sólo ha sido durante estos quince últimos años.

La polémica traspasa las cuatro estaciones una y otra vez porque no tenemos claros los conceptos, lo cual permite repetirlos hasta la saciedad sin que aburran y sin que nunca se resuelva nada, como ocurre con las series de televisión, que en el inicio de cada capítulo están siempre los mismos escenarios, ingredientes y personajes.

Para empezar, todavía no sabemos con exactitud qué es el velo; si un precepto religioso, un símbolo de sometimiento al varón, o una protección contra el viento y las arenas. Incluso puede que se trate de un arma de coquetería femenina para atrapar al varón que quiere ver lo que hay debajo. El velo, como Isis, está velado.

Por muchas de esas razones, incluida la religiosa, las mujeres occidentales han ido tapadas por velos, tocas y pañoletas toda la vida. Algo sabemos de todo esto, pero no lo suficiente. De sopetón, una niña se niega a quitárselo en un colegio donde está expresamente prohibido, como también lo está el uso de teléfonos móviles, fumar o beberse la cosecha de vino Cariñena, como hizo don Mendo, el de la venganza de Muñoz Seca.

Lejos de aplicarle el reglamento del IES Camilo José Cela y no hablar más del asunto por falta de enjundia, se arma otro pifostio que parte España en dos bandos, donde interviene la vicepresidenta y donde a punto está de personarse la cabra de la Legión. Hoy la niña se ha ido de excursión con sus compañeros y con el velo. Nada dice el Reglamento porque es de Régimen Interior y la excursión, como su propio nombre indica, es Exterior. Mañana regresa a clase. ¿Llevará velo? No se pierdan un nuevo y emocionante episodio de “Vivir en España qué bonito es”.

La última instancia

Domingo, 25 de Abril, 2010

No es lo mismo el Supremo Tribunal, que el Tribunal Supremo

Las garras de los eternos impostores hacen jirones el auto de Varela, como si de ellos dependiese, por encima de todas las instancias judiciales, un Tribunal Suprérrimo, etéreo, inmaculado e infalible; quizás el tribunal de un Dios vestido de civil y enfundado en la tricolor republicana. En cualquier caso se trata de una impostura, porque ese supuesto organismo no existe, no tiene magistrados, ni leyes. Es, como mucho, una sombra reflejada en el cerebro al estilo de la cueva platónica, pero nunca un Juzgado de Guardia.

A la mayoría les importa un carallo que el encausado se llame juez Garzón, o sacamantecas Garayo. Les duele y mucho que uno y otro sean condenados injustamente. O que siendo merecedores de escarmiento, se escapen de rositas. Pero eso pasa todos los días. Es lo que tiene la Justicia real, que por mucho que se llame así, nadie garantiza que sea justa en sus cotidianas sentencias.

Los manifestantes que se desgañitan a favor de Garzón lo hacen en pleno uso de sus facultades democráticas, pero su mensaje es bobo.

_Ustedes no saben con quién están hablando _ le aconsejan para evitar ser juzgado _. Soy Garzón, el paladín de la Justicia Universal.

Como le dijo Hamilton a los policías cuando lo pillan en Australia haciendo trompos fuera del circuito.

_Usted no sabe a quien intenta multar. Soy Hamilton, campeón mundial de Fórmula 1 del año del Señor de 2008.

_Encantado. Yo soy el sargento Park de la Policía de Melburne. Haga el favor de acompañarme.

Y bueno, después ya se vio que era inocente. Tonto, pero inocente. Quizás a Garzón le pase lo mismo, que nada más llegar ante el juez lo dejen marchar bajo la promesa de que no haga más caballitos de noche.

Lo malo es que si esto ocurre, como deseamos, más de uno pensará que él salvó al juez berreando por las calles.

 

La celda de cristal

Sábado, 24 de Abril, 2010

¿Dónde está el 50 por ciento de hombres?

 

La hermana de la ministra Chacón es dentista, tiene tres hijos y entre sus preocupaciones cotidianas no figura la persecución de la piratería en Somalia. Nos lo comunica la propia Carme como ejemplo de lo que ha de ser una correcta distribución de roles sociales: tú arrancas muelas y yo persigo piratas.

No se espera que la parábola caiga muy bien, ni entre la sección feminista afín a Chacón, ni en ninguna otra; pero tampoco que vayan a hacer sangre por ello. La hermana dentista de la ministra no es una mujer alienada que viva de espaldas a la realidad, esclavizada por sus obligaciones y por su prole. No, todo lo contrario. Ella está al tanto de lo que ocurre en el cuerno de África, pero hay cosas que las delega en su hermanistra, que para eso está.

Estamos de acuerdo, pero si alguien decía algo así durante la oprobiosa, lo llevaban delante del Comité Central y le daban la purga de Benito contra tentaciones conservadoras.

Es decir, esta igualdad de pacotilla que se impone al ritmo de que bicho es igual a bicha, da cada día sabrosísimos resultados.

Otro es el cristo que han montado en Prisiones, donde un colectivo de funcionarias funda una asociación de perjudicadas por la igualdad, a través de la cual solicitan que, por favor, por favor, cese el Gobierno de igualarlas tanto, pues están perdiendo la salud y los privilegios que tenían cuando eran discriminadas y limitadas a atender en exclusiva a las reclusas; una injusticia laboral que añoran con todas sus fuerzas y a la que deseasen volver a someterse en breve.

Razonan que para tratar con los presos, entre otros impedimentos, les falta fuerza.

Ellos, no. Están encantados. Las relaciones con algunas reclusas hacen de su trabajo uno de los momentos más placenteros del día. Los presos se preguntan por qué no pueden también estar ellos mezclados  ¿En tu celda o en la mía?

¡Ay… aquellos pollos!

Viernes, 23 de Abril, 2010

Adivine cuál de los dos toma pollo transgénico

Evo es uno de los tipos menos creativos del orbe terráqueo. Repite lo que oye con una fidelidad extrema, sin aportar puntos ni comas. Él tampoco es un científico, sino un político. Y eso es lo que le pierde, aunque tiene su punto.

En casa cayó bien desde el principio, porque se llama igual que mi madre, pero al revés. Su aliño indumentario también fue del común agrado, porque cada uno se pone las ropas que tiene a bien. Eso ya nos lo había enseñado Paco Clavel y estábamos de acuerdo. Un jersey molón es mucho más cómodo, elástico y esponjoso que cualquier saco de uno de esos diseñadores italianos que se llevan unos royalties del copón bendito por cada terno que nos venden. El jersey es casi como un chandal, y además lo tricota la Tía Paca en su rincón.

Lo de pollo transgénico y su relación con el subconsciente acabó por convencernos de dos cosas: Evo tiene asegurado un sitio en la historia y dos, no lee a Lula.

Claro que el pollo nos deja calvos. El problema es que sin ese pollo, además de calvos, nos quedaríamos en los huesos. La distancia entre el pollo y el hombre se hecho cada vez mayor desde que dejamos de hacer catedrales y comenzaron a abrir fábricas de otras cosas.

Hasta ese momento, mal que bien, la mayoría de los que comían pollo los habían visto crecer a su lado, les habían arrojado las migas y les habían procurado los gusanos más gordos para su molleja.

Sí, hasta entonces hombre y pollo vivían juntos. Esta frase no la repetiremos en femenino; no por vulnerar la ley de igualdad, sino porque se crearía una expresión vitanda; es decir, algo que se debe evitar por los equívocos que evoca.

En efecto, el hombre y el pollo son hoy dos entes distantes que sólo se acercan cuando el primero de ellos abre la boca para tragar al segundo. Evo nos marca el camino. Que vuelva el pollito tomatero.

No libro este día

Jueves, 22 de Abril, 2010

 

“Te quiero, Chochín”

Día del Libro. Qué bonito si se leyeran. Aquí nadie lee ni las agujas del reloj. Es mucho más cómodo especular y lanzarse a los brazos de las nuevas teorías, aquéllas que cada uno se inventa al paso. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Ostias, Pedrín. Aquí Machado la cagó. El camino está marcado desde siempre. Más allá de fijar el alto de la falda no existe la modernidad, porque si existiese, ¿qué hacíamos con los filósofos griegos, que son más antiguos que la pana y de modernos tienen lo que el volcán Eyjafjallajökull tiene de pronunciable para un zagal.

Si se leyese lo suficiente hoy estaban en la cárcel Garzón, Sor Patrocinio y el Cojo Mantecas, que son los paradigmas científicos de este país que huele a ajo y a sangre. Si se leyese, habría algún héroe anónimo que habría amontonado en una pira esos aerógrafos malditos que una marca de cacao en polvo pretende repartir entre la infancia española para que embadurnen con sus cagadas la catedral de Toledo y las pocas piedras que quedan sin la firma de descerebrados alumnos de los colegios concertados, de pago-pago, semi-pago o pago entero.

A esta firma comercial, la que distribuye esos aparatos diabólicos destinados a conseguir que las pintarrajeadas alcancen el nivel del último tsunami, deberían regalarle hoy más de un libro _ uno para cada ojo, por lo menos _, y obsequiar a sus directivos con un paseo por el campus de la Complutense para que vean la estatua del caballo, tal como es conocida la obra en aluminio Los portadores de la antorcha, original de la muy mujer y muy escultora norteamericana Anna Hyatt Huntington, como le gustan a Aído. Una obra absolutamente despreciada con cientos, miles de brochazos aerógrafos, para escribir con ellos “Te quiero, Chochín”, lo que demuestra que no basta con parecer intelectual, sino que también hay que serlo.