Archivo de Noviembre, 2004

La comparecencia

Martes, 30 de Noviembre, 2004

Un ex-presidente que no sabe quién ordenó el 11-M comparece y es preguntado de forma exhaustiva en comisión por los portavoces parlamentarios, que tampoco lo saben. La consecuencia esperada es que, tras la comparecencia, todos seguimos sin saberlo.

Ahora bien, teniendo en cuenta que los sucesos referidos produjeron muchas muertes, cambiaron muchas cosas y afectaron gravemente a la convivencia de los españoles, resulta de todo punto exigible que se mantengan vivos sus objetivos, se realicen todas cuantas comparecencias se estimen oportunas y se mantengan abiertas todas cuantas investigaciones ayuden a diferenciar estas pesquisas de aquellas otras conocidas como comisión Warren, cerrada en falso quizás para siempre.

Si el PP no supo administrar la información que tuvo entre el 11 y el 14 de marzo, peor para ellos. Si eso es cierto, ya lo pagaron perdiendo las elecciones. Si el PSOE, otros partidos y algún medio de comunicación mintieron o manipularon esa información con la finalidad de obtener un beneficio político, mejor para ellos, pues parece evidente que los resultados electorales les fueron favorables.

Sean o no ciertas esas suposiciones, se podrán deducir distintas responsabilidades políticas, pero ninguna implicación en la propia autoría del atentado.

Buena parte de la sesión de ayer estuvo centrada en examinar los comportamientos del Gobierno, los organismos policiales y la oposición una vez cometido el atentado, cuestiones todas ellas secundarias respecto al quid de la cuestión.

Lo más sustancial es ese sentido _ escrito antes de que la sesión haya finalizado _, ha sido el convencimiento, y sólo convencimiento, del señor Aznar sobre el carácter teledirigido del atentado, y el convencimiento, y sólo convencimiento, de que si las elecciones se convocan el día 7-M, la matanza habría sucedido el día 4-M.

El enemigo en casa

Lunes, 29 de Noviembre, 2004

Carod, o sea Pérez, quiere que su socio español, o sea ZP, se quede sin la olimpiada del 2012 en Madrid. Le acusa de manillar en ámbitos internacionales para que no se admita la selección catalana de hockey a patinete, y con ese boicot se venga de la afrenta: “Si yo no tengo patinete, tú no vas a tener olimpiada”. Eso es alta política y lo demás son cáscaras.

Curiosamente, este individuo que se quita apellidos como si se pudiesen fabricar familias de diseño, no sólo no responde ante la ley por un posible delito de traición, ¡sino que es uno de los pilares en los gobiernos de España y de Cataluña sin haber ganado nada, ni comprometerse a nada!

El episodio revela al menos dos verdades como templos: una, que Pérez tiene más mala sangre que el Gigante de San Aniol _ monstruo antropófago de tierras catalanas _, y dos, que el actual sistema político es una coladera de absurdos, pues permite que un señor, que ni siquiera se tiene por súbdito de ese estado, atrape con su zarpa el escroto del presidente y lo apriete con saña al albur de sus intereses.

La tripleta formada por Zapatero, Maragall y Pérez se muestra así en todo su esplendor. Frente al apoyo que recibe de Pérez, la oposición que ejerce Rajoy tiene que sonar en el tímpano de ZP como música celestial.

Al presidente le piden que se deshaga de tan abyecto personaje, pero tal como están las cosas, la estabilidad del Gobierno también depende de los 21 diputados del PSC, que tendrán el corazón partido entre los patinetes y los aros olímpicos. Trabajo le va a costar a Julia Otero volver a maquear el lado humano de Pérez en un ejercicio de contrapropaganda digna del padrecito Goebbels, que fue capaz de disfrazar una organización de genocidas haciendo creer a algunos que se trataba de un puñado de humildes trapenses.

Por si quedaba alguna duda, éstos son los lodos tontos de aquellas lluvias nazis.

El enemigo en casa

Domingo, 28 de Noviembre, 2004

Carod, o sea Pérez, quiere que su socio español, o sea ZP, se quede sin la olimpiada del 2012 en Madrid. Le acusa de manillar en ámbitos internacionales para que no se admita la selección catalana de hockey a patinete, y con ese boicot se venga de la afrenta: “Si yo no tengo patinete, tú no vas a tener olimpiada”. Eso es alta política y lo demás son cáscaras.

Curiosamente, este individuo que se quita apellidos como si se pudiesen fabricar familias de diseño, no sólo no responde ante la ley por un posible delito de traición, ¡sino que es uno de los pilares en los gobiernos de España y de Cataluña sin haber ganado nada, ni comprometerse a nada!

El episodio revela al menos dos verdades como templos: una, que Pérez tiene más mala sangre que el Gigante de San Aniol _ monstruo antropófago de tierras catalanas _, y dos, que el actual sistema político es una coladera de absurdos, pues permite que un señor, que ni siquiera se tiene por súbdito de ese estado, atrape con su zarpa el escroto del presidente y lo apriete con saña al albur de sus intereses.

La tripleta formada por Zapatero, Maragall y Pérez se muestra así en todo su esplendor. Frente al apoyo que recibe de Pérez, la oposición que ejerce Rajoy tiene que sonar en el tímpano de ZP como música celestial.

Al presidente le piden que se deshaga de tan abyecto personaje, pero tal como están las cosas, la estabilidad del Gobierno también depende de los 21 diputados del PSC, que tendrán el corazón partido entre los patinetes y los aros olímpicos. Trabajo le va a costar a Julia Otero volver a maquear el lado humano de Pérez en un ejercicio de contrapropaganda digna del padrecito Goebbels, que fue capaz de disfrazar una organización de genocidas haciendo creer a algunos que se trataba de un puñado de humildes trapenses.

Por si quedaba alguna duda, éstos son los lodos tontos de aquellas lluvias nazis.

Rectificación

Sábado, 27 de Noviembre, 2004

Por mucho que al Gobierno se le ponga a caer de un burro dentro de casa, ningún español debe sentir la más mínima satisfacción por el hecho de que The Wall Street Journal dedique un editorial al presidente para decir lo nefasto, torpe y perjudicial que les parece a los norteamericanos.

El periódico neoyorkino tiene todo el derecho del mundo a criticarlo, de la misma forma que a nosotros nos da por poner a caldo desde España a Bush, a Chávez o a Arafat; pero aunque The Wall Street repita uno por uno los errores, carencias o defectos que diariamente se le achacan a ZP desde dentro, su editorial es mucho más doloroso por cuanto nos incluye a todos en el mismo saco y lo que parecen críticas a una persona, a un ejecutivo, a un partido, son descalificaciones a la nación.

Apenas han pasado ocho meses del cambio de Gobierno y ya se escuchan sugerencias sobre elecciones anticipadas. Eso, o los cuatro largos y oscuros años que nos pronostica el diario. Pero no son las únicas alternativas, ni las más deseables. La tercera vía es la de la rectificación, un camino que ZP ya ha dicho alguna vez que no le cuesta andar. Pues bien, rectifique. Ya ha tenido ocho meses para darse gustazos infantiloides. La historia podrá perdonárselos si no los eleva a categoría de dogma. The Wall… duda que pueda lograrlo porque no los considera fruto de su bisoñez, sino de su ideología. Aquí no estamos tan convencidos de eso porque ya conocimos a otro presidente socialista que con todos sus defectos jamás nos hizo sentir vergüenza ajena, ni siquiera ayudado por Roldán y aquella chapucera guerra sucia que encabezó un tal X.

Precisamente González es una de las firmas que tratan de abrirle los ojos sobre las equivocaciones que el equipo de gobierno comete a la velocidad del AVE. Es de imaginar que no lo hace para justificar las urnas anticipadas, ni para consolidar esos cuatro años oscuros, sino para que rectifique.

El espectáculo

Viernes, 26 de Noviembre, 2004

Siendo grave la torpeza lenguaraz de Moratinos, mayor gravedad encierra su mantenimiento en el Gobierno, pues de él se deduce que todo el ejecutivo aprueba, comparte y aplaude la manera de entender la diplomacia de este caballerete que ha logrado poner de acuerdo en su contra a celtas e íberos.

Todo hay que decirlo: se nos informa sotto voce que algunos miembros del ejecutivo no tuvieron reparos en reconocer que la intervención de Moratinos fue una gran metedura de pata, pero no basta.

Gracias al ministro ya no es sólo la derecha cavernícola la que se lleva las manos a la cabeza. Ahora también se las llevan la izquierda y el centro cavernícolas.

A su lado encontramos el buen hacer y el mejor talante del presidente del Congreso, que desde su nombramiento está dando pruebas de su idoneidad para el cargo. Manuel Marín está acostumbrado a escuchar discrepancias en foros internacionales y no va a permitir que los escaños bajo su control se conviertan en una jaula de grillos al estilo de algunos parlamentos orientales cuando les da por repartir sopapos entre orador y orador.

Pero los esfuerzos de Marín por evitar el espectáculo en sus dominios de la cámara baja se convierten en aguas de borrajas cuando se juntan el bolivariano Chávez y el populista Moratinos, una pareja que parece sacada directamente de uno de esos locales que ofrecen un micrófono a disposición de los clientes para que suelten lo primero que se les venga en gana. El ambiente nocturno, el alcohol y la falta de responsabilidades diplomáticas transforma a esos improvisados diputados en una fuente de improperios, desatinos y esparcimientos que sirven para aliviar tensiones, pero que no deben ser tomados como ejemplo por políticos en ejercicio.

Y encima el PP, con lo de Elche, como para dar lecciones.

El master

Jueves, 25 de Noviembre, 2004

La vida política española es tan intensa y variopinta que a Chávez le bastó permanecer aquí 48 horas para afirmar rotundo que aprendió más en esos dos días que en el resto de su vida. Pobres venezolanos. Lo que tendrán que aguantar los próximos días en sus tostones televisados: “He estado en España y lo sé todo”.

En justa correspondencia, Chávez nos dejó una muestra de su sapiencia musical cantándonos “el periódico de ayer”, pues aunque trastoque la letra original _ que dice, forzando la rima: “nadie más procura ya leer” _, se ve que está en la onda de su profesor Ibarra, otro que huye de las hemerotecas.

El presidente extremeño dio ayer en “Las cerezas” una lección de historia política defendiendo la inocencia de Vera, no porque sea un angelito, sino porque desde la UCD a nuestros días hay otros muchos culpables de practicar la guerra sucia y entonces tendríamos que exponer toda la mierda al aire.

Ésa es una lección que Chávez no olvidará nunca porque se puede aplicar con ventaja ante cualquier contratiempo. No me juzguen por haberme llevado unos cuantos millones de los fondos reservados, porque Fulanito torturó, Menganito secuestró y Zutanito asesinó. Dejemos como están los periódicos de ayer, guardemos el polvo debajo de la alfombra, los cadáveres en los armarios y la democracia en la nevera. Chachi piruli.

Carod fue otro gran profesor. El catalán le explicó cómo ser generosos con ETA ahora que están tocados del ala. ZP se encargó de dirigirle la tesina “Antes muerta que sencilla”; Bono lo ilustró en arte paseándolo por la plaza de Zocodover y Moratinos… bueno, Moratinos es el director de la academia, el que más sabe de diplomacia y buen hacer.

Al ilustre visitante no le vendría mal prolongar el master una semanita más, aún a costa de que nos dejase el país con el PP y el PSOE liados a garrotazos.

Castas y sencillas

Miércoles, 24 de Noviembre, 2004

En Bélgica no se creen que la niña de moda, María Isabel, sea la autora de la bonita canción que lleva por título “Antes muerta que sencilla”, con la que resultó ganadora del concurso Eurovisión Junior. Así lo hace saber el periódico flamenco De Standaard a sus lectores, demostrando una ignorancia supina sobre el momento actual por el que atraviesa España, donde ya hace mucho tiempo que los niños dejaron de cantar “Venid y vamos todos” para entrar a saco en Perales y Bisbales.

Aquí, quien más y quien menos, estamos por la labor de María Isabel. Desde el presidente, al que llaman Bambi, y él se tiene por el Rey de la Selva; hasta Paesa, al que llaman cadáver, y él se considera un muerto muy vivo, todos hemos llegado a la conclusión de que Miguel Hernández estaba atontolinado el día que escribió ese absurdo soneto que comienza “Te me mueres de casta y de sencilla”. Antes muerta que leer a Miguel Hernández. ¿Quién es ése que alaba de la mujer la sencillez, la castidad, el recato o la humildad? No sé, algún primitivo.

Claro que María Isabel es la autora de la letra, de la música, de los arreglos orquestales y hasta de su propio maquillaje. ¿Qué otra cosa puede salir de un país abonado a la frívola futilidad de las apariencias? Un país rendido de admiración ante los personajes que más ignoren de su historia, los que peor lenguaje utilicen y los que más tradiciones sean capaces de cargarse a la hora. Pues eso, niñas de nueve años que prefieren la muerte a la sencillez y que se cortarán las venas el día que no encuentren el rimmel en el tocador.

Los belgas están despistados. Quizás ellos no tengan la capacidad suficiente para crear mariasisabeles, como la de Ayamonte, pero aquí estamos sobrados de talento, gracia y tronío para llevarnos el Eurojunior de calle. Otra cosa no, pero el Eurojunior no se nos resiste ni a tiros.

Actualidad científica

Martes, 23 de Noviembre, 2004

Gracias a la infatigable labor del Gobierno, en lo que va de año hemos adquirido un porrón de conocimientos que permanecían en la nebulosa del inconsciente colectivo, vagando a sus anchas.

Por ejemplo, la evidencia de que el valenciano no existe es una de las que el día de mañana causará mayor admiración entre los especialistas, aunque no estén de acuerdo con ella.

En esa línea se encuentra también un ingente tratado sobre españología, cuyo capítulo sustancial lleva por título “De cómo unas nacionalidades devienen en nación, de la que nacen muchas nacioncitas a las que se come el lobo”, prologado por la Caperucita Roja y el Opus feroz.

Otra interesante aportación, esta vez en el campo de la sexología, ha sido la demostración de que ya no es necesario el cruce de los dos sexos para garantizar la presencia de la especie sobre la tierra. Basta que lo hagan los otros.

Pese a ello y por extraño que parezca, la sociedad sólo sigue reconociendo las uniones matrimoniales de sus miembros, tomados éstos de dos en dos. Con lo cual, si usted está enamorado de tres o más seres vivos y quiere casarse con ellos, va jodido.

Puesto a descubrir, el Gobierno está a punto de obtener la fórmula para que una nación, o lo que sea, pueda pertenecer a un imperio, patearle la espinilla al emperador y seguir como si tal cosa.

Ya advertimos que la fórmula está todavía en el laboratorio. Mientras tanto permanecemos confiados en que no explote durante el proceso de cocción.

A todo ello hay que añadir la serie de fascículos coleccionables “¿Existe Dios? ¿Existe el valenciano?”, “Cómo tirar los símbolos franquistas y el dinero”, “Carod considerado como una de las bellas artes”, “Cómo funciona lo del IVA en Europa” y “Hágase con los mandos del Concorde en 10 minutos”.

Habla González

Lunes, 22 de Noviembre, 2004

Felipe González ha hablado y sus palabras bien pueden pasar a la historia como el catálogo de diferencias que existen entre el primer presidente socialista de la democracia española y el segundo. Por desgracia para los administrados y en contra de la tendencia natural del aprendizaje, se constata que la sensatez y la experiencia caen del lado del primero y desaparecen en el bagaje del segundo, dejando sin sentido aquel vídeo en el que se recoge un mitin de FG en León, al que escucha un adolescente ZP, seducido por el verbo fácil del entonces líder indiscutible de los socialistas.

Se deduce que en ese momento el leonés sólo se fija en cómo su ídolo mueve las manos al tiempo que discursea, una de sus muchas asignaturas pendientes que no le impiden ocupar el mismo cargo que aquél 22 años después.

Un ejemplo. Dice González que Europa asiste pasiva a los acontecimientos de Irak, regodeándose en el convencimiento de que le asiste la razón “porque hay que estar contra la guerra”, pero ignorando que “las patadas que se lleve Estados Unidos se las llevará también Europa en el trasero”.

Otro ejemplo. González, que es partidario de reformar la Constitución para hacer del Senado la auténtica cámara de representación territorial, critica que se plantee dicha reforma sin saber cómo ni para qué, por el simple hecho de que ha cumplido 25 años. ¡Toma torpedo!

El ex presidente tampoco ahorra expresiones de contrariedad ante el anuncio de que las reformas estatutarias en ciertas autonomías nos conduzca a una España de primera división y a otra, de segunda, las famosas dos velocidades. Y si eso lo dice en público, es de suponer que en privado sus discrepancias con ZP van más allá de apoyar o no el indulto a Vera, aunque quizás haya sido éste el detonante que le aconseja distanciarse del actual secretario general de su partido de forma tan manifiesta. No los vayan a confundir.

El otro racismo

Domingo, 21 de Noviembre, 2004

A nadie debe extrañar que los abucheos dirigidos contra los jugadores negros del España-Inglaterra estén siendo considerados como la manifestación de un racismo repudiable, pues no basta con ser ciudadano del mundo, también hay que parecerlo.

Otro aspecto es que en el origen de esa estúpida reacción de la masa anide un auténtico sentimiento racista más allá del que puedan representar grupúsculos de descerebrados que abanderan el odio entre razas como demostración de su propia incapacidad para comprender el universo que habitamos.

No hace falta que ningún inglés se lleve las manos a la cabeza escandalizado por el racismo español, de la misma forma que nosotros sabemos distinguir entre el comportamiento de los vándalos hooligans fuera de las islas, y el del pueblo inglés. Ni siquiera cuando asistimos horrorizados a la matanza de Heysel _ y eso sí que fue trágico _, se cayó en la tentación de calificar al pueblo inglés como una pandilla de asesinos.

Más preocupante que la anécdota arrancada de una frase de Luis Aragonés en el fragor de un entrenamiento resulta toda esa violencia soterrada con la que algunos aficionados entienden su relación con el fútbol sin necesidad de que intervengan sentimientos racistas por ningún lado.

Produce verdadero asco contemplar cómo muchos padres se hacen acompañar de sus más tiernos infantes para que les vean desgañitarse en insultos, blasfemias y amenazas de muerte contra árbitros, jugadores o presidentes durante una hora y media de cada sábado o domingo. Ese niño entenderá rápidamente que para ganar al Rácing de Avellaneda lo más efectivo es cortarle el cuello al defensa central, dudar del origen familiar del árbitro y hacerse de cuerpo por encima del presidente. Todo ello muy democrático y sin la menor brizna de racismo, pues el padre tanto se cisca en los blancos como en los negros.