Campañas idas y por venir
Jueves, 31 de Agosto, 2006Si es cierto que el PSOE prepara una campaña de desprestigio contra el PP, cuyo fin último sería sacarle los colores y emparentarlo con Alianza Popular y la extrema derecha, ya no nos quedaría la más mínima duda de que estamos siendo gobernados por un partido que encarna el espíritu de la nulidad, el enfrentamiento y la contrapropaganda, esto es, sea yo bueno, haciéndote malo.
Aunque la campaña ya está aireada por varios medios, todavía cabe la posibilidad de que se trate de uno de esos globos sonda tan al uso de los jefes de imagen, que para justificar su cargo se dedican a ensuciar la atmósfera con babosadas.
Si hay dinero para una campaña y realmente quieren que favorezca al partido, convénzannos de que no hay organización más cumplidora de la ley, más respetuosa con las instituciones y más favorecedora de la convivencia democrática que ella; hágannos vibrar de emoción con sus aciertos, sus obras públicas y su amejoramiento de los servicios; canten las excelencias de sus ministros hasta quedarse roncos y vayamos todos a esa fiesta de colorines que se adivinaba tras el cartel naïf de José Ramón Sánchez para la campaña de Felipe González en 1977, cuando el mensaje del PSOE era que “la democracia la tienen que construir los demócratas”, y cuando por arte de magia descubrieron que más de cinco millones de españoles les apoyaban en tamaña empresa.
Mucho ha cambiado el cuento desde entonces. Los colorines de Sánchez dan paso a los fantasmas de ZP, a los demonios familiares y a las patrañas. Bastante tienen con que no se les caiga encima todo el estaribel que se han montado, como para salir con dibujitos naïf. De modo que si no puedes presumir de grandes ideas, démosle leña al mono por do más fácil sea.
Y el mono, como no espabile, se va a quedar en la jaula, triste, fané, escangallá y sin plátano.