O te cuento
Jueves, 31 de Mayo, 2012
En efecto, es la que está cayendo, la famosa
Cada época tiene sus muletillas imprescindibles para salir de casa. En la actualidad dos de ellas han alcanzado ya la gloria de la inmortalidad. Ninguna crónica de estos años que se precie de serlo podrá obviar que los españoles del XXI se saludaban diciendo:
_¿Qué tal estás?
_Bien, o te cuento.
Y más adelante, cuando la conversación ya ha entrado en materia, uno de los dos contertulios pronuncia la frase estrella, el top ten de las muletillas de la segunda decena del siglo, a punto de desbancar ya a la mundialmente conocida “¿Me entiendes?”, también usada en su versión reducida “¿Mentiendes?”. Nos referimos naturalmente a… tachán!: “Con la que está cayendo”.
Mediante esas cinco sencillas palabras nos ahorramos docenas de índices macroeconómicos, oscilaciones de la prima de riesgo, cotizaciones bursátiles, mercado financiero, ladrillos, rescates y trayectorias de las cajas. Basta decir “con la que está cayendo” para demostrar que usted está en el ajo y que sabe de qué va la pomada, otra bonita muletilla de cuando nadábamos en la ambulancia, no hace tanto tiempo.
El poderío de estas frases que se encaraman en el uso público es de tal intensidad que llegan a ser utilizadas allí donde aparentemente nada pintan y así ya hemos escuchado decir frases de Ionesco como la que sigue:
_El domingo comemos con mamá. ¿Venís?
_No sé. ¡Con la que está cayendo…!
Esto es, que la que cae condiciona nuestras vidas hasta el punto de dejar a mamá plantada con la paella en medio de la mesa.
Huyamos de las muletillas por los efectos perniciosos que contienen, pues de lo contrario acabaremos respondiendo así a los saludos:
_¿Cómo vas?
_Bien, o te cuento la que está cayendo. ¿Mentiendes?