Chuleta digital
Jueves, 31 de Enero, 2008Siendo grave que un ministro no retenga en su cabeza todo cuanto atañe a su departamento, lo que fulmina a Chacón es haberse escrito la chuleta en la palma de la mano, método de copia y engaño muy habitual en los parvularios, guarderías y casas-cuna de todo el orbe terráqueo. ¿Quién no se escribió alguna vez los afluentes del Tajo en el meñique, por si caían? ¿Quién no confió los reyes godos al antebrazo, ese maravilloso y amplio espacio existente entre la muñeca y el codo?
Lo sorprendente no es que copie, que bien podía tener a mano los folios que quisiese. Lo sorprendente es que la ministra se escriba en la piel la fórmula del ácido sulfúrico, o la declinación del aoristo de subjuntivo, si va por Letras. Es el primer caso que se conoce, y mira que cada país de la tierra sale a un promedio de unos mil ministros, entre visires y edecanes.
Va a ser verdad que hoy se tarda mucho en madurar. Te enganchan a los dibujos animados y no los sueltas hasta que te ponen delante el catálogo de residencias geriátricas, a ver cuál te gusta más para pasar los últimos años de tu vida.
_No sé; una donde no pongan Los Simpsons, que estoy hasta el trigémino de Homer.
No se madura ni cuando te nombran ministro del ramo. ¡Ay, qué diver! ¡Soy minis! ¡Con lo que farda llegar a un cuartel y que se te cuadren!
Pero si además añadimos que la chuleta manus-crita bien podría servir, no para traer a la memoria un dato, sino para convencer al espectador que ese dato obra en la cabeza de la suso-dicha; y añadiendo a todo ello la proximidad de una convocatoria electoral, es lícito juzgar que la señora Chacón la ha chingado, sin necesidad aparente y con palmaria inmadurez. Si no le agrada el recurso del folio delante, señora ministra; sepa que hoy estas cosas se hacen con pinganillo.