Justo el resultado
Viernes, 25 de Mayo, 2018
Qué cruz
Cuando se ve a los catalanes poniendo y quitando cruces de los arenales donde comienzan a rebozar sus cuerpos porque el tiempo acompaña; cuando se les ve convertir un día de playa en un holocausto maya; cuando salta a los ojos que allí se han creado dos facciones enemigas; cuando se comprueba en ambos bandos una crispación larvada que aflora y se enseñorea al ser provocada; cuando se les oye decir que la playa es suya; cuando se observa cómo se agreden a manotazos, insultos y aspavientos… no sé a ustedes, pero a mí me viene una y otra vez una pegunta retórica de la que sé la respuesta. Ésta:
¿Qué político que no sea un hijo de la gran chingada ha trabajado con denuedo para conseguir este resultado?
Y la contestación es esta otra:
Efectivamente, un gran hijo de la gran chingada, auxiliado de otros que también lo son.
Si queremos descubrir las siete diferencias entre nosotros las encontraremos sin ningún esfuerzo, aunque seamos gemelos. Eso no tiene ningún mérito, señor Torra. Por ejemplo, yo a usted lo veo feo de cojones, pero no pasa nada. La belleza está en el interior, antes Gobernación.
Gente como usted se ha dedicado, y se dedica, a escudriñar posibles diferencias con el resto de los españoles para sustentar una falacia barriobajera y ladrona, cual es decir “esta playa es mía”, cuando sabemos que es de todos, puesto que entre todos la pagamos, por mucho que usted la llame platja.
En esa búsqueda de las siete diferencias, una vez superado el tema del idioma, después de haberse inventado reyes y reinados, o que son ustedes los robados _ hay que ser cínico _, cayeron tan bajo que han ido a hurgar en los ADN, como otros que buscaron la raza aria.
Sus logros están a la altura de sus méritos. A hostias con las fresqueras en plena playa.