Archivo de Mayo, 2014

Que viene el Coco

Sábado, 31 de Mayo, 2014

El peligro en la sombra

(Dibujos de YuriBeltrán)

Los cinco escaños de Podemos están dando mucho juego mediático. Es lógico porque causa sorpresa comprobar que a la pregunta: ¿Quieren ustedes que convirtamos España en una dictadura bolivariana de libre expropiación y alcancemos en breve tiempo sus mismos niveles de ruina, exilio y desabastecimiento?, hayan sido tantos los que contesten que sí.

Ante tal cotejo, son muchos los que optan por reaccionar con miedo. Y no digo yo que no sea para temer lo que propone Podemos con tanta alegría, como si estuviese hablando de sus planes para el fin de semana. Con lo cerca que tenemos la experiencia de numerosas dictaduras de derechas, de izquierdas o monopersonales, y con lo que nos ha costado levantar este ambicioso sistema de libertades.

Quizá por todo ello, al miedo que puede inspirar entre los demócratas un plan que pretende arrasar con todo, debería precederle la sensación de pena. Pena por haber permitido que las imperfecciones cometidas justifiquen la aparición de un voto tan desesperado como ése.

Siendo así sin remedio, y siguiendo la máxima que aconseja hacer de la necesidad, virtud, bien se debe convertir la sorpresa, el miedo y la pena en el acicate para que Podemos pierda apoyos a manos llenas hasta desaparecer sumido por la fuerza de los acontecimientos. El éxito de Podemos sería el fracaso colectivo y su reducción al mínimo exponente, el triunfo de la democracia y el bienestar.

Recibamos pues a Podemos agradeciéndole que nos enseñe las orejas del lobo, el rabo y los colmillos. Si logramos que fracase, nunca podríamos pagarle el favor que nos hace. Los padres tradicionales conocían bien la estrategia, pues les bastaba mencionar que viene el Coco, para que los niños cumpliesen raudos sus obligaciones.

La ley en Can Vies

Viernes, 30 de Mayo, 2014

Can Vies desapareciendo

El alcalde de Barcelona tiene unas salidas escacharrantes. ¿No va el tío y les dice a los okupas que no se puede pedir a una Administración que incumpla la ley? Es de suponer que inmediatamente después le habrá llamado su correligionario Artur Mas para pedirle explicaciones por su extemporánea reacción, pues a la hora de incumplir leyes ambos son unos auténticos especialistas.

Can Vies es la crónica de un conflicto anunciado. El ayuntamiento lleva diecisiete meses de negociaciones con sus ocupantes y ahora se lamenta del tiempo perdido, porque en realidad la otra parte nunca tuvo intensión de negociar nada. Ni derecho a hacerlo, añadiríamos de puntillas para no herir susceptibilidades.

El barrio está de los okupas hasta el moño y toda la solidaridad que reciben es foránea, gente que algún día se refugió en Can Vies y gente que en principio va a siempre a donde haya un contenedor susceptible de ser quemado. A eso se le llama un problemón.

Que el alcalde de la ciudad reclame el cumplimiento de la ley para detener la violencia desatada en el barrio de Sants es lo que se espera de cualquier representante de la autoridad, sea municipal o autonómica; pero que el conflicto ocurra en este preciso momento, cuando la formación política de Trias lidera el desafío de ilegalidad y se enroca en una negociación que solo pasa por la consulta y el incumplimiento de la ley, adorna los acontecimientos de un halo metafórico nada desdeñable.

La feliz convivencia de todos se basa en renuncias individuales y colectivas. La santa voluntad de unos y otros es el caldo de cultivo para cualquier tipo de desorden; por eso decía el sabio que la ley podía ser dura, pero era ley.

Ojalá todos extraigan conclusiones positivas de la actual zapatiesta.

Por lo menudo

Jueves, 29 de Mayo, 2014

No será sofisticado, pero es útil

A cada nuevo caso de corrupción, pillaje o saqueo de las arcas públicas le sigue su correspondiente coro de jeremiadas, salpicado de imprecaciones varias, un surtido de blasfemias y según dicen los sociólogos, un incremento de las ganas de arrasar con todo, directamente proporcional a la cantidad de dinero defraudada. Es decir, a lo malo se añade lo peor.

De todo ello, una vez salvadas esas reacciones psicosomáticas, se deduce nuestra incapacidad, o falta de voluntad, para encarar el tema con visos de atajarlo. Estamos viendo una y otra vez lo fácil que resulta para ciertos cargos meter la mano directamente en la caja para llevársela, bien de una vez, bien en continuadas porciones, pero siempre con montantes de alcance extraordinario, como si en la administración _ no hablamos de las mordidas _, los billetes circulasen con la misma libertad que se describe en los tratados sobre mecánica de fluidos.

En todo caso, y siempre a toro pasado, se descubren algunas rapiñas, lo que permite pensar que quedan por descubrir bastantes más. Y así hasta la consumación de los siglos, o de las arcas, que seguramente ocurrirá mucho antes.

Vamos a ver, ¿es tan difícil establecer que toda cantidad superior a los 27 euros de dinero público _ por decir una cifra razonable _, no pueda moverse de su sitio si no cuenta con el conocimiento _ no decimos aprobación, porque nos gusta la gobernabilidad _, de todos los representantes públicos? Ítem más, ya que se trata de dinero público y es nuestro, ¿no deberíamos saber euro a euro en qué nos gastamos los monises, las subvenciones o los fondos FEDER, URBAN o de Cohesión? En casa, como en tantas otras, mi madre cubría a diario unas agendas en las que se consignaban hasta los céntimos y jamás hubo un desvío.

Casta y Susana

Miércoles, 28 de Mayo, 2014

Otro Podemos apoyaba a Chávez, ¿les suena?

A Susana Díaz, la hija del fontanero situada en la pole de salida para suceder a Rubalcaba, le interesará saber lo que opina Pablo Iglesias sobre los políticos que no son él, él y él. Le gustará escuchar de sus labios que es una choriza, una ladrona y que pertenece a una casta que el chico inventó entre clase y clase; la de ella concretamente, la Casta y la Susana.

También le apasionará saberlo al exministro José Blanco, hoy eurodiputado e hijo de peón caminero y modista. O a Alberto Núñez Feijóo, el nieto de la dueña del ultramarinos de Os Peares e hijo del listero de las obras públicas que por allí se hacían. A ellos y a otros muchos que acceden a puestos políticos de relevancia desde familias humildes, de clase media o rimbombantes, les chiflará oír que ha llegado al ruedo un repartidor de carnés con pedigrí, tan dictador como todos sus ilustres antecesores en la historia, y que como ellos, ansía repartir gorras rojas para quedarse el pastel en solitario.

Es muy ilustrativo descubrir cómo este maleducado demagogo reparte títulos de nobleza política y cómo embauca a quienes se dejan arrastrar por la buena nueva de un refrito chungo, pobre y sin recorrido, basado en la promesa de repartir el erario por la cara, dar vía libre a los okupas, prohibir los toros, cargarse la Constitución, salir de la OTAN y eliminar las políticas antiterrorista y antigamberrada, pero sin una sola idea sobre cómo se origina riqueza, que es el método ideal para conducirnos sin remedio hacia la ruina. Otros vendrán que ya la crearán, debe pensar este fustigador de castas.

Es de esperar que los cinco escaños no le sirvan para avanzar en sus reformas más allá de los cuatro años de momio asegurado y con lo poquito que aprenda en Europa consiga presentarse luego con un programa, y no con ocurrencias.

Lo que el viento se llevó

Martes, 27 de Mayo, 2014

Hasta que llegó su hora

Era misión imposible salir indemne del tsunami escéptico que pronosticaban los hombres del tiempo, porque el meteoro se anunciaba con rachas atemporaladas de revolución diurna y salpicón de tornados de componente este.

Ninguno de los dos grandes barcos podían hacerle frente manteniendo sus velas mayores desplegadas y lo mejor era fruncirlas a su paso, esperando a que amaine.

En el caso del PSOE, la exigencia era todavía mayor, pues alejado del gobierno y castigado ya en las últimas galernas generales, aspiraba a recortar distancias. Pero no. Todo lo contrario. El viento sopló tan fuerte como se había dicho y lo que se llevó por delante tiene nombre, Alfredo, y apellidos, Pérez Rubalcaba.

Él es un hombre sobradamente amortizado. A lo largo de sus doce años de existencia, este Punto Je le ha dedicado 114 columnas. Y eso solo cubre una tercera parte de su vida política, cuyo inicio se remonta a la primera victoria de González. Su marcha no debe extrañar a nadie, ni a él mismo, porque dadas las circunstancias, y aunque no las hubiese, pocas aportaciones al partido podían esperarse del químico cántabro que no hubiera realizado ya.

Nadie duda de que su último error fue jugarse el envite con la carta Valenciano de escaso predicamento. Don Alfredo disfrutó con la victoria de su amado Real Madrid, pero fue el bálsamo de lo que le venía encima.

Sin embargo ayer anunció su marcha y un secreto que nadie se cree, el de haber decidido no presentarse a las primarias mucho antes de saber los resultados. ¿Y si se hubiese llevado el voto de calle? ¿También renunciaría a liderar el nuevo PSOE? Era difícil, como decíamos, porque la fuerza huracanada de los vientos no respetó los viejos mástiles, pero de haber sucedido, Rubalcaba habría hecho ayer un Felipito Tacatún: «Yo sigo». Seguro.

La sorpresa ultra y lo esperado

Lunes, 26 de Mayo, 2014

Con campañas así no es de extrañar que se haya hundido Valenciano

La palabra de las elecciones no fue abstención, porque incluso subió el porcentaje de votantes, sino extrema derecha antieuropeista. Lo de Francia supera cualquier otra consideración, porque lo de España responde a los pronósticos más cabales.

Que Marine Le Pen gane en uno de los pilares de la Europa unida es como para hacérselo mirar, pues aunque el más ardiente defensor de la UE pueda pensar que las razones de mayor peso para ese éxito son de índole nacional, lo cierto es que la causa común sufre una derrota donde más duele, en la unidad de los principios inspiradores.

Si los resultados finales les permiten formar grupo, el terremoto alcanzaría proporciones devastadoras en cualquier escala que se mida, pero las restricciones informativas sobre los datos no permiten llegar hoy más lejos en los análisis.

Miramos a España y vemos en primer lugar que el toque de atención se lo llevan los dos grandes partidos, más duro y cruel el del PSOE, que no se ha repuesto de su anterior etapa de gobierno y que no se presentaba, a nuestro humildísimo criterio que ya quedó expuesto, con un cabeza de lista con posibilidades de cambiar el rumbo de las cosas. Ambos pierden muchos diputados, pero ellos uno más, y eso es justo lo contrario a lo pretendido.

El resto de la izquierda sube, claro, al socaire de los dos bajones. A ver qué de bueno pueden deparar esas subidas.

El PP paga una acción de Gobierno que también es el polo opuesto a su nombre, es decir, impopular; pero que lo sea no es sinónimo de errónea y les queda el resto de legislatura para demostrarlo con datos que lleguen a los ciudadanos. De momento llegaron a la macro y eso es una buena noticia hasta para quienes tratan de sustituirlos. En definitiva, era lo esperado.

Décima y lusa

Domingo, 25 de Mayo, 2014

Con ‘La navaja inglesa’ en Lisboa

Cibeles lo tenía ayer muy fácil, porque aunque los atléticos se empeñen en ponerle los cuernos con su hijo Neptuno, ella ejerce su patronazgo sobre todos los equipos. No iba a ser tan rácano Carlos III como para dejar a los de Getafe fuera de cobertura. En fin, estas cosas de las diosas las ignoran muchos miembros de ambas aficiones y Lisboa, ciudad confluyente del madrileñismo postilustrado, no iba ser una excepción.

La capital lusa, qué les voy a decir, estaba a rebosar. Los metros pasaban cargados de blancos y rayados, como las antiguas cartillas de los educandos.

Pero aquí vinimos a hablar de fútbol y de Europa.

De futbol, ustedes dirán, pero en el Estadio de la Luz, sentado entre la masa blanca, se vio muy poco en la primera parte, al menos para justificar lo que tanto le gustaba repetir a la megafonía: que estábamos viendo lo mejorcito del mundo. Siempre se dijo que los portugueses hablan de lo mundial con mucha facilidad. Había una pancarta atlética, la más grande del estadio, que ponía: Gracias, papá. Entrañable, pero insuficiente. El gol, como dicen los que de esto saben, vino a premiar el juego destructivo de Simeone, cuya sombra alargada se proyectaba sobre el césped.

La segunda mejoró en todo, lo cual era sencillo. Bastaba ponerle picante y lo que exige Cibeles para sus homenajes. Aun así, todo fue agonía hasta que llegó ese último minuto que levanta tantos comentarios en futbol. El minuto que media entre la ilusión de unos y la desesperación de otros. Pero esperaba lo mejor. Ese tercer tiempo añadido donde todo el fútbol que no estuvo, salvo en intentonas, desplegó su magia en Lisboa para darles la razón a los portugueses. Fue la mejor final del mundo y Cibeles estaba encantada. Añado, lo estaría igual en caso contrario, pero digamos que agradece los homenajes.

Fainé se alivia

Sábado, 24 de Mayo, 2014

Nin a Fainé: “Vámonos”

No hace falta ser un lince en intríngulis financieros, cual es mi caso, para apreciar la importancia socio-económica que se deduce de la transformación en fundación bancaria de la Caixa, a seis meses de la pretendida consulta secesionista de Mas.

Para empezar, los nuevos estatutos eliminan la obligación de que Cataluña sea el principio inspirador de sus actuaciones. Una medida lógica cuando se obtienen buena parte de los recursos fuera de ese territorio y cuando el organismo político que la rige tiende con contumaz tozudez a un reduccionismo territorial, económico y solidario. Nada hay más repelente que acortarle fronteras al dinero y augurarle un escenario inestable, indeciso e indecoroso.

La libertad que se da la Caixa le permite respirar aliviada de la amenaza masista, sea cual sea el resultado de la evolución política. Pero por si fuera insuficiente la poda de lazos estructurales con el territorio en cuestión, Isidro Fainé y los suyos se han garantizado la posibilidad de desligar la sede central de la ciudad de Barcelona, con lo cual, si lo viesen conveniente, podrían mudarse con carros y carretas a Madrid, Lugo o Cajamarca, en la sierra del Perú.

Tampoco es desdeñable en la comunicación de los acuerdos su decidido apoyo a las reformas españolas y a la confianza recuperada, precisamente el mismo día en que S&P nos eleva el grado de solvencia. Sí, ya sabemos que las agencias de calificación se equivocan, pero si lograron ponernos con los pelos de punta cuando bajábamos a los infiernos, permítasenos regodearnos, aunque sea con precauciones, cuando dicen que asomamos la tonsura fuera de la alcantarilla.

Es de imaginar que Mas tenga estos días graves dificultades para tragar, pero a mano tiene sales parecidas a las que tomó la Caixa para aliviar el estómago.

Fin de campaña

Viernes, 23 de Mayo, 2014

Que era el Mercado Común ya lo sabían Leblanc, Cassen y Saza

La campaña agoniza entre estertores afásicos. Ni siquiera ha conseguido convencer al votante de que a su bolsillo le influye más lo que se cueza en Europa que en los plenos de su ayuntamiento. De tal resultado se encargaron todos los participantes, que convirtieron en guirigay de la confusión lo que debería ser una lección magistral sobre qué es Europa y cómo plantea cada uno la forma en que ha de gobernarse.

Si a la campaña añadimos los brotes de violencia presididos por el crimen del río Bernesga aderezados por la ola de simpatizantes, el ataque a Montoro, la fruslería de Cañete y la continuada aparición de nuevas corrupciones, no es de extrañar que se desee ardientemente pasar página y regresar a la campaña de baja intensidad que suele ser el resto de la legislatura.

En el capítulo de acontecimientos singulares cabe destacar el jaleo dispensado en Cataluña a Manuel Valls, el primer ministro francés que aventaja a Rajoy en méritos para titularse Manolo Manostijeras, pero que por afinidad de siglas y de cuna casual, fue recibido como héroe de las masas. Bueno, también es cierto que sus recortes afectan a los pensionistas franceses y quienes le aplaudían son españoles, al menos de momento.

Los partidarios de la abstención, o del desarraigo comunitario, han tenido ocasión de clamar, y de ser escuchados, que Europa son los mercados, repitiendo sin darse cuenta que nadie lo oculta y que su nombre primigenio lo proclamaba sin ambages. Era el Mercado Común. ¿Y qué otra cosa podría ser? Hombre, ya nos gustaría unirnos en la Academia Peripatética de Aristóteles, en la Bauhaus alemana, en la Escuela de Traductores de Toledo o en cualquier círculo de mecenazgo italiano, pero dicen que el bienestar no alcanza para tanto, que no hay mercado.

Lisboa como metáfora

Jueves, 22 de Mayo, 2014

El eximido

Esa obsesiva protección del lenguaje correcto cuando de mujeres se trata no consigue otra cosa sino acrecentar la sombra del machismo. Y trufar los argumentos políticos de moralina igualitaria produce el efecto contrario por cansancio, hastío y aburrimiento.

Ésa es la impresión que comparte la mayoría cuando sale a colación el bendito tema. Que así conste por si nuestros amados representantes tienen duda sobre la capacidad intelectual de los administrados, aunque siempre habrá quien disfrute chapoteando en la charca de lo obvio por si cae alguna subvención de momio.

De ahí a elevarlo como causa supranacional, poniendo en cuestión la cordura de los españoles y su capacidad para regir los destinos propios, y mucho más los ajenos, solo puede ser considerado como una locura febril, producida por la picadura de una araña parda reclusa, o por la ingesta de plantas alcaloides en dosis superiores a las aconsejadas. Un mensaje a nuestros socios comunitarios que bien podría traducirse diciéndoles que somos capaces de ganar todos cuantos campeonatos de fútbol que en ámbito europeo se convoquen, pero que al mismo tiempo hagan el favor de poner ellos los rectores y administradores políticos, porque los nuestros tienen graves dificultades para acabar con éxito la EGB.

De tanto insistir en la idea, acabarán creyéndoselo y no sería de extrañar que un día nos planteasen una declaración de incapacidad y la imposición de un delegado al que llamaríamos enseguida Pepe Botella, aunque sea abstemio.

A un aficionado al fútbol, miembro de una mesa electoral, le han permitido excusarse de la obligación por causa extraordinaria para que pueda estar en Lisboa. Ésa es la metáfora. Ésa es la realidad.