Archivo de Octubre, 2021

Chantaje

Domingo, 31 de Octubre, 2021

En nuestras narices

Un amigo de la infancia y sus dos hermanos encontró la aguja de marear con la que reducir la autoridad paterna a la mínima expresión. La ilusión del hombre, lector empedernido, es mantener en silencio su domicilio y sus hijos, por lógica hegeliana, emplean sus cuerdas vocales en impedirlo.

Todo cambia el día en que unos y otro descubren que por un puñado de dólares los gritos cesan y los tres hermanos abandonan la casa disposan a gastárselos en el Lugo de los sesenta. Los dólares, como imaginan, no son muchos, pero su efecto se revela instantáneo, de modo que cuando quieren comprar esos chicles que hoy prohíbe Garzón _ ¡a dónde hemos llegado, don Conrado! _, ir al cine o cambiar los viejos tebeos en Dulcerías, no tienen más que alborotar cuando su padre abre Diez negritos por donde la había dejado, escena que sucede los jueves y domingos por la tarde.

El hombre suelta dos duros y la gavilla de maleantes desaparece como por ensalmo escaleras abajo hasta el próximo chantaje.

A estas alturas de la acordanza no parece necesario explicarles que Sánchez me recuerda al padre, y sus socios llorones, gritones y pedigüeños, a mis amigos. El presidente no desea leer, sino seguir siéndolo, pero por lo demás, las dos historias suenan bastante paralelas, como las vidas de Plutarco.

No obstante, si aguzamos la vista y vamos al detalle, veremos que existe otra diferencia entre ambas nada menor. El padre dispone de su dinero, ganado honradamente con su trabajo, como mejor le place; a diferencia del que maneja con displicencia el presidente, ya que no es suyo, sino nuestro, y que además nos sale doblemente lesivo. Por el gasto en sí, y por el destino al que se dedica, muchas veces contrario al bien común, a la cohesión de las tierras del Estado ya potenciar España ante el mundo, como es su obligación.

Algo de que hablar

Sábado, 30 de Octubre, 2021

Temas de tertulia mientras no las prohíban

Tema terremoto. ¡Qué susto! Ya me imaginaba a Sussana Griso haciendo directos desde Os Farallóns y se me erizaban los cabellos.

Tema PP. ¿A qué viene hacerse los mudos delante de los micrófonos por la sentencia del dinero negro? Si creen que alguien les va a aplaudir por la mudez, van de cráneo. Con lo fácil que es decir: Pues sí, hemos metido la pata hasta donde pone Alonso Martínez, que es donde acaba Génova. No lo volveremos a hacer.

Tema gran apagón. Es la plaga que le falta al bipartito para que su historia se cuente al lado de la biografía de Ramsés II.

Tema chuches. La obesidad infantil es un problema, de acuerdo; pero Garzón es otro y mucho mayor. Con la disculpa de los problemas que existen está convirtiendo su ministerio en una dictadura soviética de la peor especie y puede acabar prohibiendo los libros, porque causan presbicia y almorranas. Métale mano a los botellones, que causan cirrosis.

Tema asesinato del niño: Faltan palabras. Sobra asco.

Tema reforma laboral: ¿Alguien cree que queda una sola autoridad europea que no se haya partido el culo de risa al contemplar los bailecitos de Petronio con Nadia y Yolanda? ¿Alguien cree que todavía nos toman en serio en algún departamento? Porque tienen otros problemas más gordos, que si no, de qué…

Tema locura: Que la vicepresidenta Yolanda Díaz inicie su parlamento con un “Autoridades, autoridadas…”, no es la aplicación del lenguaje inclusivo, no es un error, ni siquiera es un lapsus linguae. Lisa y llanamente es la prueba palpable de la locura hacia donde un puñado de ignorantes iluminados pretenden reconducir la historia del hombre, cuyos siglos de paciente evolución desconocen desde sus raíces y cuyo estudio pretenden suplantar con ocurrencias a cada cual más pedestre y disparatada.

Juego de lágrimas

Viernes, 29 de Octubre, 2021

Dejen salir a los hebreos

Pase lo que pase de ahora en adelante, la crónica del bipartito se va a escribir con lágrimas negras en tinta de calamar.

Lo poco que conozco de esa serie de tanto éxito me llega para saber dos cosas. Una, que solo la veré si me atan a una silla como a Alex DeLarge, el protagonista de La naranja mecánica, con pinzas enganchadas a párpado vuelta para no poder cerrar los ojos, y dos, que el argumento se aviene al mundo que vivimos como anillo al dedo.

Hombres enredados en patochadas infantiles se dejan matar con gran sadismo ante una recompensa millonaria que solo a uno llega. A Irene Montero le corresponde el papel de guionista de las pruebas, el corre corre que te pillo, la pídola y al pasar la barca, todas entretenidísimas, pero todas pasadas de rosca, porque a esta edad hay que estar a cosas serias.

Varios colectivos recordarán el bipartito con especial crudeza y sus lágrimas, además de negras calamar, serán de una tristeza indescriptible. Las imágenes de los palmeros que han perdido todo, menos la vida, parten el alma al más pintado y el intento de penetrar en su desgracia y comprender esos sufrimientos es tan imposible como alcanzar la idea de la eternidad, el desde siempre y el para siempre.

Pero es que a su lado están los miles que han perdido seres queridos en la pandemia, los que ellos mismos han sido víctimas y los que nos arrastramos detrás de una mascarilla por un mundo infecto y calamárico, un neologismo a mayor gloria de la serie.

¿Es culpable el bipartito de estas desgracias? No. Solo faltaría que dominase también lo intangible. El bipartido solo es culpable de todo lo demás y le llega. Por ejemplo, la ilegalidad de los estados de alarma y los horarios de las lavadoras.

Como para sentirte protegido.

Salvadora Sánchez, fabricante de niñas prodigio

Jueves, 28 de Octubre, 2021

Pilar Castillo, la hija de la pianista lucense, nace el mismo año que Pepito Arriola

EL AÑO 1895 se produce en Galicia un hecho singular, pues nacen en A Coruña y en Betanzos dos niños que serán considerados unos fenómenos musicales por su precocidad en el dominio de un instrumento tan complejo como es el piano. Hablamos de Pilar Castillo Sánchez y de Pepito Arriola, del que ya nos ocupamos por cuanto emerge para la música en Lugo.

El caso de Pilar es incluso más sorprendente si tenemos en cuenta que su hermana Salvadora, Dora Castillo, también tuvo esa consideración, aunque la repercusión alcanzada fue menor.

En los tres casos juegan un papel determinante la madre y la tía del primero, Josefa y Aurora Rodríguez Carballeira, protagonista de un experimento más sorprendente aún, como es el de Hildegart Rodríguez; y la madre de Pilar y Dora, Salvadora Sánchez Álvarez (Lugo, 1863).

Estudia y se licencia en la Escuela Normal coruñesa, y cuando lo hace en 1885 con sobresaliente general, reabre en Lugo con su hermana Pilar el llamado Colegio de Señoritas de Campo Castelo, donde además de Francés y otras materias, se dan clases de piano.

Salvadora se casa con el delineante de Obras Públicas Enrique Castillo y Basoa, que muere en 1924.

Ni que decir tiene que sus hijas Pilar y Dora reciben instrucción suplementaria en su domicilio, donde debemos imaginar un ambiente dominado por y para la música.

La instrucción pianística de Pilar continuará en manos de Canuto Berea y de la virtuosa compostelana Eugenia Osterberger Luard, madame de Saunier, mientras Dora, cinco años mayor se enfoca hacia el canto.

Cuenta El Eco de Galicia en 1913 que un día madame de Saunier acude a casa de Salvadora Sánchez y le ofrece la partitura de su última obra. La ejecuta al piano y cuando acaba, se escucha que desde la habitación de al lado, donde Salvadora da sus clases, provienen las mismas notas que acaban de estrenarse. Es la niña Pilar, que así demuestra poseer la rara cualidad del oído absoluto, como Pepito Arriola o Bal y Gay, por ejemplo.

Desde entonces madame Saunier decide darle clases.

La asombrosa predisposición de las dos hermanas para el instrumento se pone de manifiesto, en el caso de Dora, desde que tiene 7 años en la Escuela de Música de la Sociedad Económica. Su madre presenta allí a otras dos alumnas igualmente brillantes, María Gaos Varela, prima del violinista Andrés Gaos, y María Lois Varela. Esta última y Dora terminan la carrera en 1902 con sobresaliente.

Dora se casará en 1914 con Fernando Martínez Morás hijo de Andrés Martínez Salazar, y ambos son tíos de Carlos Martínez Barbeito.

En cuanto a Pilar, Pila o Piliña, será mucho más reconocida como pianista desde 1904, aunque también toca el violín, el arpa y la guitarra, y compone al menos dos títulos, Durme, para canto y piano, y la muiñeira Maruxiña, con letra de Pondal.

Las dos terminan solfeo y piano a la edad en que otras comienzan a estudiar. Antón Buxán considera que Pilar es la mejor pianista europea de su tiempo. Y se dice que Rubinstein se interesa por ella. La prensa catalana se deshace en elogios y en todas sus veladas, coruñesas o madrileñas, llama la atención. Por ejemplo ante la infanta doña Isabel, la Chata, en los salones de la condesa de San Rafael, o en el Ateneo dentro del centenario de Liszt, cuando tiene 16 años.

En 1912, su futuro cuñado Fernando Martínez Morás y ella ofrecen varias conferencias ilustradas sobre Beethoven. Pilar interpreta fragmentos de las sinfonías y Fernando las explica. Los aplausos son generosos.

Demonios en el jardín

Jueves, 28 de Octubre, 2021

Petronio Sánchez y su Satiricón

El Gobierno ha entrado en erupción. Los distintos piroclastos que alberga saltan por los aires, ora en lapilli, ora en cenizas, porque tal como canta la maravillosa Natalia Lafourcade, lo que construimos se acabó.

Las coladas que se forman a raíz de cada una de sus bocas parlantes avanzan a su ritmo y la gente, es lógico, teme que si no les arrasa una, les arrase la otra.

El mar, que son las elecciones, aguarda a todas, pero deben llegar bien diferenciadas y lo más gordas posible para que su fajana sea la más hermosa y la más adentrada en las aguas.

Este comportamiento de un magma tan rival y variopinto, con coladas norteñas que ansían tener su propio volcán para borbotar a pierna suelta y con otras a las que les van más las erupciones vesuvianas, repentinas y destructivas, da origen a una temporada otoño-invierno como la que vivimos.

Domina una moda de increíbles tonalidades, en la que la vicepresidenta se viste de blanco para pasear por los jardines de la Moncloa en compañía de Petronio Sánchez, el árbitro de la elegancia, como si fuesen maniquíes armoniosos de un spot idílico para consumo de los europeos, que como son tontos, se lo van a creer.

La realidad es que la lucha de coladas les impide incluso usar la misma frase para definir lo que van a hacer con la reforma laboral, así que démonos por jodidos.

La ley de la Vivienda se presenta en estéreo, con voces en Moncloa y voces en un ministerio; a Batet se la quieren comer con patatas y el presidente, de tanto ruido de fondo que escucha, prefiere viajar una vez más a La Palma en busca de un poco de tranquilidad.

Y esto no ha hecho más que empezar. Escribió el desaparecido Ruiz Zafón que en política las puñaladas nunca llegan de frente, siempre por la espalda y con un abrazo. Añadimos, y en el jardín.

José Carracedo, el director del Orfeón en la estela de Montes

Miércoles, 27 de Octubre, 2021

En torno a su figura se recompone la masa coral lucense siete años después de la muerte del fundador

EL ORFEÓN GALLEGO de Montes queda en manos de José Carracedo Vilanova (Lugo, 1862) cuando el maestro fallece; de la misma forma que Luis Junquera lo recibirá a la muerte de Carracedo, con quien tuvo sus más y sus menos.

Los tres directores viven la época dorada de los certámenes de corales, cuando los vecinos de cada ciudad siguen las competiciones con el interés, las ansias y la minuciosidad con las que hoy se examina cada lance de un partido de fútbol. No le den más vueltas. Son otros tiempos.

Así no es extraño que el funeral de Carracedo en A Nova sea una concentración “de todas las clases sociales”, en argot de la época; que en él se interprete una de las misas de Luigi Cherubini, que la abundante lluvia no espante a la concurrencia, o que en la calle de la Reina / Raíña, su domicilio, no se pueda dar un paso.

El colofón lo pone el propio Orfeón entonando el Libera me, de Carracedo, que había acompañado a tantos lucenses en estos momentos postreros. Ya entonces lo dirige Junquera.

Comenzamos por el final porque en el caso de este músico, compositor y violinista es la mejor manera de reflejar la popularidad de sus triunfos. Solo tenía 49 años y cinco como director.

El Orfeón Gallego llega a ser el más antiguo de Galicia, pues nace en 1879 como obra de Montes. Sus éxitos en los mencionados certámenes parecen difíciles de igualar y por eso a partir del 24 de junio de 1899 hay un vacío que se resuelve en 1906 con la elección de José María Carracedo. A los cuatro meses de llegar se estrena en Ferrol con otro primer premio. Respira el hombre.

Hay insinuaciones de coruñeses que están en contra, pero eso es como los penaltis, que unos los ven y otros no.

Vuelven a ganar en Ourense el año 1907, actúan en Monforte sin rivales y regresan a Ferrol para hacerse con un nuevo triunfo. No los premian en Vigo, pero Carracedo va a mantener el prestigio de Montes en esos cinco años, pues fallece en 1911.

Se había casado el 1891 con Catalina Fernández y son padres de Jesús, María de los Ángeles y Antonio, fallecido muy joven cuando es estudiante de Derecho. En aquel momento se le conoce como el violinista Carracedo.

Además de la labor al frente del Orfeón propiamente dicha, consta en su cuenta la organización de las que llaman funciones patrióticas con el fin de recaudar fondos, como la del difícil año de 1898, con obras de Bellini y Chapí, así como una jota del propio Carracedo, autor también del vals El Brindis y de otras piezas, como el Libera me.

La gente compra entradas a precios de donativos y se subastan regalos que engrosan la recaudación.

También dirige las comparsas del Orfeón, que en 1909 se visten de Pierrots e interpretan lo que Carracedo escribe para la ocasión. Ese mismo año se celebra en el Círculo la fiesta organizada por el Orfeón, donde interpreta el apropósito Bazar de gangas, de Carracedo. A El Progreso le parece que no debieron cantarse algunos cuplés “de dudoso gusto”. Aún así, lo felicita.

En política es canalejista, es decir, seguidor del epónimo José de Canalejas. Como tal se presenta a las elecciones para concejal por Viña-Miño y es elegido, pero, cosas de Lugo, las elecciones se anulan al año siguiente por defectos de forma.

Cuando Canalejas cena en Lugo el año 1908, Carracedo, que asiste a la cena, dirige un recital en su honor con obras de Veiga y Montes.

Con motivo de su santo, el 19 de marzo del año de su muerte, el Orfeón le ofrece una serenata que se repetirá a su viuda hasta 1918, cuando fallece esta.

Miedo profundo

Miércoles, 27 de Octubre, 2021

El sueño del desconocimiento produce miedos

La Galicia profunda de la que habla la juez Belén Ureña Carazo sale en La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos, que ruedan Antonio Blanco y Ricardo Llovo en Boqueixón, a 70 kms de San Xián de Torea, la parroquia de Muros a donde la magistrada no quiere enviar a la niña por su profundo miedo a los garrulos.

También sale en las Comedias bárbaras de don Ramón, en don Gonzalo Torrente Ballester y en doña Emilia Pardo-Bazán, porque Galicia, como todas las tierras del universo mundo, tiene una profundidad adosada a su existencia.

Son sitios donde los capitalinos se pierden los sábados para contarlo los lunes en la oficina. “¡Uy, estuvimos en un sitio casi casi sin cobertura. Fíjate!” No se dan cuenta, infelices ellos, que para tierras profundas, por inhóspitas o abandonadas de la mano de Dios, nada comparable a los suburbios de sus grandes ciudades.

Eso sí que es tela marinera. En Madrid, Sevilla o Barcelona, a pocos metros del glamour imbécil de las fashion week, de los colegios trilingües y del cosmopolitismo que doña Belén desea para la niña, coexiste la mugre, el analfabetismo y los quinquis sirleros más hábiles del Oeste; así que aléjela de allí y tráigala a Muros, donde va a encontrar aire limpio, gente amable y toda la cultura para no ser el día de mañana una cursi con bragas de puntilla.

Y luego hablan de la España despoblada. Con ignorantes de este calibre lo extraño es que exista España, poblada o sin poblar.

Hoy mismo vi a otra que tal baila, la buena de Susana Griso _ no sé si lo escribe con una, dos o tres eses _, desplazada a La Palma pa informar. Le hacía preguntas a una psicóloga y de repente da un saltito y dice: “¡Uy, un perro que nos viene a visitar!”

Sí, Susssana; en La Palma profunda hay perros sueltos que ven a un famoso de la tele y se acercan a visitarlo.

López Peña, presidente de los agentes de Negocios

Martes, 26 de Octubre, 2021

El sarriano funda dos periódicos y la asociación de Escritores Laureados

HUBO UN TIEMPO en el que la acción social y la política pasaban obligatoriamente por los banquetes y los homenajes. Manuel López Peña (Sarria, 1878), lo vive y practica con gran maestría y aunque en su caso los resultados prácticos son exiguos, nadie podrá negarle su enorme afán de ser útil y beneficiar a sus paisanos.

Hijo de labradores y labrador él sus primeros años, López Peña da un giro radical a su vida cuando se traslada a Lugo para ejercer como dependiente de comercio y realizar estudios mercantiles.

Los retos no le asustan. Más bien todo lo contrario y por eso la conquista de Madrid le parece al alcance de sus posibilidades. Funda dos periódicos de escasa repercusión, pero de suma utilidad a sus propósitos, El Defensor del Asegurado y El Acreedor del Estado, alguno de cuyos números está dedicado íntegramente a él.

Se instala en el Paseo de San Vicente, 12 y se anuncia como “Agente colegiado y procurador sin ejercicio. Gestión de asuntos generales, especialmente judiciales, de Guerra y mercantiles; clases pasivas, cobro de resguardos de Ultramar y obtención de certificados de última voluntad

a precios extraordinariamente módicos”.

Es bañista asiduo del Balneario lucense, combate contra los foros y es socio activo del Centro Gallego, del que integra la directiva con Eduardo Vincenti como presidente. Desde ella promueve la Sección de Lugo y amplía amistades.

En 1911 la Ilustración Gallega ya publica un retrato suyo al lado de otro del obispo de Burgos y anterior prelado de Lugo, Benito Murúa. No está mal.

Ese año es de gran actividad, pues promueve la Sociedad de Escritores Laureados Gallegos, de la que será presidente el director de la citada Ilustración Gallega, y vicepresidente, él. Por allí también andan Ramiro Vieira Duran, Ramón Méndez Gaite, Víctor de Silva Posada y José Meirás Otero. Eso de autoproclamarse Laureados y Escritores estaba muy bien, pero tenía corto recorrido.

Asimismo, de este año es la Sociedad Nacional de Agentes de Negocios. En este caso la preside él, con Elías Armesto Aldama como secretario. Dice que reúne a un centenar de ellos.

Al año siguiente, los Laureados convocan en Lugo el primer Congreso literario periodístico. En la directiva hay ya más presencia de Lugo, como el abogado Bautista Varela, el médico militar Jerónimo Sal Lence y el procurador fonsagradino Castor de Aira Barrera. Lo pasaron muy bien.

Otra iniciativa y otros banquetes se los lleva la Casa de Galicia en Madrid, “una organización de mutualidad, cooperación, patronato y cultura”, más ambiciosa que el Centro Gallego, con casa de salud, bolsa de trabajo, centro industrial, escuela de artes, oficios y comercio, residencia de estudiantes, caja de ahorros y ateneo. Demasiados objetivos, aunque por ellos luchen él, José Soto Reguera, Fernando Canoura, Pedro Cereijo, José Dacal, Venancio Vázquez, Ramiro Díaz, Antonio Pardeiro, Luciano Tato y el propio Francisco Franco, entre otros.

En 1917, propone en La Idea Moderna que sea erigida una estatua al alcalde Ángel López Pérez y que se le dé su nombre a la plaza de entrada al barrio de San Roque, que no cuaja hasta 40 años más tarde en el Parque. Al año siguiente, el homenaje es para él mismo y para la concesión de la Cruz de Alfonso XII “por su acendrado amor a los desheredados”. Lo promueven sus amigos Jesús Santeiro, Diego Pazos y Emilio Tapia.

Una de sus últimas iniciativas del año 1930 busca conseguir que los agentes de negocios deban colegiarse forzosamente.

Ocho apellidos vascos

Martes, 26 de Octubre, 2021

El director de la peli, Emilio Martínez-Lázaro, también tiene un apellido compuesto

En 1905 muere en La Habana Francisco Díaz Canel. Su amplia familia es originaria de Castropol, dando la cara a Ribadeo y Figueras. Allí permanecieron Ramón Díaz Canel, que entonces era propietario del más elegante comercio de sombreros castropolense, y muchos más; Gertrudis, Rosalía, Antonio…

Un descendiente del primero, Miguel, nacido ya en Cuba y trabajador de la cervecería Manacas, decide unir sus apellidos y llamarse desde entonces Miguel Díaz-Canel.

Como la vida da muchas vueltas, su hijo homónimo, poseedor del apellido compuesto Díaz-Canel, llega a ser el actual presidente de Cuba y primer secretario del Partido Comunista cubano, en sustitución de Raúl Castro.

Alberto Rodríguez, el exdiputado y exmiembro de Podemos, ha lanzado al viento una interesante reflexión que sin duda extrajo de las sesudas páginas del Pulgarcito. Dice el canario que él no habría sido condenado por patear a un policía si en su DNI, en lugar de leerse un escuálido Rodríguez, hubiese figurado un apellido compuesto.

No parece probable que ni el Pulgarcito ni él tuviesen entonces en la mente el caso del presidente cubano, porque en su cortedad neuronal jamás podrían sospechar que un dirigente tan izquierdista como Díaz-Canel, a quien rinden todas sus complacencias, tuviese un apellido compuesto, de esos que sirven para sortear condenas.

Muy al contrario, quiso la casualidad, o a la necesidad le plugo, que en este mismo mes de octubre que transcurre, en fecha inmediata posterior a la de San Froilán, el régimen que preside el compuesto Díaz-Canel, condenase al ciudadano de apellidos simples Roberto Pérez Fonseca, de 38 años, a la pena de 10 años de cárcel por el intolerable delito de romper una fotografía de Fidel Castro.

Ya ve Rodríguez la endeblez de su aserto.

Francisco Otero, un magnicidio antes de morir

Lunes, 25 de Octubre, 2021

Atenta contra Alfonso XII por sugerencias de anarquistas cuando se ve abocado al suicidio

EN 1880 LA prensa tiene un protagonista indiscutible en la persona de Francisco Otero González (Mondoñedo, 1860). El 30 de diciembre del año anterior atenta contra el rey Alfonso XII y su esposa María Cristina de Habsburgo, poco después de su boda y a punto está de cambiar la historia de España de un pistoletazo.

Otero es un imberbe de 19 años, mediana estatura, más grueso que delgado, de constitución vigorosa y aspecto poco simpático. Al ser detenido se sabe que es de Lugo, pero lo hacen nacido en Guntín, Brindín… eso dicen. No, vino al mundo el 14 de marzo en Santiago de Lindín, feligresía aneja a la parroquia de Argomoso. De allí es también su padre, José Otero Alonso, ya fallecido, mientras que su madre, Josefa González, todavía vecina de Lindín con otro hijo menor, es de Riotorto.

Él vive hasta hace poco con su hermana Luisa, de 17 años. Llega a Madrid bajo el paraguas de su pariente Francisco Seijas Arribas, portero del ministerio de Gracia y Justicia, que le da 4.000 reales para establecer una pastelería en el 2 de la calle de Milaneses, después de haber recorrido tahonas en Luna, Cobo, Aduana y León. El oficio se viene abajo el 3 de diciembre, cuando se lleva los duros que hay en la caja. Por supuesto, la ayuda de Seijas también desaparece.

Sin casa y sin recursos, Otero vaga por tabernas y prostíbulos como El Habanero y El café del Gato, donde se canta flamenco hasta que Villaverde lo prohíbe. Allí le oyen sus planes de suicidio Antonio García y el pastelero Antonio Pérez Cobos. Se burlan de él y le dicen que mejor sería matar al rey. Después de todo, es el causante de su situación, por serlo de la de todos.

No cae el consejo en baldío y en noviembre compra en Toledo un revólver, que luego cambia por una pistola en el Rastro. Practica con ella en la pradera del antiguo Canal, pero hiere a una mula y su dueño lo denuncia, por lo que es detenido y procesado. El 15 de diciembre debe presentarse al juez, pero no acude.

Poco después de las cinco de la tarde del 30, el char-à-banc guiado por el rey cruza la calle Mayor en dirección a la plaza de la Armería. Los Reyes regresan de su paseo a Palacio. Al verlos, Otero corre hacia la puerta del Príncipe, al lado del Campo del Moro, y se coloca entre el muro y la garita del centinela.

Cuando el coche está a su altura, alarga el brazo y dispara a quemarropa una bala de doce adarmes. Alfonso XII baja instintivamente la cabeza y se lleva la mano al cuello. La reina lo abraza. Teme lo peor, pero ha salido ileso. Un segundo disparo roza y quema el pelo del cochero que va al pescante. Lo ha hecho casi sin apuntar, más preocupado de la fuga.

Otero escapa por Bailén hacia San Quintín, pero le corta el paso un centinela. ¿Hay más implicados anarquistas? No los encuentran. Pocas veces ha leído la prensa, no pertenece a sociedad alguna y no tiene rencor personal hacia el rey.

El juicio se inicia el 7 de febrero de 1880. El quid reside en saber si debe considerarse al reo exento de responsabilidad. Él mismo declara que su intención no es “quitar la vida al rey, sino la de dar un gran escándalo para que le maten los centinelas”, pues él no tiene valor. El fiscal no le cree.

El tribunal rechaza su imbecilidad y le condena a muerte. El propio rey solicita su indulto, pero Cánovas del Castillo, al frente del Consejo, no accede. A las ocho y media de la mañana del 14 de abril es ejecutado a garrote en el Campo de Guardias.

En “La Desheredada” Pérez Galdós hace del protagonista Mariano un trasunto de Otero.