El miedo ambiente
Lunes, 30 de Abril, 2018
Usted sin miedo, señora
En uno de esos vídeochistes que nos cruzamos a diario sin saber si son despieces de telediarios o entretenimientos del niño de los vecinos, me llegó hace días la imagen de una señora entrada en años y de lazo amarillo que supuestamente contesta a una reportera diciendo “Yo soy independentista… total”. Así, con paradinha.
Luego la periodista le pregunta con esa campechanía con la que hoy se despacha al personal: “¿De dónde eres?” Y la mujer responde al instante y con gran orgullo: “De Albacete”.
El resultado es graciocísimo, pero no me atrevería a decir si es ensayado, espontáneo o de cámara. Da igual, porque lo cierto es que habrá señoras de Albacete que se declaren independentistas total. Y pueden serlo, por supuesto. Aquí, menos algo que suene a serio, te puedes declarar cualquier cosa.
Por ejemplo, a esta misma señora, si se le ocurre decir que es ama de casa, la crujen. ¡Cosa más antigua, carca y reaccionaria! Pero independentista, mola. Qué señora más enrollada. Enrollada ¿para qué? ¡Ah! Eso ni se sabe, ni se le espera.
Es una lástima que a continuación no le preguntasen si tenía familia en Albacete y qué opinaban ellos de sus ideas políticas, porque seguramente descubriríamos que la señora se declara favorable a la independencia, como podría declararse adventista del Séptimo Día, en el caso de vivir machacada por una propaganda en esa dirección.
Disponiendo de medios para ello es muy fácil crear el miedo a la discrepancia. Las personas sin recursos intelectuales de los que echar mano se sienten arropados en la masa y así se explica cómo los dictadores más abominables que en el mundo han sido supieron rodearse de un coro de miedosos que gritaron sus nombres para que nadie sospechase de su disidencia, aunque fuesen de Albacete.