El cuerno de la abundancia
Viernes, 30 de Septiembre, 2022
El reverso de la faena
Leo que a Tamara Falcó le sientan de fábula los cuernos y me alegro un montón. Creo que le llueven los seguidores y por lo tanto, que incrementa las cuentas de muchas grandes marcas rendidas a su paso cuando airosa caminaba la flor de la canela, derramando lisura y todas esas cosas tan bonitas que dice Chabuca Granda.
Esta es una de las ventajas de los nuevos tiempos. Te vas a casar, te la pegan con otra, tienes hasta las fotos de la pegada, rompes el compromiso, sales a dar la cara, triplicas tus seguidores y haces caja como si en vez de ponerte los cuernos te hubiesen puesto una compañía eléctrica.
Hubo un tiempo en el que abundaban quienes decían que Tamara era boba. Nunca me encontré entre ellos y mucho menos tras lo ocurrido en estas últimas fechas. Tamara está, como poco, al mismo nivel de su madre, si no la ha superado ya.
En algunas noticias definen lo que hace como “monetizar una infidelidad viral”, y dado el éxito conseguido, da la impresión de que le han sido infieles todos los varones europeos de entre 20 y 30 años, de donde adquiere una experiencia bárbara para monetizar las astas recibidas con la misma destreza que la esgrimida por Palomo Linares para monetizar los astados que cada tarde le correspondían en suerte.
Compruebo también que monetizar es verbo equivalente a “dar curso legal como moneda”, aunque dudo que a Tamara la hayan elevado a la categoría de Banco Central Europeo, que todo puede ser a poco que siga el incremento de seguidores. En este caso no debe decirse followers para evitar la confusión con Íñigo Onieva, que ese sí que es el follower.
Otra ventaja para Tamara es que su pelotazo comercial le permite prescindir del plan de ayudas de Irene Montero contra los malos tratos, porque ella sola está logrando los mejores tratos posibles.