La Navidad según ETA
Sábado, 30 de Diciembre, 2006Posiblemente la mayor concentración de españoles se registra estos días en las terminales de Barajas, el aeropuerto de la capital. Basta ese dato para saber dónde atentar si lo que se pretende es incrementar de golpe el número de asociados a la ATV. Por lo que respecta al arriba firmante, las posibilidades de que así fuese contaban con tres opciones, pues allí se encontraban en aquella hora un hijo, un amigo y un colega.
Comprenderán que en una situación así toda la preocupación se canalice hacia la seguridad de las personas, de forma muy especial sobre ésa que a estas horas del mediodía se da como desaparecida.
¿Y de política, qué? De política, nada. Esto no es política por mucho que el Gobierno trate todavía de confundir los términos y de confundirnos a todos en una estrategia indefendible, antes y después de lo ocurrido.
En medio de esa confusión intencionadamente malévola conviene recalcar lo que a todas luces parece obvio. ETA ha puesto en peligro la vida de miles de personas, ha llevado la inquietud a miles de hogares y ha sembrado por doquier los únicos sentimientos que atesora, el odio, el rencor y la tiranía del terror. Si eso merece una negociación política es señal de que alguien ha estado bebiendo más de la cuenta.
Los “trágicos accidentes mortales” a los que ZP se refirió el día anterior, su optimismo descontrolado, su mejor que hace no sé cuántos años y su futuro de capullos reventones y pajaritos, se ha dado de bruces contra la triste realidad. Posiblemente él no la vea porque hace tiempo que ha roto el espejo de la madrastra, el que le dice una y otra vez que debe rectificar.
Un último apunte para un señor llamado Durán i Lleida que está diciendo por la radio que hoy es un día en el que hemos fracasado todos. No, señor Durán, hoy es un día en el que hemos sufrido todos, pero quien ha fracasado tiene nombre y apellidos, porque muchos estábamos subidos a ese barco a la fuerza, pero con nula esperanza de que fuese la ruta adecuada.