La escolta
Jueves, 31 de Julio, 2008
La vuelta a la actividad nos depara el encontronazo con un titular sorprendente: De Juana Chaos dispondrá de escolta desde que mañana, sábado, alcance el licenciamiento definitivo de condena. Ya en los detalles nos enteramos de que será una cobertura “discreta, pero visible”, así como de otros extremos de la medida.
A saber en qué base jurídica se sustenta esta genial encomienda que le ha caído a la Ertzantza, y sobre todo, de qué enemigos y de qué peligros se protege al probo ciudadano De Juana, pues si creen tan altas instancias que allegados a sus víctimas pueden caer en la tentación de tomarse la justicia por su mano, no será difícil calcular el número de escoltas necesarios para dar discreta cobertura a todo cuanto asesino recobre la libertad.
Las relaciones de este hombre y la Justicia se narran sumando disparates y el colofón necesitaba estar a la altura de los antecedentes. Se ha conseguido. Es muy probable que los guardias encargados de protegerle desde mañana acaben cometiendo algún delito de colaboración con banda armada y entonces esta especie de estado de derecho será como un calcetín vuelto del revés, y nos harán reportajes en todas las televisiones para esos programas que siempre van en busca de las cosas más raras y peregrinas.
Ya lo saben, desde mañana, De Juana Chaos será un ciudadano más. Ha cumplido su deuda con la justicia, aunque las lágrimas de sus víctimas sigan siendo su alimento espiritual. Un vecino, posiblemente de San Sebastián, al que proteger con dinero público, como el Museo del Prado o la Fábrica de la Moneda. Pocas veces habrán sentido las víctimas el frío aliento de la desprotección, pues en este nuevo episodio se añade el insulto de ser considerados elementos peligrosos para la integridad física de su verdugo.