La máquina infernal
Lunes, 30 de Abril, 2012
La palmera no es gran cosa, pero el agua promete
Como aquí pasamos del moro al cristiano en un abrir y cerrar de Boabdiles, esta semana toca manifiestación y zurra al gobierno. Es el mismo al que nos acabamos de encomendar mayoritariamente hace un trimestre y pico para que ponga remedio al desastre ciclogenético explosivo donde nos habían metido los anteriores, pero da lo mismo. Los convocantes de la cacerolada ya le culpan de todo el paro habido y por haber, mediante “esa maquinaria infernal de destruir empleo que es la reforma laboral”.
Hay que ver lo que aguanta un papel en blanco. Le puedes escribir una loa a la castidad de Berlusconi, que el papel la sostiene como si nada.
Para un buen primero de mayo en las actuales circunstancias nada mejor que un gobierno de derechas, aunque sea recién llegado. No permitas que la realidad te estropee un buen titular, como recomienda el manual del periodista fulero. Si a ti lo que te encaja en un buen eslogan propagandístico para encabezar la manifestación es que a este gobierno le gusta aumentar el número de parados, vas y lo pones con un par. Con un par de amigos que sostengan la pancarta en cada extremo, a ser posible con la mirada muy digna y cara de tener la solución al problema: Caña, caña, caña.
Que la cosa está como está carece de discusión. Señalar a los culpables entra en el terreno de lo bizantino. Ponerse de patas arriba se acerca al mundo de la infancia. Gastar un duro en eslóganes falsarios no garantiza el éxito electoral si acaban de cerrarse las urnas. Pero si todo está incluido en el derecho al pataleo; entonces, sí. El pataleo que no nos lo quiten, que siempre se nos ha dado muy bien. No hay más que ir a un tablao flamenco para comprobarlo.
Menos mal que alguna central sindical aconseja hacer una escapadita con ellos en este puente. Mientras se pueda es lo más rentable.