Archivo de Febrero, 2012

La intimidad del catalán

Domingo, 19 de Febrero, 2012

A Recaredo nunca le pilló una cámara encendida

A Recaredo, a Wamba y a don Rodrigo nos los imaginamos formales, graves y circunspectos porque en su época no había cámaras que les grabasen sus confidencias. De lo contrario cambiaría nuestra percepción de la historia.

Piensen por un momento en Recaredo dirigiéndose a su Javier Arenas de turno: “Este domingo tengo el coñazo del III Concilio de Toledo. En fin, un plan apasionante”. O escuchemos a Isabel y Fernando segundos antes de recibir de Boabdil las llaves de Granada: “Pon cara seria, que luego dicen que lo pasamos pipa unificando España”.

Lo curioso es que todo cuanto se dice pensando que no va a ser recogido es mucho más revelador que las palabras a cámara. Lo lógico sería pensar que Recaredo está encantado por asistir al concilio toledano y que Fernando pone cara seria, no porque se lo ordene su mujer, sino porque asiste a un acto solemne después de que hayan muerto muchas personas y no ha lugar a la risa.

Pasa lo que pasa porque además de existir cámaras encendidas por todas partes, hemos sacralizado la comunicación pública y frivolizado la comunicación privada. A Chávez, el venezolano, jamás le podrán pillar en un comentario desafortunado fuera de sus tediosos discursos, porque los comentarios desafortunados ya los dice en la propia intervención. Algo de eso les pasa a los argentinos, que hablan ante los micrófonos como si estuviesen comentando el tiempo con el vecino: “Pues sí, boludos; os vamos a subir los impuestos”. De tal manera que es imposible pillarles un doble lenguaje, porque su lenguaje es el que es.

Por el contrario aquí podría suceder que Mas hable castellano en la intimidad y que un día lo pillemos diciendo a su mujer: “Cariño, pásame El dardo en la palabra de Lázaro Carreter, si ya lo acabaste de leer”.

Dicho lo cual

Sábado, 18 de Febrero, 2012

La teoría de la relatividad y la relatividad de la teoría

No existe ninguna estadística al respecto, pero quizás a ustedes también les ha llamado la atención la abundancia de una muletilla, o argucia dialéctica, cada vez más utilizada por quienes se ponen delante de un micrófono.

Consiste en iniciar su intervención con elogios, piropos o reconocimientos hacia una idea, sensación o cosa, hasta llegar a un determinado momento en el que se pronuncia la fórmula mágica contenida en estas tres palabras: “dicho lo cual…” A partir de entonces toda la argumentación se vuelve en dirección contraria a la que se venía manteniendo desde el principio. Con un ejemplo lo vemos a la perfección:

_A mí me tendréis siempre en contra de la pena de muerte. Dicho lo cual, acordaréis conmigo que lo mejor que se puede hacer con los asesinos es apiolarlos.

Es una fórmula que se extiende y se repite con crecimiento viral, como si una vez descubierta por algún jurista, les abriese las puertas de la demagogia a todos los demás.

Cuando en una argumentación escuchas esas tres palabras ya puedes echarte las manos a la cabeza porque a continuación va a venir un órdago a la grande.

_Buenos días. Dicho lo cual, que os den morcilla.

Si no tienen cosa menor que hacer, fíjense a partir de ahora cuán frecuente es su uso y cómo consigue anular las razones del adversario dialéctico, por cuanto las reconoce y pondera, aunque solo sea para arrojarlas contra el suelo desde lo más alto.

_Yo soy el primero en reconocer que se trata de un eximio poeta. Dicho lo cual, creo estar autorizado para opinar que ha convertido este libro en una colección de ripios.

Muletillas así deterioran el lenguaje. Dicho lo cual, que cada uno se exprese como pueda.

1, X y 2

Viernes, 17 de Febrero, 2012

Oiremos a las Sorayas muchas veces

Después de escuchar por primera vez a las dos Sorayas en el Congreso, la vicepresidenta y la portavoz socialista, no se podía esperar otra valoración de los medios que la que se encuentra colgada en todos los resúmenes de prensa: para unos ganó la portavoz, para otros machacó la popular, e incluso encontramos unos terceros que hablan de tablas, de empate técnico.

Así viene ocurriendo desde tiempos inmemoriales. Pase lo que pase, cada cual va a dar su bendición al bando por el que apuesta de antemano, sin esperar a los engorrosos detalles de lo sucedido, salvo para ocultar los defectos en caso de necesidad.

El lector fiel recordará que en alguna ocasión comentamos cómo se enteraron los lucenses de lo sucedido en la que hoy llamamos Praza Maior, cuando una noche fue atravesada a altas horas por un concejal metido en grados, que sintió el irrefrenable deseo de vaciar su vejiga urinaria sin aguardar a su domicilio, con la mala fortuna de ser observado en el transcurso de tales menesteres.

El hecho ha cumplido casi un siglo, pero el resultado sigue siendo el mismo. Para el periódico de la oposición, el concejal no solo caminaba cocido, arrasando con su micción la belleza floral de los parterres, sino que también fue piedra de escándalo entre la ciudadanía, aunque a aquella hora, salvo el otro noctámbulo que actuó de testigo, nadie lo vio.

Una segunda cabecera, también desafecta al edil, aunque en menor intensidad, criticó el hecho sin dar detalles. Finalmente, el periódico que apoyaba a ese Gobierno municipal no solo omitió la borrachera, sino que elogió el celo del regidor, pues incluso, cuando el resto de la población duerme, él se preocupa del cuidado y riego de las plantas, para que al amanecer reluzcan en todo su esplendor. Aún se escuchan las carcajadas originadas por tan diferentes raseros.

¿A quién le gusta Tàpies?

Jueves, 16 de Febrero, 2012

Boadella es más de Goya por la rima

Una de las mayores afrentas que el humano puede cometer contra su tiempo es mantener que el arte moderno, la música demasiado estridente, la dodecafónica, los tatuajes o los vampiros, no le gustan. Solo hay cuatro actividades comparables a tamaño insulto, cuales son confesar que oye a Brahms en la intimidad, que colecciona películas de los cuarenta, que se corta el pelo todas las semanas y que si viese un vampiro por la calle, procuraría clavarle una estaca en el corazón.

Si además de todo eso, cita con nombre y apellidos al artista que no le parece tal; si ese artista acaba de morir, y si el susodicho en cuestión es catalán, la desafección artística alcanza niveles de herejía y sobre el culpable solo cabe firmar edicto de ostracismo.

Todos esos agravantes confluyen en la opinión hecha pública por Albert Boadella cuando se pregunta: “¿Existe algún ser humano, sensible, culto, sensato, inteligente, sin defectuosidad visual, o simplemente con sentido común, al cual le guste Tàpies?”

Al lado de la catarata de elogios recibidos tras el óbito del mencionado, lo de Boadella no hace sino restablecer cierto equilibrio entre el valor y el juicio. Todo Quevedo tiene su Góngora para amargarle la creatividad, y viceversa. Que a Tàpies le haya salido un Boadella tampoco sería asunto de preocupación si viviera, teniendo como tiene a Cataluña entera rendida ante si.

Por otra parte, Boadella está acostumbrado a ser carne de herejía. Si con la derecha, izquierda; si con la izquierda, derecha. Tan es así que en una sociedad más aborregada hoy que cuando cabalgaba el invicto por la Castellana, los Boadellas son asaz necesarios, tanto como que cambien de colores los semáforos.

Y no porque todos los Tàpies lo merezcan, sino porque tanta unanimidad es sospechosa de connivencia.

Al rojo vivo

Miércoles, 15 de Febrero, 2012

Arabia permite san Valentín, pero prohibe el rojo

En Arabia Saudí han podido celebrar ayer el día de San Valentín, lo cual ya es de por si una noticia espectacular en la cual no habríamos podido fijarnos si no fuese por un detalle censor que sorprendió a los corresponsales europeos.

Resulta difícil conciliar uno de los países de más rígida observancia coránica con san Valentín y con el Día de los Enamorados, tanto por su marcado carácter católico, como por el occidentalismo liberal y mercantilista que la fiesta conlleva, pero lo cierto es que ese Valentín que oficiaba matrimonios clandestinos cuando Roma los prohibe ha conquistado muchos países sin tradición católica, ni apostólica, ni romana; quizás porque al amor y al intercambio de regalos no hay centro comercial que se les resista.

Por lo que se informa de aquellas tierras, Arabia tampoco ha podido, y así como el Halloween penetra en terrenos vedados hasta hace poco a su influjo, así Valentín se presenta ante los jóvenes árabes como una fecha propicia para intercambiarse corazones, bombones y lametones. Los idus de febrero anuncian las cálidas jornadas que se avecinan.

Con todo y eso, las autoridades árabes no han permitido un atributo de la celebración valentiniana, cual es el color rojo de los corazones y de la pasión. La policía moral, o sea, la que vigila la Educación para la Ciudadanía, ha centrado sus patrullas en los tarjetones rojos, en los pintalabios, o en los pendientes que pudiesen lucir en bermellones, y los ha retirado de las tiendas. Ni que decir tiene la suerte corrida por la ropa íntima de seducción y orgía basada en corintos y grana. A chirona. Pastoureau, el gran especialista de los estudios cromáticos, dice que el color rojo es en si mismo un pleonasmo, porque el color por antonomasia es éste. ¿Cuánto aguantará Arabia la marea roja que Occidente le envía

Una cámara telescópica

Martes, 14 de Febrero, 2012

Vivir de la cámara

Con la cámara oculta ocurre lo que con la primera sentencia de Garzón, que no todo se justifica por el hecho de obtener pruebas de un delito. Vamos, que el fin sigue sin justificar los medios porque podríamos estar amparando con disfraces de legalidad la comisión de nuevos desmanes.

Ahora bien, el periodista va a seguir valiéndose de las herramientas a su alcance para obtener información, y cuanto mayor interés tenga y más veraz sea lo que consiga, más posibilidades tendrá de defenderse por haber puesto a funcionar una grabadora sin alertar sobre su condición de informador.

De ahí a que se legalicen las cámaras ocultas median varios kilómetros. Como deberían mediar si alguien pretende legalizar las filtraciones judiciales en las distintas fases de instrucción de los sumarios, o permitir el allanamiento de morada para la obtención de datos, o facultar al periodista para portar armas, o legalizar que apriete el cuello de sus entrevistados para que suelten por esa boquita la frase que él desea poner en un titular.

Los periodistas sabemos que no se nos van a permitir todas esas licencias porque lo nuestro, aunque muchos compañeros mueren cada año por hacerlo, no es una lucha cuerpo a cuerpo contra el crimen organizado. O al menos, todavía no.

Mercedes Milá, la profesional española más ligada al uso de las cámaras ocultas, no disimula su enfado por la sentencia del Constitucional. Le van los garbanzos en ello y hace bien si sus abogados encuentran peldaños sobre los que asentarse. Ella presume de cobrar piezas que sin la cámara no hubiese sido posible abatir. Eso ya lo sabíamos. La cámara es un fusil de mira telescópica que puede abatir el mayor elefante de Botswana con solo enfocarlo. Que se lo pregunten al director de El Mundo, que ha estado, como pocas personas, detrás y delante de esa cámara, a favor y en contra de su uso.

Virus bífidus

Lunes, 13 de Febrero, 2012

El busto incautado

El robo del busto sirve como símbolo de la crisis. Van a fundir a La Pasionaria para vender el bronce, pero como todavía no se ha determinado ni la autoría, ni el móvil, vivimos horas en las que caben otras interpretaciones.

La más recurrente entre los admiradores de Dolores Ibarruri es achacarlo a una acción política de la derecha, una venganza por la desaparición de las estatuas de Franco, un castigo por los fusilamientos de Paracuellos del Jarama, que no está lejos de Rivas-Vaciamadrid, o una manifestación de odio hacia ellos y sus símbolos.

De hecho, el robo está dando pie a burlas y chascarrillos que huelen a cuerno quemado entre las filas comunistas. Tanto es así que califican esos chistes como un ataque a la memoria histórica.

Lo cierto es que por hambre o por sed, aquí seguimos enredados con la misma madeja desde el Jurásico, como si en el ADN del español se hubiesen inoculado virus bífidus activos, pero no de los que ayudan al tránsito intestinal, como presume un producto que los incorpora, sino otros más peligrosos que alimentan el odio hacia el vecino porque es de derechas, por hablar vasco, por ser del Barça, por ser creyente o por ser isabelino. Y la verdad, resulta cansino y produce combustiones espontáneas de hartazgo en forma de descalificación global:

_Váyanse todos ustedes, los unos y los otros, a cultivar espárragos trigueros y cuando se les olvide la memoria histórica, hablamos.

Se atribuye a Baroja la división de españoles, no en dos, sino en siete categorías: los que saben, los que no quieren saber, los que odian el saber, los que sufren por no saber, los que aparentan que saben, los que triunfan sin saber, y los que viven gracias a que los demás no saben. Así se explica que las relaciones entre algunos de ellos sean irreconciliables.

Juicios a la francesa

Domingo, 12 de Febrero, 2012

Liberté, Igualité y Envidié

La distancia que existe entre 0,00000000005 gr./ml (en adelante, 0,5 picogramos) y la demolición moral, humana y profesional de todos los deportistas españoles es similar a la que separa de la realidad la repetida afirmación de que los norteamericanos no saben dónde está España en el mapa.

Extrapolamos juicios de ese tipo a millones y a diario. Por ejemplo, esta última frase es buena prueba de ello, porque ni son millones, ni las hacemos a diario.

El caso de los 0,5 picogramos es tan exagerado y tan injusto que deberíamos estar riéndonos con ellos. Ja, ja; qué gracia tiene. Nadal con la jeringuilla. Ustedes habrán oído más de una vez la cantinela de que las francesas son unas cerdas. Sí, así, con todas las letras. Mucho glamour, mucho Dior y mucho Saint Laurent, pero según el decir popular, se lavan poco y se pintan sobre superficies sin barrer.

No es creíble que quienes así se pronuncian tengan datos a mano para elevar esta afirmación más allá de un chascarrillo de bar, pero no solo se dice, sino que el siguiente contertulio apoya la jugada con el testimonio irrefutable de que un amigo suyo salió con una francesa que cojeaba de la pata de la higiene, lo cual deja visto para sentencia el primer aserto. Y todo porque algunas galas son reacias a que desaparezca de sus axilas el pelo con el que la naturaleza las dota.

Pues con los deportistas, igual. Los guiñoles se han agarrado a los 0,5 picogramos y han enarbolado una difamación nacional con la que se estarán riendo mucho, como hacemos aquí cuando viene un senador USA y nos llama República de España.

_¡Qué burros son los senadores USA! ¡Si todo el mundo sabe que esto es un reino de taifas!

De modo que mantengamos la calma y reservemos los consejos de ministros para las reformas laborales.

Absurdos desvaríos

Sábado, 11 de Febrero, 2012

Hubo una vez un juez…

Se oye y se lee cada cosa sobre la sentencia de Garzón que te queda la sangre helada, tal como debe ocurrir a quienes tengan la desgracia de enfrentarse a la ola de frío en la intemperie.

A los Serrat, Sabina, Llamazares, Villarejos y demás familia que hoy vociferan contra una sentencia que defiende sus derechos ciudadanos, deberían explicarles muy despacio y con marcado espíritu didáctico, para que lo entiendan, cuán mal podrían pasarlo cada uno de ellos si caen en manos de un juez que vulnera “con métodos totalitarios” su derecho a ser defendidos en todo momento.

Causa vergüenza ajena encontrarse personajes con tanta ascendencia social y tanta ignorancia a cuestas. Personajes con responsabilidad institucional que juegan constantemente a la quiebra del sistema porque en definitiva jamás creyeron en el respeto a las reglas del juego, ni les mueve consolidarlas, sino todo lo contrario.

Sorprende también que en esa estrategia se vean envueltos partidos, medios de comunicación, sindicatos, asociaciones o colegios profesionales del ramo que refrendan así su apoyo a las injusticias sin otro fundamento que el de creerse perseguidos, cuando no el de justificar comportamientos propios de las dictaduras con el fin de machacar a un rival político.

La de ayer fue una jornada de derechos. El de los acusados a ser defendidos; el de los abogados, a defender. El de los jueces, a dictar sentencias, y el de los despistados, al pataleo. Pero aun así ayer no fue un día para descorchar botellas de champán. Ningún país de fuste democrático puede celebrar que uno de sus jueces confunda su oficio con el de un raterillo y se olvide la ley en casa. Ni siquiera podemos alegrarnos de que lo hayan trincado, porque ya Concepción Arenal nos enseñó a odiar el delito, pero a compadecer al delincuente.

Amasia, patria querida

Viernes, 10 de Febrero, 2012

Ya pueden ir deshaciéndose de los planisferios, que quedarán caducos

Acabamos de conocer una de la mejores noticias de los últimos tiempos. Afirman los científicos, esos señores tan creíbles digan lo que digan, que dentro de cien millones de años América y Asia formarán un solo continente al que llaman Amasia. No le bautizaron Asiame porque los científicos están en Texas y lo primero que ven es América.

La noticia es macanuda porque anula de un plumazo los temores sobre el fin del mundo y abre ante nosotros una perspectiva de futuro que no está nada mal. No es que lleguemos a ver el encontronazo continental hechos unos lechuguinos, pero millón arriba, millón abajo, nos conformaríamos con ver cómo se acercan las placas, cómo se pasa la vida, tan callando.

La ex-vicepresidenta Fernández de la Vega se prepara para ser longeva con un revoque que la ha dejado pimpante. Hace muy bien, porque con tanto tiempo para disfrutar no hay que arrugarse a la primera. Fíjense en las vueltas que dió el mundo estos años. ¡A saber qué nos deparan los millones que faltan hasta que los continentes se den ese fraternal abrazo de placas! Nosotros deberíamos hacer lo mismo con África aunque sea a costa del Mediterráneo y de la canción de Serrat. Después de todo, si América sube al encuentro de Asia, dejará más espacio para el Atlántico… no sé, va a ser un follón, pero merecerá la pena escuchar los cánticos independentistas de los abertzales de Alaska, negándose a ser integrados en el estadazo resultante.

Cuando creíamos que todo consistía en disgregarse, estas placas tectónicas nos han salido respondonas, integradoras y de derechas. ¡América y Asia juntas! ¡Menudo fiestón se puede organizar! Lo peor es que no valdrán los mapa-mundis, ni Coñecemento do Medio, ni Educación para la Ciudadanía; pero durar cien millones de años más no se ve todos los días.