Éste es un libre

Durante los años de la guerra fría y posteriores, los norteamericanos se hartaron de colar en sus películas un personaje que en determinado momento del guión, viniese o no a cuento, soltaba la frase “éste es un país libre”, o cualquiera de sus homónimas y derivadas. Se trataba de un guiño crítico a todos los demás, especialmente a los del Telón de Acero, por si alguno de sus habitantes tenía la oportunidad de verlas en un viaje al extranjero.
Aquí también escuchábamos la frase y claro, impactaba mucho. Caramba, ellos son un país libre y nosotros, no.
Han pasado unos cuantos años, a ellos se les ha terminado la cantinela y ahora somos nosotros los que podemos repetir algo parecido, algo así como “éste es un libre”, sin que por fuerza nos refiramos a un taxi.
País es una palabra que no podemos pronunciar, porque todavía no sabemos muy bien lo que somos, ¡pero libre…! ¡Hasta las trancas! Lo vemos a diario con pruebas fehacientes. Si a usted le da por el fútbol, se puede hacer una selección, pillar un avión e irse a jugar un partido internacional con Venezuela, que allí están de rebajas. Y si le suena a poco, una vez en Caracas, despliegue una pancarta llamándose nación, o nación de naciones, o lo que le salga del pito, sin necesidad de ser el árbitro.
Acto seguido se planta en la sede del único Gobierno con jurisdicción en todo el territorio y aféele que no respeta los Derechos Humanos mientras su interlocutor le mira con cara de estar pensando en el último sudoku que dejó a medias.
Como en ese momento ya habrá comprobado que no pasa nada, dígale también que la Constitución no le afecta, porque es así de chulo, y que a usted sólo le van los derechos históricos de los vascos, que nadie sabe lo que son y que en todo caso ¿a cuenta de qué tienen que ser más preciosos que los derechos históricos de los ilicitanos?
Pero usted erre que erre, que para algo “éste es un libre”.

Un comentario a “Éste es un libre”

  1. bmnxvzcu

    Keep Zoloft out of the reach of children and away from pets. ,

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