Las sacas
Nos han dejado mirando para las sacas. De América ha llegado un barco cargado de… sacas. Teniendo en cuenta que las urnas ni mienten, ni se equivocan, como acostumbran a hacer las encuestas, el mensaje del domingo hay que leerlo con serenidad cuando se conozcan las dichosas sacas del CERA.
De momento todo sigue siendo posible, desde la quinta absoluta, al pacto del cambio, y por lo tanto colijamos que los gallegos dicen no hacer ascos a ninguna de las dos opciones. Que al final sea una u otra va a depender de un puñado de votos que desharán el empate técnico, pero que reafirmarán el empate teórico.
Otra cosa sería que la ley protegiese a la lista más votada, en cuyo caso el primer partido sigue conservando una sustancial ventaja, pese a perder cuatro escaños y ganar ocho sus rivales. Como eso no es así, está claro que los gallegos quieren contar con todos para su gobernación poniéndoselo difícil y no permitiendo mayorías desmesuradas.
Cuando se hablaba de la incertidumbre de la campaña nos estábamos refiriendo a esto. No es que la campaña estuviese en una nebulosa porque sí, y ahora se produzca un resultado claro y contundente, como auguraban las israelitas. Eso sería antinatural.
Cuando se abran las sacas hay que leerlas con tranquilidad y que cada cual se aplique la medicación adecuada. Mientras tanto, lo que no se puede hacer bajo ningún concepto es insultar a los emigrantes y decir que sus papeletas van a modificar la voluntad de Galicia. Les va a entusiasmar cuando se enteren de lo que opina sobre ellos la diputada del BNG por Pontevedra Carme Dasilva, que les niega su galleguidad si se atreven a votar PP. Es de esperar que Miguel Cortizo, el hombre del PSOE encargado de trabajar en América para Touriño, salte ante su posible coaligada y les devuelva la honra. Ah!, y que todos vigilen las sacas, que hoy los pucherazos son delito.
Nos vemos en julio.