En el alero
Se temían los 37 porque la pelota se queda en el alero durante una semana y eso no gusta a nadie. Pero si los aires no ventean de forma inusitada y la quinta provincia mantiene su tendencia histórica, Fraga podrá disfrutar de una nueva mayoría absoluta, también la quinta, como Induráin; Rajoy podrá encarar el veraneo con tranquilidad, como el Celta, y ambos podrán disponer de más tiempo para arreglar la casa y preparar la sucesión, como el Rey.
Y si esto es así, la única celebración concedida por esta jornada dominical tan exquisita y rácana a la hora de señalar vencedores, sólo puede estar entre las filas de los populares, que vivirán con indisimulable alegría los días que les separan del recuento definitivo.
El subidón del PSdeG-PSOE _ 180.000 votos más que en 2001 _, da para albergar optimismo, pero parece retrasar cualquier euforia hasta el 2009, por lo menos. El BNG _40.000 votos menos _, confirma la baja que se le pronosticaba tras el trueque de Beiras por Quintana. Y qué le vamos a decir del león villalbés. Fraga es mucho Fraga para un Fraga solo. Gana a las encuestas, gana a los aspirantes y se gana a si mismo, dicho todo ello siguiendo con fidelidad el discurso utilizado por sus oponentes, que cifraban en su edad y en sus condiciones los principales inconvenientes para que revalidase su quinta mayoría.
Pues no, no hay jubilación, ni paso de página, pese a perder 45.000 votos. Fraga seguirá mirando el ejemplo de Churchill y Adenauer, a la espera de cumplir cuatro años más en el poder. Eso sí, han de ser cuatro años en los que el PP debe mover fichas por obligación y mojarse cuanto antes en un candidato de consenso.
En cualquier caso, de la misma forma que las encuestas nunca fueron buenas y los resultados fetén sólo vinieron con el escrutinio, nos toca aguardar a que pase el solsticio de verano mientras se mantiene una mayoría absoluta provisional que parece tener los días contados, pese a que ayer Touriño no quiso adelantar esa lectura.