Tic tac
El poder legislativo de China se ve como un trampantojo formado por tres mil diputados, repartidos con amplio espacio entre ellos, en otros tantos escaños del auditorio del Gran Salón del Pueblo. Es decir, una barbaridad. Tanta que sólo se reúnen al completo una vez al año y les llega.
Como ha tenido que viajar a China en estas últimas fechas, a Pedro Sánchez se le escapó el otro día que él gobernaría con apoyo del Parlamento o sin él, una chulería que tuvo que matizar al día siguiente porque, a poco que se examine, resulta de una gravedad subida de tono, aquí y en China.
Algunos políticos, entre otros, Bendodo y gente de Podemos, han calificado el desliz como el afloramiento en el presidente de tics autócratas, una opinión en sumo grado benévola, porque si a ese tic le da por sumar al día siguiente el toc de cargarse el poder judicial, nos vamos directamente al Archipiélago Gulag.
Sería recomendable que alguno de los asesores presidenciales repasasen línea por línea sus intervenciones públicas. Éste es un país muy sufrido donde la división de poderes no estuvo garantizada durante años y cada vez que se escuchan bromas de esta categoría, a varios millares de ciudadanos se nos contrae el esófago hasta impedir la deglución.
Es muy fácil, basta mantener la atención sobre los principios básicos de la democracia. El poder legislativo es uno de ellos. Lo tienes claro y adelante. Lo malo es cuando te pasas todo el día confundiéndote entre Maduro, Meloni y Milei. Entonces se te pone la lengua de trapo y sueltas la primera barrabasada que se te ocurre.
Menos mal que en casa siempre tenemos sales para casos de apuros, y me fui directamente a pegarme un lingotazo tranquilizador. A ver lo que dura.