Un curita cañón
Primera noticia. En los seminarios se pregunta sobre las tendencias sexuales de los aspirantes a sacerdotes. No sé si se trata de una misión del portero o del refitolero, pero se pregunta.
De otra forma no se explica que el Papa Francisco recomiende rechazar a los homosexuales, “porque ya hay mucho mariconeo”.
Primero, no entiendo cómo se puede realizar la selección para cerrar el paso de aquellos que se tengan por homosexuales sin preguntárselo, y segundo, si todos están abocados al celibato, ¿qué más da si su inclinación carnal es hacia las mujeres o hacia los hombres, teniendo en cuenta que en ningún caso podrían ponerla en práctica?
Otra cosa sería que se levante el celibato y que al Papa sólo le interese tener en su grey parejas mixtas, pero como tal cosa todavía está en el aire, la distinción de Francisco nos ha dejado perplejos, máxime al enterarnos además de que abunda el mariconeo en las casas de estudio. Palabra de Papa.
Si a Pío XII, o a Juan XXIII, les escuchamos el comentario susodicho, nos habría dado un jamacuco parietal de índole sofoquina que dejaría nuestro cuerpo de cúbito prono durante varias horas, pero a la vista está que vivimos la infancia en los años previos al Vaticano II y no estábamos preparados para oír la infalibilidad papal aplicada a los gustos sexuales.
Y no se crean que los curas de aquellos años eran unos remilgados. El chiste de las pruebas del vino, la chica y el oso para ser alcalde se lo oí por primera vez a un párroco siendo yo tierna criatura, cuando creía que los sacerdotes venían esterilizados de fábrica. ¡Pero de ahí a que el Papa hable de la abundancia de mariconeo en sus seminarios, media un concilio o dos!
Si la tendencia persiste, ya veo el siguiente paso, separando los conciliares en seminaristas, seminaristos y seminaristes.
29 de Mayo , 2024 - 20:17 pm
Vivlmos El Destape con Landa y ahora tocaba, con perdon, El Destape 2 .