Jaque al rey

Dos reyes muy distintos frente a frente

En la crisis del Carajal _ fusión libérrima de carajo y de la playa ceutí del Tarajal _, se ha hecho casi todo mal, pero Marruecos confía que sigamos en nuestra línea y a partir de ahora lo hagamos todavía peor.

Los vecinos del sur se alimentan de nuestros errores y los esperan como los niños anhelan la llegada del 6 de enero, porque saben que vendrán cargados de regalos.

Explicaba el otro día Miguel Ángel Carmona en una brillante exposición basada en el ajedrez que Marruecos juega con blancas y España con negras, para señalar que ellos siempre llevan la iniciativa.

Es una exposición brillante, pero discutible. Por ejemplo, yo creo que las blancas las tiene España. Lo que pasa es que no sabe jugarlas. Al menos en el presente caso así ha sido. Quien trae al líder polisario por la puerta de atrás, con engaños y conciencia de estar cometiendo un pecado, somos nosotros. Quien toma por tontos a los servicios secretos marroquíes y piensa que los puede despistar fácilmente, somos nosotros. Quien reacciona en segundo lugar con negras son ellos.

En realidad ninguno de los dos jugadores es gente brillante. Unos son unos chapuzas y los otros, unos extorsionadores. Diplomacia de baratillo, inteligencia de pacotilla, estrategia de Rinconete y Cortadillo.

No se ve altura, ni dignidad por ningún lado, y lo que es peor, nos dejamos comer piezas sin que exista la recompensa que exige la ley del ajedrez. Ahí te queda ese alfil, pero si te lo llevas, despídete de tu torre,

La crisis del Carajal es muy triste, porque no la paga ni Laya, ni Sánchez, ni la dinastía alauí, ni su embajadora en Madrid, sino los ceutís los melillenses, todos nosotros en suma, y esa caterva que se mueve por impulsos eclécticos que van del hambre a Cristiano Ronaldo, y de la obediencia ciega a la desesperación.

Comenta