Álvaro Cunqueiro, el más grande
En el próximo año coinciden un puñado de efemérides relacionadas con el escritor de Mondoñedo
2021 VA A ser un año muy propicio para recordar a Álvaro Cunqueiro Mora (Mondoñedo, 1911). Se cumplen los 110 años de su nacimiento, precisamente tal día como hoy; los cuarenta de su muerte, el 28 de febrero; los treinta del Día das Letras que se le dedicó y además se alcanza el centenario del inicio de su bachillerato en Lugo, así como alguna más. Apúntelas el instituto y quien se sienta concernido por tanta efeméride cunqueiriana.
Cunqueiro es impresionante y su tamaño sigue creciendo con el paso del tiempo. Suele ocurrir con los creadores más extraordinarios en cualquier ámbito, porque la distancia, lejos de separarnos de ellos, nos los acerca, los abre, los expone a más ojos y a más profundas investigaciones.
Por ejemplo, supongo, confío y deseo que durante ese año salga a la luz un precioso libro que le dedica José María Besteiro. Lo titula Un hombre que se parecía a Cunqueiro, así, muy a la mindoniense, y les aseguro que les va a encantar… si les encanta Álvaro, su mundo y sus libros.
Valgan estas líneas como recordatorio de las fechas que se avecinan y como pequeño anticipo de lo que sin duda se organizará en torno al escritor.
No repetiremos aquí que nos hemos quedado cortos en reconocimientos al novelista, al poeta, al periodista o al dramaturgo, porque siendo verdad que hay deudas difíciles de pagar, todavía existe mucho tiempo por delante para mejorar esa relación con él. De hecho, esta sección ha publicado hasta ahora la biografía de 475 lucenses de patria o adopción, y todavía no había salido el cromo de Cunqueiro, lo cual, desde el punto de vista del coleccionista es lo recomendado, porque el de Di Stéfano siempre fue el más escasito y Álvaro es otro número uno.
Si las hemerotecas no lo desmienten, la primera vez que Álvarito vio su nombre en letra impresa fue el 23 de septiembre de 1922, después de aprobar el Ingreso y las asignaturas del primer año de bachillerato, noticia que el semanario de Mondoñedo Justicia ofrece a sus lectores para que se regocijen con los éxitos de las nuevas generaciones.
Los aprobados de Cunqueiro los comparten también dos Manolitos, Lombardía y Gayoso, preparados los tres por el padre del último, Antonio Gayoso. Dirige Justicia su fundador, el perito agrícola y futuro alcalde, José Ramón Villamarín Pallín, padre adoptivo de Alicia Tella-Villamarín Ferreiro, la bibliotecaria fallecida el año pasado, esposa de Juan Puchades Quilis, el escultor que sentó a Álvaro para siempre en su plaza, frente a la catedral.
Ambos fueron grandes amigos suyos, lo cual demuestra que Mondoñedo es mundo suficiente para que todo ocurra allí en santa armonía, aunque para completar el gentío que cabe en los libros futuros de ese niño que progresa adecuadamente ante los examinadores de Lugo, sería necesario redactar varios volúmenes, dedicándoles tan solo diez líneas a cada uno de ellos, un trabajo todavía sin abordar y que bien pudiera estar en algún desconocido proyecto.
No sería de extrañar, pues ya decíamos que Cunqueiro crece con el tiempo, y sin necesidad de mover un dedo más de lo hecho a lo largo de los años, el inmenso caudal de su obra aporta en cada crecida nuevas riadas de sabiduría y entretenimiento, como si entre las rocas de A Recadeira habitasen espíritus burlones que siguiesen su docencia para producir nuevas historias, nuevos enlaces con bretones y normandos al norte y con Sinbad y Orestes al sur.
Viene un año plagado de referencias a Cunqueiro y lo vamos a pasar muy bien. Que tiemble la pandemia por lo mucho que nos ha hecho sufrir.