Un siglo de Regadío, el cura de O Mintireiro Verdadeiro

Eduardo Seijas Vázquez y Amando Losada Díaz alientan el nacimiento de tan peculiar publicación

HOY SE CUMPLE un siglo del nacimiento de José Regadío Vázquez (Monterroso, 1920), el sacerdote de O Mintireiro Verdadeiro. Regadío representa a don Camilo, el cura de pueblo, bonachón, argalleiro y escotolido que Giovannino Guareschi sitúa en Ponteratto. Para dar vida a Pepón, el alcalde comunista, su enemigo eterno, racionalista y ateo contumaz, tenemos a Fernando Pensado, que no es comunista ni ateo, sino todo lo contrario, pero es alcalde y se llevó fatal con Regadío. Por lo tanto, vale.

A finales de siglo XIX ya hubo un cura en Monterroso que se llamó José Regadío, con segundo apellido de Otero. Fue párroco de Novelúa, a ocho kilómetros de Bidouredo, donde nace este segundo, a quien conocen por o Xepe. Él no está llamado para el Seminario, pues es el mayor de diez hermanos, sin embargo, va y tras hacer la guerra como enfermero en el Guadalajara, sale de cura con destino a Sarria como coadjutor, donde tiene su primer contacto con el mundo de la imprenta.

El año 1951 es cuando lo vemos al frente de tres parroquias de Palas de Rei, a saber San Xoán de Laia, San Miguel de Quindimil y San Tomé de Filgueira, donde residirá. El nombre de las tres le va a servir para formar el acrónimo de la imprenta con la que diez años después de llegar alcanza su sueño: Lakinfil.

La imprenta se radica en la famosa Travesía do Peregrino de Palas, la que ataja la avenida de Compostela, y allí encuaderna, hace carteles, imprime tarjetas e incluso libros como las poesías de Teolindo Cortiñas Toural.

Regadío tiene fama de rojo y a tal título contribuye notablemente el hecho de haber citado a Marx en el transcurso de una inauguración a la que asiste el gobernador civil de la provincia lucense. No hemos localizado el acto, pero conociendo a Regadío no nos cabe la menor duda de su certeza. Y si no, que se lo pregunten a O Mintireiro Verdadeiro, el calendario agrícola anual que él crea al comienzo de la década de los sesenta, José Regadío Vázquez / El astrólogo para ejercer de astrólogo como el Gran Piscator que fue Torres Villarroel y del que vende hasta 15.000 ejemplares.

Por esos años entra en crisis O Gaiteiro de Lugo, que es su antecedente inmediato. La culpa de todo ello en términos intelectuales, y se supone que en parte, también económicos, la tiene el Senado que se reúne en Palas de la mano del erudito boticario Eduardo Seijas Vázquez, alias O Tronas, del abogado Amando Losada Díaz, alias Doutor Alodi, y del propio Regadío. A él acuden entre otros, Roberto Ouro, Manuel Cordeiro, Celestino Pardo y Constantino Grandío, además de elementos juveniles como Amando Losada Losada, deseosos de escuchar el rico léxico del boticario, aunque solo sean unos minutos. Seijas fue coautor con Amando Losada de la guía El camino de Santiago en la provincia de Lugo, de varios manuales de heráldica gallega, del mapa hidrológico y de otros estudios sobre la flora autóctona, todo lo cual lo encumbra y certifica como un pozo de ciencia. Hay que imaginar una tarde de tertulia. Contra los cristales caen con fuerza los goterones de la lluvia. Seijas comenta «A chaparrada estarabouza o vidriame. Deberiamos facer algo escotolido pra axudar aos labregos».

Y a partir de un hecho tan simple, o algo semejante, nace O Mintireiro Verdadeiro, una mezcla de los tres saberes allí reunidos que será «chusqueiro, escotolido, galego-castelán, profético, enxebre, noticioso, artimañeiro e tamén barato», sin ánimo de agotar los adjetivos, pues le encajan algunos más.

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