Carmiña Yáñez, la primera Miss Lugo
En enero de 1933 la eligen los socios del Círculo para competir en el certamen que organiza Luis Montiel
EN ENERO DE 1933, El Pueblo Gallego se pone en contacto con el Círculo das Artes de Lugo para rogarle una complicada encomienda. El diario vigués se ha comprometido con Luis Montiel, propietario del periódico Ahora, para lograr en breve plazo una Miss Galicia que nos represente en el certamen Miss España, nacido cuatro años antes como Señorita España.
Es una iniciativa de cohesión nacional frente a quienes pretenden que el certamen se llame Miss República, algo absurdo porque en todo caso habría otros doscientos títulos iguales de otros tantos países, lo cual demuestra que burros hubo siempre.
La fase final será en Madrid el 14 de febrero, quizá para encomendarse a San Valentín. Estamos a mediados de enero y el reto parece difícil. El Círculo está en un brete, pero su animoso presidente, José Lomas Díaz, desea pronunciar pronto la misma frase que Torcuato Fernández Miranda años más tarde, “estoy en condiciones de dar al Rey lo que el Rey me pide”.
Bueno, en este caso no es el Rey, sino Montiel. Lomas pide árnica a El Progreso y le transmite su inquietud. El 20 de enero de ese año el diario lucense informa del objetivo: dar con la muchacha más guapa de Lugo y hacerlo a la velocidad de la luz. La noticia está en boca de todos, máxime después de saber que la elección debe celebrarse cuatro días más tarde, sin margen para grandes preparativos.
Las bases son sencillas. Ser gallega, mayor de 17 años y menor de 26, frecuentar el Círculo y comprometerse a defender la belleza lucense en Vigo unas horas más tarde. Los sobres para poder votar se entregan en la sociedad y deberán presentarse antes de las nueve de la tarde del 23. El 24, a eso de las siete, el Salón de Columnas será el escenario para el escrutinio y la proclamación.
Feliciano Canto pide más tiempo para observar a las mozas sin ser tachado de mirón, pero no ha lugar. Usted vote y arree. Llega el día. La emoción es enorme. Han votado 276 socios y van a conocerse los resultados: Carmiña Yáñez, 104 votos y Angelines López Núñez, 67. Detrás de ellas, Lolita y Carmen Garmendia, Milagros Ruiz, Adelita Santiago Naya, Sarita Ríos, Maruja Fernández Marbán, Celsa Revaldería, Monserrat Fugarolas Real, Maruja Herrero, Gloria Cedrón del Valle, Maruja Yáñez Gómez, Mercedes Casas, Esther Fernández Marbán, Silvia Díaz-Requeijo, Felisa Díaz Moreno, Marita Rodríguez Vidal, Carmen Ferreiro, Maruja Marbán, Aurora Martínez Yañez, Pilar Álvarez Vázquez, Manolita Doel, Carmen Piñeiro, Julia Pérez del Hierro, Rosita Gallego, Mari Elena Gasalla, Aurorita Martínez, Sonsita Varela y Pilar López. ¡Carmiña Yáñez, proclamada Miss Lugo!, dice José Lomas con voz potente. Ha sido todo tan apurado que los propios organizadores no se ven legitimados para llamar Miss Lugo a la ganadora y se guardan las espaldas concediéndole el título de Miss Círculo de las Artes.
En sus primeras declaraciones, Carmiña, hija del comandante de Infantería Juan Yáñez, ya en la reserva, pone firmes a sus admiradores, pues declara que no está decidida a presentarse en la semifinal de Vigo. ¿Pero cómo dice ahora eso? ¿No era condición sine qua non?
Aún así, Lugo participa en aquella primera elección autonómica de soslayo, pues la vencedora, Emilia Docet reside seis años entre murallas, de 1940 a 1945.
Emilia se casa en el 40 con Francisco Novoa Ortiz, cuyo primer destino es la Jefatura de Obras Públicas lucense, y Carmiña, con el funcionario de la Delegación de Hacienda Rafael Alonso.