Manipulación del conejo

La pieza de escándalo

Bugs Bunny, un conejo dibujado al que sus autores hacen vivir aventuras en todas las épocas de la historia, protagoniza un episodio en los momentos previos al descubrimiento de América, titulado “Hare we go” y datado en 1951, pero que la televisión catalana emitió recientemente como “El conill descobridor”.

La particularidad del caso radica en que durante los 7 minutos, 23 segundos que dura el corto, se utilizan dos cartones escritos que ayudan a comprender al espectador norteamericano el año en que nos encontramos, 1492. En esos dos cartones _ en inglés, claro _, aparece la palabra Spain, cuya exacta traducción al idioma utilizado por la emisora es Espanya.

Pues bien, la versión catalana para ser leída en off cuando aparece dicho texto, ha eliminado esa palabra, de modo que el espectador la ve, pero no la oye, asegurando que el niño _ principal espectador del conejo _, no reciba en su tierno oído el impacto de un vocablo que simboliza el dinero gracias al cual Bugs Bunny es “El conill descobridor”, es decir, Espanya.

El episodio es chusco e ilustrativo, pues encaja a la perfección en el plan general de manipulación que han puesto en marcha desde hace muchos años las distintas formaciones nacionalistas con el fin de diluir los conceptos españoles en ácido sulfúrico y darse bombo con méritos inexistentes.

Cuando se comprueban bajezas tan horteras como la presente, tan ridículas y faltas de elegancia, los verdaderos méritos que atesora la causa pierden su brillo natural y se apagan en un mar de vulgaridad más grande que el que tuvo que atravesar Colón en compañía de Bugs Bunny para demostrarle al rey de España que la tierra era redonda.

Y hablando de otra cosa, Sánchez ya no es diputado, Rajoy es presidente y han atrasado la hora. Feliz domingo.

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