Fábrica de devotos

El de atrás es un guardaespaldas camuflado

La teoría según la cual el españolismo genera independentistas _ que no digo yo que no _, tiene que admitir por el mismo principio físico de las fuerzas contrarias, que el laicismo mal entendido produzca entusiastas de la Semana Santa que de otra manera pasarían estos días al margen de procesiones.

Por ejemplo, las tonterías de Carmena y del alcalde de Cádiz _ cuyo nombre procuro evitar porque temo confundirlo con el de un muñeco diabólico _, tienen que haber despertado conciencias adormecidas de muchos laicos a la violeta que hoy exclaman avergonzados: No es eso, no es eso.

Suele ocurrir cuando llegan a puestos de representación personas de poco fuste, dubitativas, acomplejadas, o a medio hacer. En Carmena es más sorprendente, porque la teníamos por intelectual bregada en materias de enjundia y bragada para dar la talla sin desdoro. Por el contrario, desde que llega al Consistorio ha sido un continuo deslizarse por lugares comunes, vulgares y pedestres que no dejarán de ella sino el vago recuerdo de una señora sonriente sin mayor interés sociopolítico.

A veces se intenta salvarla mediante la teoría del secuestro al que se ve sometida por parte de la chiquillería que la envuelve, pero entonces queda hecha unos zorros políticos que para el caso no sé qué será peor.

Del de Cádiz nada se esperaba porque tampoco era conocido fuera de sus escraches, y es lógico que todas estas ceremonias de alto significado le queden más amplias de sisa que a Stan Laurel un pañal mawashi de sumo. Que si va o no va de alcalde; que si lleva o no escolta; que si entrega o no el bastón, son controversias de escaso recorrido que valen para una chirigota del año que viene y para convertir a algunos laicos en devotos del Nazareno gaditano.

2 Comentarios a “Fábrica de devotos”

  1. forneas

    No tengo más remedio que felicitarle por sacar a la luz un tema tan doloroso.
    Es más, se queda usted corto. Muchas gracias.

  2. SEito

    Penoso también pero más cercano, el caso de la dejadez de Martincito No Riega permitiendo a una meona hacerlo en la calle en medio y medio de la procesión . El mismo Untamiento que no hace tanto impedía a los artistas callejeros pintar con tiza una laxe para pedir unos L€uros .
    Aconsejo llevar baldes de agua o una Kärcher con lejía bajo los pasos, para baldear la calle en el mismo instante, meona incluida, y una rebelión a bordo entre los untamientales guripas, si es que a estas alturas, no se dan cuenta en que ciudad ganan los cuartos .
    ¿ Entona A Marea el Mea culpa ? .

Comenta