Quevedo, Larra, Bécquer
La famosa pupila
No cesan de aparecer grifos abiertos por donde manó el dinero _ es de esperar que esté bien utilizado el tiempo pasado _, y por lo tanto no cesa de crecer la sensación de que los tiempos de bonanza solo se aprovecharon para entrar a manos llenas en lo público, sin el menor atisbo del imprescindible afán de servicio y con grandes dosis del afán de servirse.
Ahora incluso se descubren manuales de cientos de páginas para indicar cómo han de redactarse las facturas para que el trinque y las mordidas parezcan lo que no son. ¡Qué virguería contable! De vivir Quevedo habría modificado su soneto a la nariz de Góngora:
Érase un hombre a un morro pegado / érase un morro superlativo.
Los esfuerzos en perfeccionar el pillaje han dado abundante literatura con la que se escribe la historia del timo y de la estafa. Baldomera Larra, la hija de Fígaro, fue pionera en la práctica de los engaños masivos, y otros nombres ilustres refulgen en este campo de la delincuencia, pero nunca como hasta ahora la dirección del engaño se establecía con tanta frecuencia desde las organizaciones destinadas a gestionar asuntos públicos hacia el dinero público o el privado, agravando así la naturaleza del delito.
Si a estos esfuerzos añadimos los que se dedican a discutir el color de las nubes y a protestar por todo ello, nos daremos cuenta de las inmensas dificultades que el resto de las personas, las que ni roban, ni se pierden en campos bizantinos, ni les echan la culpa a los demás, deben salvar para que suba el PIB, para que el consumo se normalice y para que crezca el empleo.
Bécquer aclaró a su amada, mientras le clavaba en su pupila la pupila azul, que su desconocimiento sobre el asunto que le inquietaba no era tal. Y tú me lo preguntas, la crisis eres tú.
31 de Octubre , 2013 - 12:31 pm
Con la Crisis económica ha aflorado a la luz de las mayorias, lo que no se percibía en la época de bonanza, y no es otra cosa que la vieja tendencia al caciquismo, el chanchullo y la corrupción política. El ciudadano asiste impotente a la avalancha de noticias que ponen en duda la honradez y el sentido común de nuestra clase política.
Da igual que miremos a la derecha que a la izquierda, a los partidos nacionales o a los autonómicos, no hay más que mirar la cadena de imputados, empezando por Galicia. ¿Seremos capaces de quitarnos de encima esta auténtica plaga bíblica que nos azota?.
Lo llamativo es que aun sabiendo que afecta al conjunto del sistema,muchos que opinan sobre ella lo hacen haciendo fijar la atención sobre un lado de los actores para cargar sobre ellos toda la responsabilidad.
Y ya se sabe de lo que fué capaz la propaganda desde Goebels a Bernays, por fortuna, hoy nos queda Internet y las llamadas redes sociales,.
El bacatazo en las urnas puede ser monumental para los dos actores principales y sus apéndices autonómicos, por más que la máquinaria de los partidarios se ponga vocinglera en tertulias y saraos.
31 de Octubre , 2013 - 14:11 pm
No creo que el trinque sea exclusivo de los tiempos de bonanza, Boss, pero no hay duda de que esta permitió que manaran por todos los grifos cantidades ingentes de dinero, o sea, que se robara a lo grande.
Si creo que fue la impunidad y la falta de control de lo público, unida a una lasitud comprensiva de una sociedad de pícaros lo que convenció a la casta parasitaria de que todo el monte era orégano.
Así, cuando un contratista iba a pedir licencia para obras, llevaba un sobre con un par de millones de pelas para el concejal manillador y así agilizar y optimizar la obra, de forma que podía dar tres pisos en vez de uno. Y así sucesivamente.
Mordidas, cazos, pillaje, comisiones y chanchullos se normalizaron de forma impúdica y hasta lasciva. En la política, en la administración, en la judicatura, en la banca, en los despachos todos….. Por no mentar las estafas masivas como la de las Cajas de Ahorros, que expoliaron con engaños y mentiras a decenas de miles de pequeños ahorradores…para poder pagar sueldazos impúdicos y jubilaciones de oro a sus jefazos.
Erase un morro a una sociedad pegado. Erase un morro superlativo, meu. Noxo damos.
31 de Octubre , 2013 - 14:36 pm
Siguiendo con el tema que propones, tengo la convicción de que si las actuaciones corruptas de las élites dirigentes produjeran profundo rechazo a la sociedad (como ocurre en otros países serios), aquellas se verían obligadas a actuar de otra manera. Recuerda a ministros o ptes. de gobierno que dimitieron al ser pillados en renuncios que aquí llamaríamos “menores” como falsear una tesis doctoral o liarse con una secretaria. Pero es la mentira lo que no se perdona en la mentalidad anglosajona.
Cierto que la lamentable Ley Electoral no permite al ciudadano elegir a los que considera mejores o más honrados, sino que, en una partitocracia como esta, ha de aceptar el paquete cerrado y bloqueado que le presentan los partidos.
En todo caso, no podemos ser tan hipócritas para negar que aquí defrauda y pilla tododios si tiene la oportunidad. La denostada clase política española no es distinta del resto de la población, convencidos uno a uno los españoles del principio evangélico de que “la caridad empieza por uno mismo”.
Falsos despidos, falsos certificados, falsas incapacidades, falsos parados, falsos alquileres, falsas facturas, evasión, piratería, enchufismo, defraudación, sobre-cogimiento…nadie se engañe: la corrupción no es exclusivamente política. La picaresca está en el ADN nacional. Viene de serie, meu.
La diferencia básica es que los políticos manejan grandes cantidades de dinero “de nadie” , “sin dueño”, sin control ni responsabilidad, y además colocan sus intereses partidistas, corporativos y personales por delante de cualesquiera otros que afecten a la ciudadanía.
Pretendo llegar al punto de que la regeneración hacia una democracia decente habrá de ser general, nacional…o no será. Y desde arriba tendrán que venir las medidas regeneradoras: Justicia independiente, control de financiacion de partidos y sindicatos, ley electoral homologable, revisión y adelgazamiento de multiplicidades autonómicas y administrativas….por ahí ha de ir la cosa.
Nos desayunamos cada día con casos de corrupción, que se van superponiendo como capas de cebolla…sin que se correspondan con entradas masivas en la trena, menos aún devolución de lo expoliado.
La Casta parasitaria funciona como un colectivo mafioso, como una famiglia siciliana o corsa, que se cierra en banda frente a todo lo que pueda poner en peligro su sistema de poder y privilegios. Pero no se olvide que es el dinero, el capital el que lo controla todo.
Cuando toque convocar a los borregos a las urnas, ya pensarán algo para hablar de altos ideales, ética y responsabilidad, incluso de la alianza de las civilizaciones, manda carallo. La vida sigue igual, meu, como cantaba Julito Catedrales.
1 de Noviembre , 2013 - 9:57 am
Bueno, los Larra siempre fueron gente inteligente y clarividente. La hija Baldomera, cuando su esposo se vio apartado de su trabajo como médico de Amadeo de Saboya, tuvo que emigrar y, así, quedó sin medios de subsistencia Baldomera y sus hijos. Se le ocurrió establecer una casa de prestamos a intereses atractivos, la única registrada oficialmente de las 13 que había en esos tiempos en Madrid que habían copiado su idea. Pagaba los intereses con las nuevas aportaciones, numerosas por el éxito de la operación y ella retenía una pequeña cantidad para una buena subsistencia. Los propios afectados por la quiebra provocada por falsas alarmas de falta de fondos, pidieron la libertad de la “benefactora de los pobres”. Nada de los abusos inauditos que estamos viendo en estos tiempos, léase Madof y los demás. Los bancos de negocios es lo que hace, ni más ni menos. ¿O es que el dinero les llueve del cielo? Las cosas claras, queridos.