La asignatura chollo

La manipulación bien entendida empieza por uno mismo. Hay que creerse los embustes a pies juntillas, pues mal manipulador será quien admita las dudas, la pluralidad y el contraste de pareceres. El arquetipo del manipulador es Blas, el del punto redondo. Si se dice que la Vuelta Ciclista a España no es tal, sino una carrera Vigo-Madrid, se cierran los ojos, se piensa fuertemente y ya está. No es difícil. Es ejercicio al alcance de cualquier cabestro.
Por lo que se va conociendo de algunos textos que se impartirán dentro de la nueva asignatura de Manipulación para la Ciudadanía, todos esos rudimentos que utilizaron las propagandas de los regímenes totalitarios están reflejados con preclara nitidez y dispuestos para conseguir el objetivo primordial de toda la movida, cual es instaurar definitivamente la división entre la España de izquierda, con patente de corso para hacer la política que le venga en gana, y la España de derecha, “ideológicamente enferma y moralmente corrompida”. Ahí le han dado, en la moral.
Si no lo hubiesen utilizado ya Stalin, Hitler o Franco en el XX, podría decirse que es el invento del siglo XXI. Creas una asignatura que conduce el voto hacia tu partido desde la más tierna y maleable infancia. Después cuentas las papeletas y alehop!, ¡ganas siempre en la más escrupulosa de las democracias! Es genial.
Lo primero que conviene aniquilar es la idea de que la transición española fue fruto del consenso con la participación de todos los partidos políticos que alumbraron la Constitución. Qué va. La transición la hizo Franco, o su ectoplasma; las únicas elecciones que valen son las del 36, y además los nueve millones de votantes del PP han matado a todos los civiles iraquíes. Como temario para el primer trimestre no está nada mal. Luego, cuando pasen las Navidades, se enseñará a las niñas a perder la virginidad antes del matrimonio, “para no ser siervas de costumbres machistas”.
Están que se salen, o sea, salidos.

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