Elorza y los doscientos
Si son exactas las informaciones periodísticas, a la concentración convocada en San Sebastián como homenaje a la ikurriña y desprecio a la bandera española acudieron doscientas personas. Si no son exactas, la cifra se situaría entre las 199 y las 201. Algo les ha fallado a los organizadores, porque un colectivo tan exiguo de personas humanas se reúne hoy hasta para pescar gambusinos o buscar cocerellos, según la zona.
Después de meditarlo a conciencia y teniendo en cuenta la afición que hay por allí a los desfiles y a las pancartas, sólo encontramos una explicación razonable, cual es la ingenuidad del lema a corear y que en esta ocasión decía: “La solución está en nuestras manos. ¡Ikurriña sí, española no!”
Hasta los dieciocho años se pueden encontrar voces aflautadas que se presten al griterío, porque el sentimiento del ridículo es uno de los últimos en manifestarse; pero sobrepasada esa edad, la leva se pone muy cuesta arriba, pues quien más quien menos el personal madura y se adentra en el escepticismo filosófico, sólo combatido en regímenes de terror, como muy bien supieron ver los nazis.
Al haberse convocado la concentración para las intempestivas horas del mediodía, a los cachorros idóneos para entonar esos cánticos les pilló el gong en la cama, pues habían consumido la noche anterior entre el jolgorio de la Semana Grande y variadas algarabías aledañas.
Conclusión, que fueron doscientos. Los suficientes para exhibir una bandera española cruzada por el aspa de san Andrés y rodeada por varias docenas de ikurriñas; es decir, el problema y la solución.
A Odón Elorza, el alcalde socialista de la ciudad, se le echa en cara que no la prohibiese dada su evidente ilegalidad, pero visto lo visto, hay ocasiones en las que es preferible dejar que los árboles no tapen el bosque.
Bien por el alcalde. Los constitucionalistas le deben una.
8 de Septiembre , 2011 - 19:27 pm
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13 de Octubre , 2011 - 17:49 pm
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