El resto de la semana

Es de suponer que los lectores están perfectamente informados del contenido gráfico y literario que llevaba la revista El Jueves en su portada antes y después de ser secuestrada. Si no la han visto en directo, siempre hay a mano un amigo que te la cuenta con pelos y señales, de modo que prescindimos de mayores abundamientos sobre ella.
En este arte de desnudar a los borbones y de retratarlos en la más variada gama de posturas recomendadas por el Kamasutra fueron auténticos maestros los hermanos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer. Bajo el enigmático seudónimo de SEM, los Bécquer hicieron de la corte de Isabel II un grandioso lupanar donde la reina, Paco Natillas, el padre Claret, Sor Patrocinio, Carlos Marfori, Serrano y otros personajes del momento se entregaban a los placeres de la carne sin más límites que su imaginación. Las ochentaytantas acuarelas que nos lo cuentan fueron recogidas hace años en un volumen titulado Los Borbones en pelota, que no fue secuestrado ni nada, entre otras razones porque Isabel II llevaba un siglo fuera de este mundo. Lo de ahora es distinto, claro. Todas las opiniones coinciden en señalar que la orden de secuestro de la revista, lejos de impedir la difusión del escarnio, lo ha catapultado hasta más allá de nuestras fronteras y hoy se pueden estar riendo con el chiste de los príncipes herederos en las más variadas latitudes, cuando de no haber actuado, el público objetivo no pasaría de varios miles. Es decir, la atención se la lleva el secuestro en sí, no el material que lo origina, lo cual permite sospechar que no debería de haberse producido, especialmente si comprobamos que el celo de la justicia por el respeto de la ley no interviene con la misma celeridad y contundencia en otros asuntos, donde no sólo se hace burla de los miembros de la Familia Real, sino de todo el ordenamiento que simboliza la Corona y que a los propios príncipes ha de preocupar más que un chistecito subido de tono.

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