Movimientos en el parqué
El atentado de Barajas provocó un revolcón en el barómetro del CIS que mide mes a mes las preocupaciones de los españoles.
Y así, de un 12 por ciento que en diciembre de 2006 señalaba a ETA como tema preocupante, en enero pasamos a un 46,9 %. Aquellos porcentajes decembrinos suponían muy malos resultados para la multinacional etarra, que utiliza el barómetro del CIS como el índice Nikkei de su particular bolsa del terror. Si el terror cotiza a la baja, sus acciones se deprecian, y si algún día desapareciese del barómetro, ETA tendría que dedicarse al cultivo de los espárragos trigueros. Por eso Barajas les levantó la paletilla y comenzaron a cobrar dividendos de variada especie. Como se dice en lenguaje bursátil, repartieron beneficios.
El último Nikkei de marzo, digo CIS, continúa aportando buenas noticias a su accionariado. Aunque el corro de los bombistas bajó 4,3 enteros desde el mes de febrero, siguen siendo los más valorados, esto es, los más preocupantes para un 38,2 % de la población, muy cerca del paro y la inmigración.
Sin embargo su supremacía se ve seriamente amenazada por sectores emergentes, cada vez mejor posicionados sobre el parqué.
Nos referimos a la clase política, un título que con un subidón de 3,6 enteros _ el mayor de los que integran el Nikkei _, se coloca en quinta posición entre las angustias españolas. Además de los problemas mencionados, sólo el elevado precio de la vivienda supera en desasosiego al que provoca entre la población la existencia de unos políticos que lejos de contribuir a calmarlo, cual es su obligación profesional, suponen por sí solos uno más, y no pequeño, pues se entiende que de ellos depende el apaciguamiento de todos los demás.
Cierto es que en el corro de la clase política intervienen valores gubernamentales y de la oposición, de modo que cada cual le pondrá las caras de su disgusto, pero no estará de más que todos se den por enterados, pues les han lanzado una OPA.