Máxima exigencia
Desde el día del robo de las pistolas se comenta con terror contenido que muy bien pudieran existir en estos momentos dos o más ETAs, fruto de la totipotencia característica de algunos reptiles que son capaces de regenerar órganos completos de sus estructuras después de sufrir una amputación y cuyo ejemplo más conocido es el del rabo de lagartija. Y ya que la serpiente es emblema de la banda y el hacha también, no habría inconveniente científico para que de un corte que en otros animales es mortal y aniquilador, aquí se manifiesten las capacidades totipotentes y viésemos ETAs como sardinas en banasta.
Tendríamos así la ETA que dialoga y la ETA que se rearma; una posibilidad todavía más terrorífica que el supuesto unitario y sin escisiones, es decir, que la que dialoga y la que se rearma es la misma.
Sólo desde la ingenuidad o el simplismo de ZP cabe suponer que es posible un diálogo justo, fructífero y conveniente para las partes en unas circunstancias como las actuales, lo cual no tiene nada que ver con las infinitas ansias de paz que quepan en el universo mundo.
Bueno, pues con todo y eso, ya ha llegado hasta la prensa que los representantes del Gobierno en cháchara oculta con ETA-A o con ETA-B hablan ya con regocijo de cosoberanía y demás conceptos reservados exclusivamente a otras instancias más representativas y decisorias. ¿No habíamos quedado que no se hablaría de política? Quizás entiendan que la cosoberanía es pasteleo económico, burla o chirigota, y por lo tanto, digna de ser manoseada en conventículos oscuros. O que mentir, estafar y traicionar son verbos al uso, dada la categoría del interlocutor.
A todo esto, el presidente tranquiliza a la opinión pública con un anuncio revelador. Dice que va a ser “exigente al máximo” para conocer las intenciones de ETA. ¡Caramba, presidente! ¿Qué va a hacer? ¿Exigirles el permiso de armas para que puedan usar las pistolas?