Ovaciones y abucheos
No se oyen, pero en este instante ZP está siendo abucheado
El presidente escapa de sí mismo. Un hombre como él, tan bien dotado para la pública exposición y el cacareo, reduce hasta lo imprescindible su presencia en actos donde no controle la reacción de todos los asistentes. Sabe que ya no inspira pristinas simpatías y que sólo se encuentra cómodo en las distancias cortas y en los ambientes bajo estricto cordón policial.
Dicen que actúa así por temor a recibir abucheos, pero no. Él no puede percibir la realidad con tanta exactitud, porque entonces también lo haría en otros órdenes de la vida. Si se retrae de la exhibición es por temor a no recibir ovaciones, que es parecido, pero no es lo mismo.
Lo que se encuentra en esos lugares el presidente no es tanto la crítica a una mala gestión, como la justa correspondencia a una desagradable actitud. Al margen de los españoles que jamás han estado de acuerdo con sus decisiones, por razones ideológicas, o por considerarlas erróneas, otros muchos se han apartado poco a poco del personaje por culpa del famoso talante del que tanto presume cuando se presenta en sociedad.
ZP se empeñó en servir de ejemplo para ilustrar la conocida sentencia: Dime de que presumes y te diré de qué careces. Sus irreductibles defensores, al estilo de Calvo Hernando o Sopena, piden para él el respeto que merece un presidente de todos los españoles, olvidándose de la recíproca, que es el respeto que todos los españoles merecemos por parte de un presidente; pues insistamos una vez más en recordar que ese cargo, con toda su grandeza y poderío, no es más que el de un empleado público al servicio doméstico de sus señoritos, que somos el pueblo español, los que le han votado y los que no.
Esa sencilla idea jamás se instaló en el coco de quien ahora se esconde triste y vergonzoso. ¿Por qué no me quieren? ¿Es mi culpa que haya muertes durante las misiones de paz?
27 de Agosto , 2010 - 14:21 pm
¡Ay si le permitieran hablar al cordón policial ¡ pero como al umbilical, solo se le utiliza como reserva de células madre, congelado en Nitrógeno mientras no se necesita . De eso sabe mucho algún físico hijo del cuerpo, metido a revisionista de sí mismo y muchos otros JASP criados en el caldo de cultivo estatal, a quienes les extirparon de sus células la capacidad de apoptosis, los mismos que les hicieron portadores únicos de la verdad yoigo .
Hagamos lo que hagamos, jodidos estamos; yo me voy a apuntar a cursos acelerados de “Esperando a godot ” _ya sé que es con mayúscula pero es para no asustarme_ .