Terror en la niebla

El escenario perfecto

El precio del pan será hoy más barato de 4 a 5, y cuando se cierre la niebla, a partir de las doce de la noche en adelante. Sí, ríanse, pero estamos a un tris de que los precios entren en tramos horarios como la electricidad. A un paso de las restricciones, de las cartillas de racionamiento y del estraperlo. Nada ayuda a pensar que los evitaremos.

Aquí solo se habla de la paguita, del momio que te dan si denuncias a un maltratador, o del que te dan si no haces nada y te sientas en un parque a contar nubes. O a calcular el volumen de la niebla. Ayer había bancos que cubrían desde Vilalba a Lugo mucho más espesos que los de O Fiouco. Por esa regla de tres tendrían que cerrar antes media Galicia profunda con la niebla de Valle-Inclán que el famoso tramo de la A-8.

Todo viene a ser lo mismo. Niebla, cartillas y mascarillas; cosas chulísimas que nos traen estos tiempos y que jamás pensamos que volverían. En fin, para unos pocos vuelven, pero la mayoría las estrenan.

Dice Casado a Inda que eso de usar el Falcon, además de un despilfarro, es hortera. ¿Y qué esperaba? ¿Brillantez en el siglo de las nieblas? Todo es ruin y cutre, mientras el presidente nos sobrevuela atornillado a unas Ray-Ban Aviator Classic, de esas que sientan bien hasta a Rufián.

Esa es la metáfora. Niebla para todos y el Falcon por encima. ¿A qué hora estará más barato mañana el queroseno?

No es cierto que Andy Warhol nos conceda 15 minutos de fama, sino 15 minutos de Falcon. Un viaje corto, un Soria-Segovia. A ese trayecto tendremos derecho, siempre y cuando no coincida con algún desplazamiento presidencial. Y eso que vienen muchos compromisos. Elecciones internas y presidencias europeas. No sé a cuáles mola más llegar en Falcon, pero da lo mismo porque va a ser el medio que utilice para ir a las dos.

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