Rodríguez Somoza, 39 años al frente de Conxo

El médico de Lourenzá es el único discípulo psiquiatra de Cajal al que dirige en su doctorado

FUE DIRECTOR DEL Sanatorio Psiquiátrico de Conxo durante 39 años, lo cual supone un récord reseñable, si tenemos en cuenta la complejidad del establecimiento, tanto por su naturaleza pública, como por su especialidad médica. Pero Ramón Rodríguez Somoza (Lourenzá, 1899), estaba bien pertrechado para lograrlo.

Estudia Medicina en Madrid con profesores de la talla de Ramón y Cajal, Lafora, Achúcarro y Río-Hortega. De hecho es uno de los pocos alumnos psiquiatras de Cajal (1924) y el único al que le dirige la tesis doctoral sobre La histopatología de la parálisis agitante cerebral, defendida por Ramón a los 24 años.

Quienes han estudiado la biografía de los discípulos del Nobel en el Instituto de Investigaciones Biológicas _ llamado luego Instituto Cajal _, lo destacan del resto por la cercanía que hubo entre ambos, precisamente gracias a la dirección de la tesis, aunque el lucense es casi medio siglo más joven.

Dos años después es pensionado en Alemania y Polonia por la Junta de Ampliación de Estudios. En 1926 zarpa de Vigo en el trasatlántico alemán Sierra Salvada y allí permanece hasta 1930, dedicado al estudio anatomo-clínico de la hemiplejia cerebral infantil y la histopatología de la demencia senil.

Trabaja en el hospital mental de Fridrichsberg (Hamburgo) y en sendas clínicas psiquiátricas de Breslau (Polonia), al lado de médicos tan relevantes como Bumke, Foerster y Spatz.

Al poco tiempo de su regreso, colabora en Madrid con Lafora y es éste quien interviene para que se le nombre director de Conxo, pese a que ya había otro médico designado.

También tiene el apoyo de Emilio González López, con quien milita en Celta _ Mocedade Céltiga _, donde también están los López Cortón, Salvador Mosteiro, Álvaro Gil y Fermín Penzol. Luego ingresa en el Partido Galeguista e interviene en actos de apoyo al Estatuto.

Amigo de Castelao, participa en el homenaje que se le rinde en Lugo el año 1932. Otro militante es su paisano Fernández del Riego, quien lo trata por su nombre de Vilanova, Ramón de Pedreira.

Ese mismo año, siendo ya director, imparte una conferencia en gallego en el Instituto de Noia sobre la curación de las enfermedades mentales en el siglo pasado. Al año siguiente dicta otra en Lugo que titula simplemente Psiquiatría.

Al frente de Conxo acomete la modernización de técnicas e instalaciones, amplía a siete el número de médicos y dobla el de practicantes. Lo dota de calefacción, teléfono y agua corriente, que no existían, así como rayos X, laboratorio de análisis, farmacia y una biblioteca médica.

En dos años logra reducir la mortandad a casi la mitad, pasando de 68 fallecimientos a 37, la mejor cifra de entre los manicomios españoles. Implanta la terapéutica por el trabajo, bajo el postulado “lo que pueda ser hecho por un enfermo, no debe hacerlo un sano”.

La mayor parte de ellos, varias docenas, trabajan la tierra, una finca de unas 8 hectáreas. También está previsto en esos años iniciales instalar una granja de conejos que proporcione buena parte de la carne consumida en el sanatorio, y planea añadir una granja de gallinas y colmenas de abejas. De igual manera proyecta crear talleres de cestería, fabricación de bolsas de papel, esteras y medias, así como ampliar los de ebanistería y herrería.

Además de su labor en Conxo, mantiene abierto un hospital privado a las afueras de Santiago, participa en la creación de la Academia Médico-Quirúrgica de Santiago y es su primer presidente. Fallece allí en 1994.

Comenta