Ángel Castro, el creador de la dinastía cubana
El de Láncara era un gran jugador de cartas y de apuestas con gallos de pelea
EXISTE UNA DETALLADA, minuciosa, documentada y florida biografía autorizada de Ángel Castro Argiz (Láncara, 1875), titulada “Ángel, la raíz gallega de Fidel”, que firma en 2008 la periodista cubana Katiuska Blanco Castiñeira, cuyos orígenes familiares no hará falta detallar, ni su fidelidad al castrismo tampoco, tan solo con repasar cualquiera de las obras que Katiuska ha dado a imprenta.
Las fechas esenciales del personaje son estas: 1875 (4 DIC) Nace en Armea de Arriba, parroquia de San Pedro de Armea (Láncara). 1899 (4 DIC) Desembarca en La Habana. 1911 Se casa con María Luisa Argota Reyes. 1926 Nace su hijo Fidel Castro Ruz. 1931 Nace su hijo Raúl Castro Ruz. 1940 Se divorcia de María Luisa. 1943 Se casa con Lina Ruz González. 1956 (21 OCT). Muere en Birán, Cueto, provincia de Holguín (Cuba).
Ángel Castro es una figura polémica y también muy singular, pues s.e.u.o., es la única persona en el mundo con dos hijos que han sido jefes de Estado sin pertenecer a una dinastía monárquica. Eso lo hace singular, ahora bien, hay controversia sobre su forma de ser y actuar, y hay también un gran embrollo familiar entre sus dos mujeres y el nacimiento de los hijos de la segunda, dos de los cuales son Fidel y Raúl. Eso, sin contar la pugna entre quienes consideran el castrismo un régimen criminal de despiadada crudeza, y quienes lo disculpan en aras de la revolución, o el retrato despiadado que de él hace su nieta Alina Fernández, quien lo acusa incluso de matar a los gallegos que previamente contrata.
El exalcalde de Láncara Eladio Capón contó que “Cuando (Ángel Castro) volvió de la guerra tuvo una partida de cartas muy famosa con un señor de aquí que tenía buena posición, Ventura, que se jugó su casa y sus tierras, con su mujer dentro. Según me contó una señora que murió hace poco con más de cien años, ganó Ángel Castro, pero le perdonó a Ventura y no quiso las tierras, la casa y la mujer. Después se fue a Cuba.”
En la versión de Katiuska sobre los primeros años de Ángel se lee: “En una noche de suerte le ganó todas las partidas de naipes a don Osorio, su vecino de Láncara, dueño de un comercio y una cantina, quien había empeñado en el juego hasta su propia casa. A la mañana siguiente, el deudor le ratificó su palabra a Ángel, pero este, con una palmada en el hombro, le aseguró que no le debía nada, únicamente le pediría en pago dos trajes para su novia.
Su habilidad jugando a la cartas también le ayudó a amasar una pequeña fortuna. Sus aficiones no eran desmedidas, jugaba a las cartas cuando era joven, pero después hizo un juramento sabe Dios por qué razones y las abandonó definitivamente.
Se dedicaba a la crianza de gallos jerezanos de pelea, lo que le comenzó a generar muy buen dinero. A don Ángel le gustaba montar caballos buenos, adquirir los mejores gallos jerezanos importados a la isla por el puerto de Santiago de Cuba, y mantener limpios, los campos de caña bajo su jurisdicción.
Las ganancias de aquel negocio las invirtió comprando terrenos en el lugar agrícola de Birán. Después funda en él su propia hacienda, Manacas, consiguiendo así el éxito económico y convirtiéndose finalmente en un rico terrateniente. En 1922, vendió sus fincas a don José Reyes y Hernández, quien las refundió en una sola titulada Manacas. En 1923, don Ángel las recuperó y luego, contando con ellas, en 1924, firmó con la Warner Sugar Corporation un convenio o contrato de servidumbre de paso, molienda de caña, refacción agrícola y otros actos.