Virus político

¿Qué quedará después del toque?

Perdón por el dilatado planteamiento y también por la longitud de la pregunta que se deriva:

Si el gobierno y el conglomerado que lo hace posible es la izquierda más extrema, con comunistas, independentistas, populistas y exterroristas en danza; si Vox es la derecha más extrema porque los acusa de traidores; si el PP se aleja de ella como de la peste aunque gobiernan juntos allí donde suman y si C´s coquetea también con hacerse querer en busca de oxígeno, ¿a quién puede votar una persona no extremista, sin tics totalitarios, ni complejos de buenismos, amante de su país y deseoso de su prosperidad, a la que no le gusta levantar el puño ni la palma porque ya ha visto lo que se consigue, que en su día creyó que la amnistía y la reconciliación eran palabras para siempre y la Constitución un pacto serio, que odia el odio y que le gustaría escuchar todas las semanas a Castelar en el hemiciclo del Congreso, con sus frases bien construidas, sin soflamas falaces ni mentiras prefabricadas?

Y si además de toda esa ruina política estamos inmersos en una catástrofe sanitaria sobre la que cada día existen más sospechas de no ser casual, y si los dos primeros análisis realizados sobre la misma en forma de libros coinciden en diagnosticar que la gestión española de la pandemia ha sido una merienda de incompetentes, una de dos, o quieren acabar con nosotros a propósito, o lo acabarán haciendo por culpa de su mediocridad.

Si la incompetencia no es voluntaria, no vale escudarse en decir que nadie sabía nada, porque la vida y la gobernación no vienen con un manual de instrucciones, ni con un calendario de acontecimientos. Ahora te va a venir una pandemia, ahora un tsumani.

Las medidas adoptadas ayer con la vista puesta en abril son la fiel constatación del fracaso anterior, de la ridícula euforia y de que será imposible salir más fuertes.

Comenta