Que viene la dictacruda

Magnífica viñeta de Tomás Serrano en El Español

No es la prudencia uno de los rasgos que caractericen a ninguna cabeza de este gobierno trifásico de Pedro, Pablo y los cuatreros del norte. Es por eso que cuando se escucha de labios del ministro de Justicia que hay que dar normalidad a las ausencias del Rey en Barcelona, el pánico te recorre el espinazo pues sospechas que este hombre _ Campo, se llama _, está hablando de algo que se encuentra más allá de las leyes, de la lógica y del entendimiento. Este hombre está hablando de un golpe de Estado.

La cosa empieza cuando el Rey desaparece del acto después de estar anunciada su presencia. No es asunto baladí y la prensa, el estamento encargado de hacer las preguntas, interroga sobre lo sucedido a distintos miembros del Gobierno, el estamento encargado de responderlas.

En ese ejercicio nos topamos con una serie de caras circunflejas, como la de la vicepresidenta Calvo, que realizan gestos similares a los del niño que lucha por tragarse la bola de carne que se le ha formado en la boca y se escuchan frases de pretendida trascendencia, como “la decisión la ha tomado quien tenía que tomarla”, que parece arrancada de la Biblia; seguida de la correspondiente sentencia: “y muy bien tomada, muy bien tomada”.

Ya ahí empiezas a sospechar que lo único bien tomado en todo este putiferio es tu pelo, que se lo están zampando a fauces llenas.

Pero cuando a continuación oyes al titular de Justicia aconsejándonos que nos acostumbremos a que el Rey deje de ser Rey en todo el territorio nacional, el mosqueo sube de tono y solo te quedan meninges para pensar que no solo te están tomando el pelo, sino que también te están dando un golpe de Estado, y la gente sin enterarse.

Ya conocimos la dictadura y la dictablanda. Ahora nos falta por conocer la dictacruda, poco hecha por dentro y sin fundamento.

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