Encuentros en la fase 2
Así estamos
Espeluzna contemplar el mapa de incidencia del Covid-19 en la Unión Europea y contemplar en él que somos los peores, el pelotón de los torpes, los más ineptos, los más vulnerables y los más castigados.
¿Por qué?
Cierto es que Bloomberg había dictado sentencia: “Pedro Sánchez, el más inútil en la gestión del Covid-19” ¿Pero tanto?
Estamos peor que los países más rigurosos a la hora de establecer cortafuegos al avance de la pandemia, que quienes primero se pusieron en guardia, que los menos partidarios de defenderse con los confinamientos, que los más, que allí donde todavía no se han enterado que hay una pandemia, que los regidos por los negacionistas, por los conspiranoicos… peor que todos.
Abundando en la idea, The Economist califica la gestión del Gobierno español de desastrosa y resalta su incapacidad material y política de controlar la pandemia, y por ende, de generar confianza a los españoles.
Pero aún así tiene que haber otras explicaciones que hagan comprensible ese mapa. Tal como se dice otras veces para dar con el origen de alguna dolencia o de algún beneficio para la salud: ¿Será el agua?
Ayer el ministro Illa ha sacado pecho para anunciar que España será uno de los tres países europeos, junto con Bélgica y Alemania, donde se lleven a cabo los ensayos clínicos de la vacuna desarrollada en Estados Unidos y Bélgica en su fase 2, esto es, en humanos.
Debemos entender que es una buena noticia. Buena, porque se inicia la fase 2 de esa vacuna, por haber sido elegida España como uno de los tres países que van a realizarla y porque las lamentables estadísticas que presenta nuestro país no han deteriorado la confianza en los centros hospitalarios y en los científicos que la van a desarrollar.