Los tres estados

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Rodríguez Ibarra ha dividido los ministros que forman el actual Gobierno en tres grupos: Viejos, mujeres y niños; dicho así, a la vieja usanza, sin miedo a que los comisarios de la corrección le afeen la conducta por no recurrir a la perífrasis eufemística de la tercera edad, o por utilizar el vocablo mujer como insulto arrojadizo.
De los tres apartados, el menos nutrido es el primero, pues a duras penas cabe en él el señor Solbes, con sus 66 años a cuestas; una edad plenamente útil para el desarrollo de cualquier actividad, incluida la política si recordamos que a sus 87 años el señor Adenauer continuaba siendo el canciller alemán.
Ahora bien, si el señor Ibarra no se fija tanto en la edad como en el agotamiento y la botarga en las ideas, o la torpeza en los movimientos más elementales, es posible que ese apartado de viejos esté más poblado por prematuros que por auténticos longevos.
Vienen después las mujeres y en esta categoría no se admiten especulaciones por ser fácilmente distinguibles a golpe de vista. Son las que tienen un nombre acabado en A, excepto Aído, que acaba en O. Sin embargo, ¿de qué han valido todos esos años de educación no sexista, si al final sale un barón del PSOE incorporando la condición de mujer a la lista de defectos que impiden una buena gobernación? Les llama mujeres a la cara, sin asegurarse antes la lengua a todo riesgo, o sin haber comprado un billete de avión con incierto destino. ¡Está hecho un machote este Juan Carlos! Un machista, dirán algunos.
Finalmente tenemos a los ministros niños, que son todo lo contrario que los viejos: atolondrados, irreflexivos y tarambanas. Quizás les suene algún comportamiento en ese sentido.
Resumiendo, que el señor Ibarra echa en falta algún hombre que otro y lo dice sin reparos.

12 Comentarios a “Los tres estados”

  1. jabato

    Rodríguez Ibarra es un personaje curioso, del que se puede decir, en su favor, que ha sido siempre coherente. En el mismo programa de radio en que pronunció la frase que da origen al encabezamiento de la bitácora de hoy, dijo, textualmente: “creo que Baltasar Garzón es un juez vengativo, primero se vengó del PSOE y ahora se venga del PP. En ninguno de los dos casos fue objetivo”. Podremos estar de acuerdo con él o no, pero hay que reconocer que sigue diciendo lo mismo que hace 5, 10 ó 20 años. No ha variado su discurso en función de las conveniencias políticas del momento.

    En cuanto a su referencia al Gobierno “de viejos, mujeres y niños”, no creo que entrañe ninguna carga peyorativa hacia ninguno de tales colectivos, sino una profunda crítica al sistema de cuotas que fundamenta la política de Zapatero.

    No deja de ser gracioso (si no fuera para asustarse) que nos llame la atención el que se llame a las cosas por su nombre: viejos a los humanos de edad avanzada, mujeres a las hembras de la especie, niños a los descendientes en sus primeros años. O sea, como toda la vida. Hemos caído en una especie de contranominalismo: lo importante es no llamar a las cosas por su nombre. El manual de la corrección política termina siendo un corsé más estrecho que el del Tribunal del Santo Oficio.

    Sobre las cuotas, ya he expresado en otras ocasiones mi opinión. Todo sistema de cuotas es profundamente injusto, ya que prima un factor natural (el sexo, en este caso) sobre la capacidad y esfuerzo, que deberían ser los decisivos a la hora de elegir a nuestros responsables políticos.

    Hay mujeres muy competentes en el Gobierno, desde luego, como también hay hombres sumamente incapaces (comiéncese a mirar por la cabecera de la mesa). Sin embargo, y pensando en alguna de esas mujeres competentes, especialmente en la Sra. De la Vega, que me inspira, desde la discrepancia ideológica, un profundo respeto a su capacidad de trabajo y de organización, de las que tengo referencias magníficas. Digo, pensando en la Vicepresidenta, me pregunto yo si no se le ocurrirá a veces compararse a ella misma con alguna de sus compañeras de Gobierno, y se dará cuenta de que equiparar su carrera profesional y política con la de alguna otra Ministra, en aras de la manida cuota, es una profunda injusticia. Supongo que la Sra. De la Vega se quedará mirando en más de una ocasión vez a sus compañeras, y pensará de alguna de ellas: “si no fueras mujer, no habrías llegado aquí en tu puñetera vida”.

    Antaño, pudieron darse (y sin duda se dieron) casos en los que una mujer no pudiera alcanzar determinados puestos por su sexo. Estoy seguro de que, durante el franquismo y los primeros años de la transición (y ya no digamos en épocas anteriores), muchas mujeres se sintieron frustradas al no poder alcanzar sus metas a causa de los perjuicios de sexo. Profunda injusticia (aparte de un desperdicio de recursos humanos por una sociedad nunca sobrada de ellos). Igual de injusta que la situación actual.

    Hacemos mal al impedir que una persona capaz pueda ocupar un puesto de responsabilidad, y hacemos igual de mal si favorecemos el que una persona incompetente alcance ese mismo puesto. Esta es la única verdad, y para decirla no es preciso mencionar el sexo de nadie.

  2. SEito

    Sólido, Líquido y Gaseoso, con casi nula representación del primer estado ya desde suresnes, donde eliminaron de la lista a los portadores de la imagen, antes de que la moda J.A.S.P. se instalase en el torrente sanguíneo de la sociedad española_englobando a todos_ . De entre lo líquido, la mayoría sin fecundidad y de lo gaseoso en abundancia para rellenar cualquier hueco con asignación presupuestaria que se ponga a tiro por arriba, por abajo, por delante, o por detrás .
    Es lo que tiene haber sido criados en la filosofía Epi y Blas .

  3. LAGALLINA

    Es una division muy simple.Aunque,efectivamente,mas que tratar de catalogar al gobierno da la impresion de que lo desprecia de la a a la z.
    Los engranajes de esta que se tiene por octava potencia del mundo,ya no funcionan por la pura inercia de la bonanza economica en la cual todo va bien con independencia de que seas tonta,listo,echá palante,pa tras o pal medio.El panorama actual es el equivalente a la segunda guerra mundial con la salvedad de que la truculencia de las armas,la sangre y los muertos han sido sustituidos por la violencia de los numeros en este ajuste de cuentas internacional y en el que es completamente inutil la edad y el genero ya que lo que vale son los asientos contables del debe y el haber.En otras palabras,algo tan tonto como saber donde esta la “gallina”

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