El hígado de Dos Pescados

Scott, la gran competencia

Gabriel García Márquez confiesa que su madre, Luisa Santiaga, le salva de la muerte dándole todos los días una cucharadita de aceite de hígado de bacalao, antes de comer. No fue el único de su generación que se sobrealimenta gracias a ese mal trago pestilente, ni mucho menos. Durante la primera mitad del XX pocos niños se salvaron de la pócima.

Hoy no se tiene tanta fe en el hígado y en todo caso, se puede administrar con sabor a naranja o en cápsulas, para evitar el desagrado.

Luisa Santiaga le arrea al futuro escritor lingotazos de la emulsión Scott, la más difundida en todo el mundo, pero en Lugo la que se toma es Dos Pescados, un preparado salido de los laboratorios del boticario Julio Iglesias Fariña, padre de éste y de otras fórmulas que logran diversos reconocimientos internacionales.

Tampoco es el único que la elabora en Lugo, porque Salvador Castro Freire también comercializa ese tipo de aceite supervitamínico, aunque el de Iglesias le supera en fama por medio de una útil y continuada campaña publicitaria.

Si García Márquez hubiese recibido Dos Pescados, habría tenido una mejor salud, pues en 1909 don Julio encarga análisis comparativos entre la suya y todas las existentes para incluir luego un anuncio en El Progreso con el resultado, frente a las cifras de la más conocida, la Scott de Gabo, o sea, la que los químicos Scott et Bowne elaboran en Nueva York.

Dice Iglesias, y dicen los análisis encargados, que la Emulsión Dos Pescados es superior en preparación y composición a todas, y que si la marca Scot tiene un 50 por ciento de aceite puro de hígado de bacalao, un 1 por ciento de hipofosfitos de cal y un medio por cien de hipofosfitos de sosa, la marca Dos Pescados llega al 75 por ciento de aceite puro de hígado de bacalao y al 1 por ciento en cada una de las otras dos sustancias, al igual que en glicerofosfatos de cal y sosa. Buenas cifras, concluye el anuncio.

Un comentario a “El hígado de Dos Pescados”

  1. Don Quijote.

    Quien lo diría me acabo de enterar de que de hipofosfitos de cal, de hipofosfitos de sosa y glicerofosfatos de cal y sosa no sabia nada.
    No sabia incluso que no sabía que tales compuestos existían.
    A mi me suena el calcio y otras sustancias, pastillas de vitaminas o potingues que alguna vez nos obligaron a tragar.

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