Haciendo el oso

Libertad de expresión y de escarnio

La madrileña calle del Oso no se llama así por el animal que rampa en el escudo de la ciudad. Entre otras razones, porque aquél es osa, aunque no madroña, y sin que en ello haya influido feminismo alguno.

Se llama del Oso, por otro úrsido, también heráldico, que lucía en la casa de don Diego de Vera y que por extensión bautiza desde antiguo a toda la calle.

En la del Oso nació Ana Belén y a ella dedicó solícito una bella canción su marido Víctor Manuel. De algo habrían de valerme los años dedicados a escudriñar los secretos del gato, o sea, los de la capital, haciendo documentales con ellos.

Pero ahora la calle revela en todo su esplendor el verdadero significado de su dedicatoria. Verán. En una de sus esquinas, el llamado Sindicato de Manteros de Madrid ha instalado por su cuenta y riesgo una placa cuadrada en cruz axial, como las que utiliza el ayuntamiento para señalar casas singulares, donde se dice que en ese punto murió Mame Mbaye, el mantero fallecido de un infarto el 15 de marzo del año pasado tras una intervención policial.

Lo insólito es que debajo de su nombre figure la leyenda “víctima del racismo institucional del Estado español”. Tómate lo que quieras. Miles de manteros procedentes de varios continentes arriesgan su vida por instalarse en un país cuyo Estado practica el “racismo institucional”. Es como si odias las luces de Navidad y te vas a Vigo.

Lo espasmódico es que Carmena y el PSOE municipal apoyan la jugada y van a dejar allí el cartel… hasta que alguien lo destroce, porque es de cartón pluma. Háganle el homenaje que les parezca, pero en metal y sin decir mamarrachadas, porque a la vista de lo ocurrido hasta ahora, lo único que queda claro es que nuestros representantes políticos saben hacer el oso a las mil maravillas. Y lo pregonan en las paredes.

Un comentario a “Haciendo el oso”

  1. Don Quijote.

    Vergüenza ajena que la izquierda anacrónica que padecemos no nos defienda y defienda lo indefendible.
    Claro que como se dice la historia se repite, aqui por ejemplo en los años rojos (rojos de la sangre de gente asesinada a una media de dos diarios) de la II Republica preferian mil veces un Viva Rusía que un Viva España.
    Y mas mucho mas, hoy en día para la izquierda Ramadan si, Navidad o Semana Santa no.
    La pregunta es sencilla.
    ¿Nos merecemos esta gente ocupando cargos públicos?

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