Ministros
Xesús Ponte
Rajoy ha mandado a sus ministros que se desparramen por España adelante como oscuras golondrinas de tus balcones los nidos a colgar; es decir, como aves precursoras de una primavera que Ciudadanos amenaza con hacer suya.
Ya saben que en el logo del PP no hay gaviota sino un charrán, y a ese símbolo alude el presidente para echarlos a volar antes de que se anquilosen.
Lo cierto es que no se recuerda un ministro en la provincia de Lugo desde la Baja Edad Media, tras la derrota de Morgoth, el relevo de Sauron y la venida del Señor de los Anillos, aunque claro, en ese momento todavía no estaban transferidas las competencias y los ministros tenían muchos palos que atender.
Aquí vino hasta Pita da Veiga, que era de Marina y que tenía familia en la ciudad, como Pilar Osorio. Por eso podía acercarse Dastis, que es de Exteriores, y así visitaría las tierras de A Mariña, donde Pérez Barreiro extendía títulos de fincas fronterizas con Inglaterra, mar en medio.
Creo que nunca estuvo el de Fomento, Íñigo de la Serna, que es uno de los que más nos interesan. En honor a la verdad hay que decir que llegó muy cerca, a Melide o por ahí, y que ha dedicado a Lugo palabras muy esperanzadoras en torno al próximo envío de la gasolina, o de algo muy favorecedor de las comunicaciones. ¿Será la rueda? Ahora mismo no caigo.
Los ministros, en contra de lo que muchos piensan, son muy útiles en cualquier sociedad. Sin ellos sería prácticamente imposible formar gobierno, y ya ven que hasta los independentistas más acendrados hacen auténticas locuras por formar uno. De modo que vengan, ministros, vengan. Les llevaremos a visitar el punto exacto desde donde Juan Carlos chutó para hacerle un gol al Sporting de Gijón el día de su cumpleaños. Ya está tardando una estatua allí.
22 de Enero , 2018 - 14:55 pm
El PP intenta abarcar todo el espectro, desde el conservadurismo a la socialdemocracia, terreno en que se mueven muy bien algunas de sus lideresas, que hasta pastelean con los cebrianes, mientras todos ellos sostienen inventos zapateros y muestran escasa convicción para erradicar la corrupción de sus filas o para aplicar la ley cuando un reality amenaza con hundir la reputación del pais y dañar la convivencia y la economía.
Los socialistas, encabezados por un feble líder con ínfulas de ZP2, se escora a la izquierda para no dejar sitio a Podemos. Tampoco pueden dar lecciones anticorrupción, además de participar en alianzas contranatura con separatistas y antisistema.
Así es que el supuesto centro democrático ha quedado a merced de Ciudadanos, engrosado por los descontentos de otros partidos. Rivera tiene juventud y carisma. Aparece como opción fresca y novedosa, y como nunca ha gobernado, no hay errores que reprochar.
Falta saber cual es su proyecto real , dentro de su ambigüedad y polivalencia
Rivera defiende los impuestos de sucesiones y patrimonio, el Estado Federal, la recepción forzosa de inmigrantes, el aborto libre costeado por la Sanidad pública, la legalización de drogas blandas y hasta la Memoria Histórica del lerdo ZP.
No parece que venga a acometer grandes cambios en una democracia de mínimos, sino a poner parches, solo o en compañía de otros. Más allá de que caiga bien, Importa que se explique , para saber qué quiere vendernos.