Belleza y mando

Confeccionador de la lista mientras no subsana el olvido

El que manda, manda, e Iglesias no es de los que le hagan ascos a la vara. Es más, en su corta trayectoria de político en activo ha demostrado con creces que se merece el título de Tío de la Vara, al menos honoris causa.

Manda más que Carmena y Carmona juntos, y con Carmina, ahí se anda. Allá por donde pasa, o se le cuadran en posición de revista, o les atiza un zurriagazo marcado en sus carnes.

Cómo será cosa que esta semana, cuando ve que se ha confeccionado una de esas listas frivolonas a las que tan aficionados son algunos medios _ esta vez, sobre los 16 políticos españoles más guapos _, y comprueba horrorizado que él no está, se lanza a su querido twitter para calificar la ausencia de indignante. Y para disimular, también se indigna de que no figure Alberto Garzón en la relación de bellezones.

Quienes le bailan el agua dicen que era broma. ¡Ja! ¡Y un jamón con chorreras! ¡Estaba más cabreado que Pujol en sede parlamentaria! Él, que se tiene por perito rompecorazones de 1ª y conquistador confeso de marquesas a poligoneras, no podía consentir semejante afrenta.

El caso fue que los confeccionadores de la lista reaccionaron temerosos diciendo que lo sentían, pero que tanto a él como a Alberto les faltaba un poco de moreno para figurar en tan preciada nómina. Sin embargo, al cabo de una hora, pasada seguramente entre angustias vitales por las posibles represalias que de su olvido podrían sobrevenirles, modifican la lista de los 16 apolíneos y lanzan una segunda letanía en la que Iglesias y Garzón ¡figuran en primer lugar! Como decimos por aquí, o medo é libre.

De ese modo, Pedro Sánchez, que era el lindo por excelencia, queda relegado para hacer hueco exaequo a los dos pimpollos, lo que plugo sobremanera al macho alfa.

Moraleja, con el tío de la coleta no te juegues ni una peseta.

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