Dudas canónicas

Esto de rechazar en masa el canon digital ha de ser un problema de comunicación. Vamos, que no nos lo han explicado bien, porque siendo una medida tan hiper mega guay para la masa creativa de este país, no se entiende que no estemos todos apoyándola con una carerolada tras otra, con fiestas y fanfarrias, pues a partir de ahora, queridos espectadores y radioescuchas, escribir en España _ letras de canciones _, ya no es llorar.
El hecho de haber estado toda la vida lamentándonos de las precariedades de letristas, novelistas y poetas no encaja con una oposición tan radical a una medida que garantiza de por vida el condumio de quienes dediquen sus neuronas a la actividad creativa, siempre que esté protegida bajo el palio sonrosado de la SGAE y su luz crepuscular.
Pese a cumplir los cuarenta años en el oficio de juntaletras, a este menda no le alcanzan conocimientos para discernir algunos extremos del dichoso canon e imagino por tanto, que lo mismo le puede suceder a otros muchos compatriotas que están perdidos en un mar de dudas por culpa de ese fallo de comunicación, como le ocurrió a Aznar cuando le pusieron la bomba.
La primera duda afecta al pirateo en si. Dado que el canon presupone su existencia y se lo hace pagar a todos los compradores de soportes y aparatos, aunque después sólo los utilicen para reproducir sonidos plenamente legales y películas recién salidas de las productoras correctamente establecidas, ¿debe interpretarse que están autorizados a proveerse de la música allá donde la encuentren? ¿Pueden desplegar su top-manta todos aquellos que ya han pagado su canon correspondiente al adquirir los software y los hardware adecuados para ello? ¿Incumplen sólo la normativa que regula el impuesto de radicación, o alguna más?
Quizás sean preguntas absurdas, pero algo ha fallado a la hora de comunicar el canon, porque la gente se las plantea y se escuchan respuestas para todos los gustos. También se plantean si los autores más pirateados recibirán más dinero que aquéllos a los que nadie reproduce, ni por lo legal, ni por lo criminal, y si es así, ¿cómo se averigua esa circunstancia?
Los padres de los mozuelos que rasgan guitarras o aporrean timbales están muy preocupados con todos estos temas, bien porque recelan de la capacidad creativa de sus infantes, bien porque ignoran que con el mero hecho de registrar sus productos y editarlos van a entrar en el prorrateo de beneficios, pues en ese caso se van a crear más sellos grabadores que chiringuitos en las playas de moda. Con un disco que coloquen en el mercado les bastará para lograr una cómoda subsistencia y ya no tendrá sentido el chiste:
_Compré tu disco.
_¡Ah! ¡Fuiste tú!

6 Comentarios a “Dudas canónicas”

  1. quasimodo

    Estoy de vacaciones, así que copypasteo este elocuente fragmento (www.escolar.net):
    Espero que esta nueva posición del PP dure, pero podían haberlo pensado antes. La “actual situación” que ahora Rajoy quiere cambiar se originó en el año 2003, cuando el PP gobernaba. La SGAE, tras arrinconar con abogados a los fabricantes de CD vírgenes, logró un ventajoso acuerdo extrajudicial que impuso, de facto, el canon digital. Mientras tanto, el gobierno de Aznar miraba hacia otro lado. No les hubiese costado mucho impedir este abuso: bastaba con una simple orden ministerial, pues la anterior redacción de la Ley de Propiedad Intelectual permitía al Gobierno decidir qué soportes estaban obligados a pagar y cuáles no. No hicieron nada.

    Hace dos años, en mayo de 2005, el PP descubrió que en este local se juega y presentó en el Senado una enmienda donde se pedía la supresión del canon. La crítica a la SGAE duró poco. Sólo un año después, el Congreso aprobó casi por unanimidad la última reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual, donde se consolida el canon digital. El PP votó entonces a favor.

    En la recién estrenada página web de Mariano Rajoy, el “no al canon digital” es una de las propuestas estrella de su programa electoral. También lo fue en el programa del PSOE la ampliación de la ley del aborto y ahora Zapatero, después de cuatro años sin tocar el tema, se conforma con un comité de expertos que estudie si la reforma prometida es necesaria. Contra la SGAE y contra la Iglesia es más fácil prometer desde la oposición que cumplir desde el Gobierno. No hay nada como tener micrófonos.

  2. Bermellón

    Descolocado me tiene la muñequita repipi; ahora, cuando todos la creiamos gente de orden, se dedica a la subversión.

    ¡Cosas veredes!

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